Capítulo 5

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Azul.

Me encontraba perdida en el azul más bonito que había visto nunca, distintas tonalidades rodeaban sus pupilas, ¿qué podía hacer si estaba hipnotizada?
No sentía miedo, nerviosismo ni nada que no fuese pura admiración por su belleza, y es que nadie podía negar que parecía sacado del mismísimo Olimpo.

Luke estaba tan cerca de mi como hace unas horas, nuestras respiraciones se mezclaban y la mía se aceleraba con cada segundo que pasaba.
Una de sus manos acarició mi mejilla y pude sentir como mi piel se erizaba con ese sencillo gesto, ¿qué me pasaba? Estaba completamente a su merced.
Cuando acortó aún más la distancia entre nuestros rostros cerré los ojos, esperando, pidiendo y deseando que sus labios tocaran los míos.

Unos milímetros, eso era lo que faltaba para que mi deseo se cumpliera, y cuando sentí la presión en mis labios, su ansiado beso, abrí los ojos.

Pestañeé varias veces, intentando entender que acababa de pasar, pero en cuanto vi el techo blanco de mi habitación lo entendí rápidamente, había soñado con Luke.
Un gruñido de molestia salió involuntariamente de mi boca, no quería soñar con él, no quería pensar en él, no quería nada.
Bueno sí, solo una cosa, poner la máxima distancia posible entre nosotros.

Los recuerdos de lo que había pasado apenas unas horas me atormentaron de nuevo.

"Mis manos y piernas temblaban, tuve que apoyar la espalda contra la pared para no caerme, estaba segura de que mis piernas me fallarían en cualquier momento.

¿En dónde me había metido?

Después de unos cuantos segundos limpié las lágrimas que se deslizaban aún por mis mejillas con el dorso de mi mano, antes de caminar hasta la puerta, no sabía lo que podía pasar si volvía.
Después de salir de la pequeña habitación mis ojos se movieron hasta el sofá donde Luke había estado antes, al verlo vacío un notable alivio me recorrió de pies a cabeza.

Caminé rápidamente hasta las escaleras, las bajé trotando para abrirme paso entre la gente que aún seguía bailando, ajena a todo lo que pasaba a su alrededor.
No dudé en subir las escaleras de nuevo para salir a la calle, en cuanto estuve fuera saqué mi teléfono y llamé a Edward, recé para que me lo cogiera.

Estaba dando el tercer tono cuando me giré para mirar a la puerta por la que acababa de salir, el letrero de neón rojo seguía parpadeando, invitándote a entrar.

—Cógelo por favor.–Supliqué, aunque sabía que nadie me estaba escuchando.

—¿Sí?–La voz de Edward al otro lado de la línea me hizo soltar un suspiro de satisfacción.—¿Estás muy lejos? Yo, lo siento, debí haberte hecho caso...–Comencé a decir mientras miraba al suelo, avergonzada, no sé en qué estaba pensando.

Caminé por la calle hasta que encontré unas cuantas cajas de cartón y bolsas de basura amontonadas, metí la mano en el bolsillo de mi chaqueta y saqué la cadena de Luke, brillante, impoluta. Leí la inscripción por última vez y sin pensarlo dos veces la tiré dentro de una de las cajas, no me preocupé en mirar en cuál de ellas había caído.

—Voy para allá.–Escuchar a Edward decir esas palabras me hizo sonreír, todo había terminado."

Mis ojos se movieron hasta el reloj digital que se encontraba en mi mesilla, este marcaba las 06:38, un suspiro se escapó de mis labios al saber que no volvería a dormirme.

No después de todo lo que había pasado.

Me pasé las manos por la cara, ¿cómo era posible que no pudiese sacar de mi cabeza a ese psicópata? Me había amenazado, y todo por un maldito colgante, y lo peor es que ahora mismo no le temía.

Repasé mentalmente todo lo ocurrido desde que me lo encontré en aquel callejón, de como de alguna manera me salvó de lo que podía haber ocurrido en tragedia, de como se le calló la cadena.
La cadena. La inscripción.

Me mordí el interior de la mejilla durante unos segundos, antes de agarrar mi teléfono y desbloquearlo, abrí google y dudé en que poner, pero antes de que pudiera pensarlo durante más tiempo mis dedos ya estaban tecleando.

"Hijo de Dios, protector de los cielos"

Miles de resultados aparecieron en la pantalla, todos ellos hablaban sobre ángeles, fruncí levemente el ceño, sin comprender realmente de lo que estaban hablando.
Abrí un enlace al azar y descubrí un post en un blog, este hablaba de seres sobrenaturales y como aseguraba la presencia de estos en la tierra.

"Un ángel es un ser sobrenatural, inmaterial o espiritual cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Los Angeles son considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el catolicismo, se habla del ángel de la guarda o ángel custodio, que sería aquel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla. Por contraposición, también existe la figura del ángel caído, aquel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra Dios."

Después de leer eso quise cerrar todo y olvidarme del tema, pero sabía que no podría hacerlo.
¿Qué significaba todo esto?
Luke tenía un colgante que hablaba sobre ángeles, la inscripción tenía que significar eso, estaba segura.

Seguí leyendo, y cada vez encontraba cosas más y más locas, muchas de estas relacionadas con los ángeles caídos, esas almas que habían sido condenadas a vagar por la tierra después de que sus alas fuesen arrancadas.

"Los ángeles caídos, a pesar de perder sus alas, siguen poseyendo varias cualidades propias de los ángeles. Estas pueden ser la capacidad de jugar con la mente de los humanos, hacerles ver lo irreal, implantar imágenes en su cerebro, o la telepatía, poder hablar directamente a la mente de la persona que elijan."

Tras leer esto bloqueé mi teléfono y lo apreté contra mi pecho, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, pensar en todas las veces que había visto cosas que no eran ciertas, o las otras en las que había escuchado la voz de Luke en mi cabeza me hacían pensar en la pregunta del millón.

¿Luke era un ángel?

Meneé la cabeza, estaba loca, lo estaba por siquiera haberme planteado esa idea, todo lo que había pasado tenía que tener una explicación lógica, lo que pasa es que aún no la había encontrado.
¿Iba a fiarme de unas cuantas páginas escritas por chiflados?

¿Desde cuándo creía en todas estas cosas? Hace unos días presumía de no creer nada que no pudiera ser científicamente demostrable y ahora estaba dudando en algo como esto.
Definitivamente esto era debido a mi falta de sueño.

Pero ¿Y sí pedía una segunda opinión?

Lo primero que pensé fue en llamar a Lexi, explicarle todo lo que había pasado, era mi mejor amiga desde hace años, ¿iba a ocultarle el lío en el que me había metido? Ella sabría qué hacer para que pudiera olvidarlo, aunque tampoco había muchas opciones.

Y luego pensé en Andrew, el cuál sabía mucho más que Lexi, parecía mentira que una persona que llevaba relativamente poco en mi vida se hubiese ganado mi confianza de esta manera.
Sabía que no se lo contaría a nadie, ni siquiera a Lexi, aunque esta sea la chica por la que suspira.

Tamborileé mis dedos en el teléfono de manera nerviosa, no podía seguir sola, aunque quizás todo hubiese acabado, al fin y al cabo yo ya no tenía ese colgante.
No tenía nada que ver en todo esto, podía olvidarlo y seguir con mi vida normalmente.

Volví a colocar el teléfono en la mesilla y me tumbé de nuevo en la cama, girándome hacia la puerta, pero un sonido en esta me hizo abrir los ojos y fijar mi vista en ella.
Dejé de respirar en el momento en el que vi ese color que ya reconocería en cualquier parte.

Azul.

[¡Feliz Navidad! Espero que estéis teniendo unos días geniales con vuestra familia y amigos.
Pronto subiré otro capítulo, como regalo, a si que estad atentas.
Pd: estoy creando una playlist con canciones que me recuerdan a esta historia ¿queréis que la suba?]

Lucifer; lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora