Capítulo 6

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—Venga ya, Hazel.–Lexi me miró esperando que en cualquier momento le dijese que estaba bromeando, pero no era cierto, al ver mi expresión frunció levemente su ceño.—¿Hablas en serio? ¿Acabas de preguntarme si creo que los ángeles existen?

Hice una mueca, sí, quizás no había sido la más sutil del mundo, pero esto no era nada fácil.

—¿Sí?–Dije intentando sonreír, no sabía cómo iba a salir de esta.—Ayer me quedé hasta tarde leyendo sobre el tema.

—Yo los únicos ángeles que creo que existen son los de Victoria's Secret.–La voz de Edward se hizo escuchar en el coche por primera vez en varios minutos, su vista estaba fija en la carretera mientras conducía, pero al hablar nos miró brevemente por el espejo.

Vi a Lexi poner los ojos en blanco.—Cállate.–Y esa palabra fue suficiente para hacer que el moreno soltara una carcajada.

—No sé Hazel, ¿te das cuenta de lo poco creíble que suena el que haya personas con alas caminando entre nosotros?–Lexi ahora tenía toda su atención en mi, y yo mordí mi labio inferior nerviosa.

—Ya, pero ¿y si no tuvieran alas ya?–Dije y en un tono más bajo.—Algo así como ángeles caídos.

Lexi me miró en silencio durante unos segundos para después estallar en carcajadas.—Creo que has leído demasiadas historias sobrenaturales.

—Sí.–Dije encogiéndome de hombros mientras soltaba una risa nerviosa.—Es eso.

Tras unos pocos minutos finalmente llegamos al recinto, todos los alrededores estaban llenos de coches y personas que caminaban de un lado a otro.
En ese momento me arrepentí de haber aceptado venir a este concierto, ni siquiera me gustaba ninguno de los grupos que iban a tocar, pero supongo que necesitaba salir y pasar tiempo con ellos.
Más que nada para olvidar todo lo que había pasado últimamente.

Tuvimos que aparcar varias calles más lejos del lugar del concierto, en cuanto bajé del coche sentí un escalofrío y volví a arrepentirme por únicamente ponerme una cazadora de cuero, el top de tirantes que llevaba debajo, que me había prestado Lexi, tampoco abrigaba demasiado que digamos.

Estábamos en uno de los barrios más alejados del centro, no era necesariamente uno malo, pero me preocupaba el hecho de que no conocía absolutamente nada de este lugar.
Creo que estos últimos días he estado más paranoica de lo normal, pero por eso he venido, para relajarme un poco.

—¿Hazel?–La voz de Edward me trajo de nuevo a la realidad, giré mi rostro hacia él e hice una mueca de disculpa, dando a entender que no le estaba escuchando.—Te preguntaba que cuándo vamos a hacer una cita doble.

Quise echarme a reír.—Cuando encuentre a alguien.–Miré a Lexi y esta meneó la cabeza, ella sabía lo difícil que era que alguien consiguiera llamarme la atención.

—Es decir, nunca.–Lexi hizo una mueca.—Tienes a muchos chicos detrás de ti y no le haces caso a ninguno, ¿a quién estás esperando?

Fruncí el ceño y abrí la boca para responder, pero no tenía una respuesta clara, ni yo sabía a qué estaba esperando.

—Ninguno me gusta realmente.–Dije sin más, esperando que finalmente dejaran el tema.

Cuando llegamos a la puerta Edward enseñó nuestras entradas y al pasar dentro casi me doy la vuelta, había cientos de personas allí dentro, el recinto era al aire libre. Personas caminaban de un lado a otro con vasos de plástico de la mano, el gran escenario se encontraba justo frente a nosotros, pero todo el montón de personas nos separaba de él.

Tragué saliva, las multitudes grandes no me gustaban, este año había conseguido acostumbrarme cada vez más a ellas pero esto era otro nivel. Lexi lo notó y me dio una sonrisa tranquilizadora.

Lucifer; lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora