Miré al reloj por décima vez, mi turno se estaba haciendo interminable esta noche y lo peor es que no dejaba de entrar gente y más gente al pequeño restaurante.
Vi a una pareja sentarse en una de las mesas de mi zona y me acerqué rápidamente a ellos con mi libreta de la mano.
Cuando estaba a apenas unos cuantos metros sonreí al reconocer esa cabellera rubia.—Buenas noches señorita.–Dije de manera burlona mientras echaba un vistazo al chico que había a su lado.—Señor.
Ambos chicos soltaron una sonora carcajada.
—Hazel, ¿qué tal tu primera semana?–La voz de Andrew hizo que posase mis ojos en él, su cabello moreno estaba algo despeinado, pero eso era habitual en él, sus labios formaban una bonita sonrisa y yo me apoyé en la mesa para contestar.—Un horror.–Confesé mientras echaba una mirada a Lexi, la cuál me miraba asintiendo, era mi mejor amiga y ya sabía eso, nos habíamos pasado horas criticando mi nuevo trabajo.
Pero no podía hacer nada, necesitaba el dinero y además quería demostrar que podía durar en un trabajo más de una semana, que era mi actual récord.—Lo de siempre.–Dijo Lexi guiñándome un ojo, asentí apuntando un batido de vainilla y unas tortitas con extra de nata, mi vista se puso en Andrew esta vez, que estaba mirando la carta algo pensativo.
—Un café y un cruasán.–Dijo finalmente y yo asentí mientras lo apuntaba.
—Estará listo en unos minutos.–Hablé antes de sonreír y darme la vuelta caminando hasta la cocina, dejé el pedido y me giré para ver si quedaba alguien por atender.
Al ver que no era así me pasé la mano por la frente y solté un suspiro.Cuando escuché el sonido que indicaba que un pedido estaba listo me giré y confirmé que era el mío, coloqué todo en la bandeja y volví a la mesa de mis amigos.
—Disfruten de su comida.–Dije mientras dejaba lo que habían pedido en la mesa.
—¿Cuando acabes el turno quieres que te acompañemos a casa?–Preguntó Lexi antes de beber un poco de su batido.
—No, no te preocupes, acabo ya y quiero llegar pronto por una vez.–Hice referencia a todas esas veces que los dos me han acompañado y hemos acabado yendo a todas partes menos a mi casa.—Espero que dejen propina a la preciosa camarera que les ha atendido.–Mi sonrisa se ensanchó y les guiñé un ojo antes de alejarme de ellos para volver a mirar el reloj.
Cuando vi la hora que era rápidamente dejé la bandeja con las demás y me quité el delantal para colgarlo en los percheros, me dirigí a la sala de empleados, una vez allí me puse mi cazadora y me coloqué la vieja mochila negra que siempre llevaba a todas partes.
Salí por la parte trasera y en cuanto pisé la calle un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, el otoño se acercaba y ya comenzaba a hacer más frío.Me abracé a mi misma mientras caminaba por las calles que poco a poco que se iban quedando vacías, mi casa no estaba lejos pero si tenía que andar por los menos unos veinte minutos, podría coger el autobús pero siempre había preferido caminar.
Estaba perdida en mis pensamientos cuando un grito me trajo rápidamente a la realidad, giré mi cabeza hacia donde había provenido el sonido y fruncí el ceño al ver a un hombre apoyado en la pared unos pasos detrás de mi.
—Eh guapa.–Volvió a repetir y observé con mayor detenimiento al hombre, debía tener alrededor de cuarenta años, vestía de manera desgarbada y para nada parecía tener buenas intenciones.
Cuando el hombre dio unos pasos en mi dirección esbozó una sonrisa que hizo que se me helara la sangre.—¿Por qué no me acompañas y pasamos un buen rato?Tragué saliva y salí de mi aturdimiento comenzando a andar deprisa lo más lejos de él posible, pero al escuchar sus pasos detrás de mi tuve que echar a correr, mi corazón latía demasiado rápido y el terror corría por mis venas.

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Lucifer; lrh
Roman pour AdolescentsLucifer era el ángel más hermoso de todos, que por culpa de su soberbia se rebeló contra Dios queriendo ser como él, y fue expulsado del cielo como castigo.