Capítulo Ocho

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-¡Bienvenidos a Pompano Beach!- El entusiasmo en los ojos de Claire era más que visible mientras Casey, Kay e Indigo bajaban de la camioneta, poniendo los pies en la arena. La arena blanca era tan suave que daba la impresión de estar caminando en nubes. Esta no era la parte conocida de Pompano Beach, sino una escondida, un poco más rocosa, pero aún así preciosa. Definitivamente, las dos horas de viaje habían valido la pena. Había visto cosas hermosas a lo largo de su vida, pero aquel lugar era mágico

Eran las doce del mediodía, y pronto llegó otra camioneta con las demás personas que iban a estar con ellos hoy. Brent también estaba ahí. 

-¿Y bien? ¡Me muero de hambre!- dijo un muchacho rubio y bronceado, el prototipo de surfista americano apenas bajó del vehículo.

Todos comenzaron a bajar mochilas gigantes de campamento con bolsas enormes de comida chatarra, toallas, sombrillas, y más comida...

-Ind,- llamó Claire. Ese era el momento que había estado temiendo.-Ven aquí. 

Junto a Claire había un grupo pequeño de personas. Tres chicos y dos chicas, que en ese preciso momento la estaban mirando de la cabeza a los pies sin disimulo alguno. No sabía como escapar de esta. Y fue entonces cuando una mano se envolvió alrededor de su muñeca y la haló hacia otro lugar.

-¡Lo siento, Claire!- gritó Kay, luego se volvió hacia Indigo, le sonrió de oreja a oreja y dijo:- ¿Ves? Te dije que no permitiría que hicieras algo que no quisieras.

Ella puso los ojos en blanco.

-Mi héroe.- dijo sarcásticamente.

Él le lanzó una sonrisa de suficiencia, y antes de que Indigo pudiese reaccionar, Kay la alzó en sus brazos y la llevó dentro del agua. 

-¡Kay!- Indigo ahogó un grito.-Kay suéltame.

Él lanzó una carcajada y siguió caminando dentro del agua, hacia una zona más profunda. 

-Kay, imbécil. Tengo mi vestido puesto.- Indigo susurró molesta. 

El miró hacia abajo, hacia su rostro y dijo, divertido y en un falso tono seductor:

-No sería problema para mí quitártelo. 

Ella se puso completamente roja y comenzó a sacudirse en los brazos de él hasta que cayó al agua. Para su suerte, todavía el agua no la cubría completamente. Se sacó el vestido y lo puso sobre su hombro. No sabía que decir así que le echó agua en la cara como toda una niñita. 

-Esto no se quedará así- respondió él.-Saldré a buscar una cerveza. ¿Quieres algo? 

-Sólo agua, por favor. Y ¿Llevarías esto a la orilla por mi?- dijo ella, entregándole su vestido empapado. 

Kay tomó el vestido y nadó hasta que estuvo cerca de la orilla, fue entonces cuando Indigo apartó la mirada de él. Para distraerse empezó a jugar con el agua, pero eso era igual de aburrido, así que decidió sumergirse para ver cuánto podía resistir sin respirar.

1, 2, 3, 4...

Trató de no pensar en que estaba bajo el agua. Pensó en las estrellas otra vez. Pronto, el aire comenzó a irse. 

16, 17, 18...

Entonces salió a la superficie de nuevo, buscando aire, y notó que no estaba sola. No era Kay, pero era un chico. Y vaya chico. Era elmuchacho de cabello azul, de la tienda de ropa de playa, Brent. 

-Hola,- dijo al verla salir del agua. Indigo se quedó callada.- Vi que estabas sola y quise... venir a saludarte. 

Ella sacudió las manos, en un saludo, y no hizo nada más. Él también se quedó en silencio hasta que bruscamente dijo:

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