2doc mexicano

15. Pobresito.

Murdoc no sabía que hacer, se supone que sería como esas películas que pasaban los 14 de febrero. Donde le tiran piedritas a la ventana para que le abrieran la ventana, le ayudara a subir y él se pudiera verlo.

Pero no había más que pasto seco y tierra en el patio de Stuart, le daba mucho miedo que llegaran los chicos de la cuadra de Stuart que se les conocía por rondar a esas horas para asaltar. O peor, que el señor Pot lo viera ahí.

Pero no era un cobarde, iba a llegar al cuarto de su amado de una u otra forma, le iba a dar esas flores que compró el donde hacen los arreglos para funerales y le diría un sincero: "Lo siento, esta vez si la regué muy gacho."

Se subió al bote de basura con el ramo en la boca y de un salto se subió al pequeño balcón, tocó a la ventana y salió Stuart.

— ¿Y tú que chingados quieres?, es la una de la madrugada, ten un poquito de conciencia. —le respondió secamente el peliazul.

—Amor, vengo en esta noche estrellada para pedirte desde el fondo de...

—Si, si, si, ajá... Ya me la sé Murdoc, ¿te puedes ir de una vez?, ando viendo una película con Paola...

— ¿Paola?... ¿tú mejor amiga?

—Si, ¿algún problema?

—No chingues Harold, yo estoy arriesgando mi vida para llegar hasta acá, casi me asaltan dos veces en el callejón. Le pedí a mi amigo que reservara las flores más bonitas y frescas para ti. Me bañé y me eché la loción que me compraste del Avon, para que estes aquí con tu putimejor amiga.

—Oye, cálmate. Yo no te pedí que vinieras. Tú la cagaste y vienes como si nada, como si todo el tiempo estuviera esperando por ti. Paola sabe como eres...

—Es una vieja chismosa verdulera hija de la... —tomó un poco de aire y suspiró— , escucha... Te amo... ¿entiendes?, por ti... Haría esto todos los días de mi vida solo por verte un segundo. Te pido disculpas por como he sido estos últimos días.