Yoongi era curioso por naturaleza. Un día, su curiosidad lo lleva a toparse con el amor de su vida, solo que en una era y época diferente. ¿Será capaz de equilibrar ambos mundos?
Yoongi fue arrojado al suelo de un pequeño calabozo junto a su hermano. Luego de aparecer con el reloj en mano, los guardias de la casa Hwarang lo arrebataron de Yoongi a pesar de los gritos y súplicas de este, amenazaron dañar a Taehyung si seguía insistiendo.
Todos en la casa notaron las vestimentas extrañas de Yoongi junto a su cabello, además de la forma en como era escoltado fuera de su habitación. Algunos de los que husmeaban se escondían cuando veían a un guardia pasar, con miedo que algo similar les pasara. Taehyung llevaba la mirada en el suelo, conteniendo las ganas de llorar. Si él no hubiese decido ir con Yoongi, nada de esto estuviese pasando.
El pelinegro tomó a su hermano entre sus brazos, asegurándose que no estuviese herido o algo similar. Lo abrazó y lo acercó a su pecho, dejando que el menor llorara sobre él. Todo había sido una idea estúpida, debió devolver el reloj cuando pudo pero ya era demasiado tarde.
-Yoongi, van a matarnos -dijo Taehyung limpiando sus lágrimas.
-No van a matarnos -la voz de Yoongi era tranquila.
Los pasos de los guardias se escucharon de nuevo y los chicos se separaron por completo, esperando recibir a los hombres que los habían escoltado. Uno de ellos se paró frente a la celda y la abrió. Yoongi notó que tenía el reloj en la mano.
El guardia los analizó, observando con detalle la ropa de los chicos. Se agachó hasta quedar a la altura de Yoongi, el pelinegro podía sentir el olor a suciedad y alcohol, se sentía asqueado. El hombre le revolvió los cabellos y sacó un pequeño cuchillo. Taehyung se removió un poco en su lugar para acercarse a su hermano pero este lo detuvo.
-Me parece que ese cabello necesita un arreglo -dijo finalmente el hombre. Dejó el reloj en el suelo, muy cerca de la mano de Yoongi.
El guardia tomó mechones de cabellos negros y pasó el cuchillo por esto, haciendo cortes irregulares. Yoong cerró los ojos, dejando que el hombre hiciese con su cabello lo que él quisiera; Taehyung solo observaba sin saber qué hacer realmente, tenía miedo de acercarse pues no sabía si el guardia sería capaz de herir a Yoongi.
El pelinegro comenzó a acercar el reloj, muy despacio para que no se percatara de sus movimientos, cuando finalmente estuvo cerca, lo escondió bajo su pierna. Escuchó más pasos acercarse, el guardia se separó de él al notar la presencia de uno de sus compañeros.
-¿No se ve lindo?- dijo el hombre.
-Vete de aquí, Oh -respondió el otro.
El aludido salió de la celda no sin antes revolver los cabellos notoriamente desordenados de Yoongi. El otro guardia entró y se acercó a Yoongi, el chico agradecía que se enfocaran en él y no en su hermano. Taehyung no tenía la culpa de nada.
-¿Dónde has estado todo este tiempo? -preguntó.
-Contestaré todo si dejan ir a Taehyung, él no hizo nada.
-Te estuvo cubriendo.
-Porque yo se lo pedí a pesar que se negara.
-Bien, él sale si tu me muestras que hace el aparato, sé que lo tienes escondido.
Yoongi miró a Taehyung y el chico negó, mostrarles lo que hacía el reloj no podía traer nada bueno. No sabía las intenciones que tenían los guardias ni mucho menos si las órdenes venían de parte de los jefes de la casa Hwarang.
El pelinegro le dedicó una sonrisa a Taehyung y sacó el aparato de su escondite, lo tomó en sus manos y movió la manecilla, pero no pasó nada, parecía que el reloj se negaba a funcionar. En el fondo se sentía aliviado que no hubiese servido.
El guardia tomó a Taehyung del cabello y lo acercó a él, ejerciendo presión en las hebras del chico. Yoongi se acercó a él pero el hombre haló más el cabello de Taehyung. Su hermano tenía los ojos al borde de las lágrimas por el dolor.
-Déjelo ir, por favor, no lo dañe.
-Necesito ver qué hace lo que tienes en tus manos, Yoongi.
-No sé porqué no funciona, mañana, por favor. Le prometo que mañana podrá funcionar.
-Sí para ese entonces no funciona, prometo que les va a ir muy mal. Recuerden que han violado reglas de la casa.
El hombre soltó a Taehyung y salió de la celda, cerrándola de nuevo. Yoongi se acercó a su hermano y lo abrazó, sobando la zona donde su cabello había sido halado. Taehyung se durmió sobre el pecho de Yoongi. El pelinegro no pudo dormir en toda la noche.
Antes que los rayos de sol saliese, Yoongi abrazó a Taehyung y en un intento desesperado, movió las manecillas, cerrando los ojos y rogando para que esta vez si funcionara. Yoongi abrió los ojos al escuchar algunos motores y personas. Tocó a Taehyung para despertarlo y sonrió.
-¿Qué hiciste? -preguntó Taehyung.
-Debemos encontrar a Hoseok -fue lo único que respondió.
Yoongi tomó a Taehyung de la mano y caminó, recordando el camino hasta el apartamento de Hoseok. Las personas los miraban y no era de menos, estaban sucios y Yoongi tenía un aspecto horrible. Al llegar al edificio, subieron las escaleras y tocaron la puerta.
Hoseok abrió, tenía el aspecto de alguien que recién despertaba, los dejó entrar sorprendido por verlos tan temprano en su casa.
-¿Yoongi qué sucedió?
-Hoseok -Yoongi lo abrazó - Cuida a Taehyung por mí, debo regresar y arreglar algunas cosas, promete que vas a cuidarlo.
-Yoongi, tranquilo, ¿qué sucede?- Hoseok hizo que Yoongi se sentara en el sofá junto a Yoongi.
-Debo regresar para asegurarme de hacer algunas cosas, tengo solo este día para poder quedarme siempre contigo.
Antes que Hoseok pudiese responder, Yoongi movió las manecillas y desapareció. Taehyung gritó el nombre de su hermano pero este ya no estaba. Hoseok abrazó al chico y lo llevó hasta su habitación para darle ropa limpia y ayudar a tranquilizarlo.
Yoongi apareció en la celda, justo antes que los guardias llegasen. Solo había una forma en la que Taehyung y él podían quedarse para siempre en el otro mundo, solo una forma en la que podrían ser felices fuera de esa época. Yoongi arriesgaría todo para poder ser feliz, para poder ser feliz junto a Hoseok.
