Capítulo 1

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Meses antes...

Narra Leila:

Había llegado de mis vacaciones con Ross. Me la había pasado genial a su lado; sinceramente no quería alejarme ni un momento de él, pero los deberes escolares y familiares me limitaban a ello.

Hace un par de minutos había hablado con mi madre, ella... se escuchaba un tanto rara, lo que me hacía preocuparme.
Cuando llegué a casa, no se encontraba nadie, ya que todos seguían en Londres; mi madre no quiso decirme la razón por la cual ellos siguen ahí y eso aumentaba mi preocupación.

Ya estoy en casa- Leila.

Mandé ese mensaje hacia Ross para avisarle que ya me encontraba en casa, aunque supongo que no lo leerá hasta dentro de unas horas.

Subí a mi habitación y me senté en mi cama.

Extrañaba a Nat como no tienen una idea, extrañaba su sonrisa juguetona e inocente y sus chistes malos. Estar estos meses sin él fue una tortura, solo espero que regresen pronto para poder verlo. Cuando estuve de vacaciones pocas veces pude hablar con él, hasta hace dos semanas no obtuve información sobre él, cuándo le preguntaba a mi madre acerca de Nat, desviaba el tema y no me decía nada.

Llamada entrante de Mamá.

Suspiré y contesté.

-¿Hola? ¿Leila?-

-Hola mamá- saludé mientras me sobaba la cara, fue un día bastante pesado.

-¿Cómo estás?-

-Bien, ¿y tú? ¿Cómo están papá y Nat?- pregunté esperanzada de que me dijera cómo estaba mi hermano.

-Tú padre y yo estamos bien...- respondió y yo fruncí el ceño.

-¿Y Nathan?-

-Leila...- rápidamente la interrumpí.

-Mamá no he sabido nada de Nathan desde hace dos semanas, creo que es justo que me digas cómo está, soy su hermana- crucé mis bazos y escuché cómo suspiró.

-Leila él...- su voz se entrecortó- No quiero que te preocupes hija-

¿Preocuparme?

-¿Qué le pasó a Nathan, mamá?- pregunté con notoria preocupación.

-Él... está en el hospital- respondió y pude sentir como mi mundo se vino abajo.

-¿Qué?- pregunté sintiendo cómo las lágrimas picaban por salir de mis ojos.

-Hace un par de semanas... un carro lo atropelló y él quedó muy mal.- un sollozo se escapó de mis labios- Está en coma y los doctores no saben cuándo despertará-

Eso bastó para que yo me soltara a llorar.

-Tengo que ir, tengo que estar con él- sollocé y pude escuchar como ella igual estaba llorando.

-No, comienzas la universidad en un par de días-

-Pero mamá, es mi hermano...- me interrumpió.

Repeating Days- Ross Lynch  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora