Capítulo 2

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Días después...

Narra Leila:
La semana seguía pasando y yo me sentía de la peor manera. Tuve que esquivar a Ryan y a Winter en la universidad para evitar sus preguntas.
Con Ross... sí he hablado con él, sé que se está preocupando por mi manera de actuar, pero... no le diré nada.

He seguido hablando con mi madre solo para obtener la misma respuesta "no hay mejoras".
Lleva un maldito mes sin responder, un maldito mes sin escuchar un "Leila vamos a jugar al parque" o "Leila... ¿puedo quedarme a dormir contigo? Es que tuve pesadillas y tú eres buena derrotando a los monstruos".
Lo extrañaba cada segundo de mi vida.

La depresión (que pensé que había superado hace tiempo) está ganando conmigo, pero es inevitable cuando una de las personas a las que más amas está en un estado crítico.

Mi madre vendría en un par de días para ver cómo me encontraba, yo le dije que no lo hiciera, que mejor se quedara con Nat, él la necesitaba más que yo.
Supongo que me matará por verme en este estado. Ojerosa y deprimente, y sin ánimos de nada.

A la mañana siguiente...

-¿Y bien?- preguntó Ryan cuando logró alcanzarme en la cafetería. Esta vez no pude escaparme de él.

-¿Qué?- respondí con otra pregunta.

-¿Qué pasa, Leila?- preguntó y yo suspiré- Sé qué pasa algo porque te has comportado extraña desde tus vacaciones en Canadá con Ross, y también sé que no hay problemas con él porque hablé por teléfono hace unos días con Ross y me contó todo, entonces dime... ¿Qué pasa?-

-Ryan...- mi voz se entrecortó. Respiré profundo tratando de lidiar con el nudo que se creó en mi garganta.

-Soy tú mejor amigo, ¿lo sabes no? Puedes confiar en mí- tomó mi mano y yo cerré los ojos reprimiendo mis lágrimas.

-No quiero crearte más problemas de los que ya tienes.- respondí sincera y él suspiró- Sé que estás pasando por un momento muy fuerte Ryan y lamento no poder estar ahí- una lágrima bajó por mi mejilla- soy una mala amiga y tal vez una mala hermana, hija y novia, yo solo...- se acercó a mí abrazándome y no pude contenerme más y me solté a llorar- Lo siento mucho, Ryan- sollocé abrazándolo más fuerte.

-No eres nada de eso, Leila. Eres una gran amiga, una excelente hermana- claro que no, si fuera una buena hermana Nat no estaría en el hospital. Se separó un poco de mi y limpió mis lágrimas- una buena novia e hija. Está bien si no me quieres contar ahora por lo qué pasa con mis padres, pero... no te alejes de mi, pequeña. Eres como mi hermana y te necesito, y necesito que estés bien- besó mi frente- no te presionaré, pero pase lo que pase sabes que puedes contar conmigo-

-Y tú conmigo, Ry. Solo... es el peor momento por el que estoy pasando- reí sin gracia- y me siento tan frustrada de no poder hacer nada- negué con la cabeza- pero te prometo apoyarte y estar ahí para ti de ahora en adelante Ryan, solo...-

-Shh, ya está bien, ya capté todo.- me volvió abrazar- Ross no sabe nada, ¿cierto?- negué con la cabeza- ¿le dirás?-

-No sé.- me encogí de hombros sin separarme de él- Está muy ocupado con la música y con la serie, pronto será el estreno y no quisiera arruinárselo por verme en este estado-

-Bien.- asintió- Sé que él esperará al igual que yo- besó mi frente.

-Te prometo que cuando me sienta un poco mejor y tú igual, te lo diré, te contaré todo- sonreí de medio lado.

-Está bien-

Narra Ross:

Me encontraba exhausto acostado en mi cama. Hoy había sido un día bastante pesado.

Llamada entrante de Ryan.

-¡Hey Ryan! ¿Qué tal va todo?- saludé sin pararme de la cama.

-Pues...-

-¿Todo bien con tus padres?- pregunté preocupado.

-Sí, con ellos todo se está arreglando de apoco- rió un poco.

-¿Entonces?- me senté en la cama.

-¿Has hablado con Leila?- preguntó y yo fruncí el ceño.

-Sí, de hecho...- me puse a pensar en la actitud rara que ella ha tenido estos días- se ha comportado algo extraña, ¿tú sabes por qué?-

Suspiró- No me quiere decir, Ross. Toda la maldita semana nos ha estado esquivando a mí y a Winter, hasta que hoy tuve la oportunidad de acércame a ella- fruncí el ceño.

-¿Crees que esté enojada conmigo?- pregunté y él rió.

-Lo dudo mucho Ross, ella me dijo que ha hablado contigo y que tampoco te quiere decir a ti- nuevamente fruncí el ceño.

-¿Qué? ¿Por qué?- ¿qué esconde Leila que no me quiere contar?

-No lo sé, lo único que te puedo decir es que... se nota... diferente...- rápidamente lo interrumpí.

-¿Diferente en qué sentido?-

-En el sentido de que se ha vuelvo muy asocial, ya no es la misma Leila, Ross-

¿Qué?

-Viajaré a California- dije decidido.

-No lo harás- ordenó y yo fruncí el ceño.

-Tengo que ir... si algo le pasa a Leila, tengo que saber qué es, Ryan...- me interrumpió.

-No lo harás porque ella no sabe qué a ti te conté cómo está-

-¿Entonces qué haré?- me crucé de brazos y bufé.

-Tú al igual que yo, tendremos que ser pacientes con ella. Tal vez puedas preguntarle qué le pasa y si no te cuenta, te tendrá que decir las razones del porqué no lo hace- tal vez tiene razón.

-Está bien, pero si las cosas no cambian, tomaré un vuelo hacia Los Ángeles para verla y asegurarme de que está bien-

-Yo te mantendré al tanto de lo qué pasa por aquí Ross, dale tiempo al tiempo y no presiones las cosas. La conozco mucho antes que tú y sé que tardará un rato en contarnos qué es lo que le atormenta, mientras tanto nosotros nos mantendremos así, sin decir nada- suspiré.

-Bien. Gracias por contarme, Ryan- sonreí un poco.

-No hay de qué hermano, sé que quieres a Leila...- rápidamente lo interrumpí.

-La amo, Ryan- rió.

-Lo que sea, hermano- reímos.

Repeating Days- Ross Lynch  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora