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—Creo que algo malo sucedió a unas cuadras. —dijo Yoongi, parado en medio de la vereda, logrando ver aun desde ahí el tumulto de personas que se había formado.

Jimin se asomó a ver también, curioso por saber que sucedía. Pues la ultima vez que había visto a tanta gente reunida había sido en el festival de caramelo, solo que esa vez el ambiente era alegre, ahora era pesado.

—¿Qué ha sucedido? —preguntó el rubio.

—Se atacaron dos personas, creo que una esta herida.

—¿Es en serio?

Yoongi asintió: —¿No que esas cosas no sucedían en Omelas?

—Eso no sucedía, no se porque esta pasando esto. —exclamó preocupado, y no pudo evitar abrazarse a su novio, siendo correspondido.— Tengo miedo.

—Deben ser terroristas. —dijo lo primero que se le ocurrió.

Namjoon ahogó una risa mientras los escuchaba hablar. Era tan gracioso cuando decían algo estúpido o ingenuamente ignorante. Estaba mal no corregirlos, pero quería seguir disfrutando de aquello, pues sin internet ni nada allí, se sentía aburrido.

—Solo no salgamos de casa y estaremos bien. —dijo Jungkook, pero los menores seguían metidos en su mundo.

—Es raro, ¿no? —preguntó Namjoon, por lo bajo.

—Si, quien sabe porque pasa eso.

—Debo irme ya. —habló el padre de Jimin, mientras salia de la casa bastante apurado. Nunca lo habían visto así.— Iré a la municipalidad. Creo que todo es culpa de El Maldito.

Namjoon y Jungkook cruzaron miradas. ¿De qué hablaba? No sabían con exactitud, pero ambos habían pensado en lo mismo.

—¿Un maldito? —preguntó Jungkook, pero el hombre ya se había ido, sin responder.

—Jimin, ¿sabes de que habla tu padre? —preguntó Namjoon, llamando la atención del rubio.

—Habla de el chico maldito. —dijo Jimin, dejando de darse cariñitos con Yoongi.— Aun no lo han visto porque no llegó todavía la semana de apreciación, pero básicamente él sufre por todos nosotros y cada cierto tiempo podemos ir a verlo para agradecer lo felices que somos. —sonrió todo amoroso, como si lo que contaba no fuera lo suficientemente perturbador.

—Eso es... un poco loco.

Jimin se encogió de hombros. Realmente no le importaba: —Es lo único que se. —y volvió a darle más atención a Yoongi.

—Pobre chico. —susurró Jungkook, recordando las pésimas condiciones en las que tenia que vivir Tae.

—Debe ser del que me hablaste. —dijo Namjoon, entrando a la casa seguido de su compañero. Dejó su vaso de jugo medio vacío sobre la mesa.— Esta misma noche debes sacarlo de allí, y nos vamos.

—No me tiene tanto miedo ya, anoche lo bañe y todo. —negó.— Pobrecito, vive en medio de toda esa suciedad. Es sorprendente que siga vivo.

—Evidentemente no quieren que muera. Parece un extraño ritual de equilibrio vital o alguna mierda así. Me lo estoy inventando.

—No termino de entender como ese pobre chico puede mantener la estabilidad de todo esto... ¿Te das cuenta de lo loco que es?

—¿Te has dado cuenta también de que nadie entra ni nadie sale de aquí? Ademas no había otro destino en ese tren y las montañas a lo lejos dan mucha curiosidad, digo... es como si esto fuera lo único que hay.

Jungkook asintió, con la mirada perdida en algún punto del suelo: —Todo esto es un misterio, pero nos quedaremos a investigar. Vamos a sacar a ese chico y al par de calenturientos de aquí. —pues no olvidaba que extrañamente Namjoon ya conocía a Jimin de antes.

—Creo que me preparare varios cafés. —dijo, para luego caminar a la cocina. Ya veía que tendría que estar despierto toda la noche.

Jungkook asintió y lo dejó ir. Pensaba en como sacaría a Tae de ahí y llegaría a pie a la estación sin que nadie se diera cuenta, pues ese tren era la única ruta hasta el lugar por donde había llegado.

El resto del día había transcurrido sin accidentes. 

***

Mientras me de paja de buscar imágenes que encajen con el cap, voy a poner unas random en el multimedia ahre

Escape de Omelas | KookTae (Lado A)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora