1

768 75 5
                                    

Detroit 2017

—¡Adam, baja a desayunar!—gritó Elena Samuels desde la planta baja

El chico rubio término de secarse su cabello que aún traia algo húmedo por la ducha que acababa de darse. Él, era Adam Samuels, a simple vista podrías pensar que es un chico normal de quince años, pero la realidad era completamente diferente.

—hola Kenna—Adam saludo a su hermana mayor con un beso en la frente

—hola Adam—saludo la niña rubia comiendo en su plato de princesas favoritos, como toda niña de ocho años—mamá hizo hot cakes

—mis favoritos—contestó emocionado sentándose junto a su hermana

—y además les tenemos buenas noticias—dijo Geoge entrando al comedor con sus hijos

—¿Qué es papá?—preguntó Kenna comiendo su desayuno

—bueno, pues a mi jefe le gustó los ingresos de los últimos meses y decidió darme un aumento—contó con mucho entusiasmo

—eso es genial papá—siguió la emoción Adam—de verdad te lo mereces

—pero hay un pequeño incidente con el aumento—dijo Elena—tenemos que mudarnos a California

—¿Qué?—dijeron ambos chicos sin creer lo que escuchaban

—pero aquí tenemos toda nuestra vida—el tono de voz de Kenna cambio a uno más triste

—lo sé mi amor, si no supiera lo importante que es esto para tu padre, no se los pediría—Elena beso la cabeza de su hija—les prometo que en California será mejor que aquí

—nos iremos pasado mañana, así que será mejor que comencemos a empacar—dijo George

Ninguno de los dos dio reclamo, sabían que era algo importante y no podían tener una actitud egoísta, debían apoyarlos, así que los últimos dos días empacaron todas sus cosas para mudarse, aunque Adam se sentía extraño con esa decisión, era como si alguien lo esperará allá, aunque él no sabía, que su gemelo Michael lo esperaba allá, igual a punto de descubrir la existencia de su hermano.

Los Samuels adoptaron a Adam cuando tenía pocos meses de edad, ya tenían a Kenna, pero aún así adoptaron a Adam, era su rayo de luz, la persona que vino a complementar a su familia.

Pero cuando tenía cinco años, supieron que él era diferente a todos los niños, incluso de su hermana, ¿Por qué lo digo? Por que un día como cualquiera, Elena fue a despertar a Adam para ir a la escuela, pero al entrar a su cuarto, se llevó una gran sorpresa, no había un niño de seis años en esa cama, si no, un adolescente de quince años.

Desde ese día descubrieron que él se desarollaba más rápido que cualquiera, era como si tuviera prisa por crecer, pero eso no les importó a los Samuels, siguieron criando a Adam con el mismo amor y cariño, por que a pesar de todo, era su hijo y lo amaban.

Sin saber que tenían en sus manos el futuro de la humanidad, que con ello también los ponía en riesgo a ellos, pero eso no lo sabían, por que quien va a saber que su hijo es el salvador del mundo.

LOYALTY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora