-¡Ah! Y no olvides tus modales-bufé al escucharla-.Y nada de bufidos, Taehyung. Suficiente tengo con tu abuela enferma, ¿sabes lo molesta que se pone? Esta insoportable, en fin. Una visita rápida, ida y venida, ¿entiendes?- Asentí para hacerle saber que al menos le estaba poniendo atención-. Bien, aquí esta la canasta. Tiene algunas medicinas naturales y unos ricos panecillos, oh, y no lo olvides...
-Nada de apartarse del camino-.Repetimos al unísono, ella me mandó una mirada de "es en serio" y rodé los ojos.
-Madre, ¿por qué me repites lo mismo cada vez que que voy a la casa de la abuela? Ya lo sé, nunca me ha pasado nada, ni mucho menos me sucederá algo-.Hablo tratando de calmarla, ella asiente asimilando mis palabras y pensándolas.
-Tienes razón, pero más vale prevenir que lamentar, y si te encuentras con el lobo, ¿que haces?-. Suspire, al parecer la idea de que me deje en paz con sus usuales discursos no podrá ser.
-Hecho a correr-.Repito de memoria y ella sonríe satisfecha.
-¡Muy bien! Creo que ya deberías irte, y así regresas para el atardecer-. Yo asiento bajándome de la silla de donde estaba sentado y tomando la canasta-.Ten cuidado y, no olvides tu caperuza-. Dice entregándomela, observo la capa entre mis manos, ya tengo casi diecisiete años y sigue insistiendo en que me ponga la capa roja como si siguiera siendo un niño.
-Claro, casi me olvido-. Sarcástico comento, en realidad la olvidaba apropósito. Me puse la caperuza, esta vez el largo llegaba al suelo y un poco más, al parecer mamá la había agrandado como lo hace cada año.
Juntas caminamos por el pasillo y ella me abre amablemente la puerta de entrada. El sol brilla en su máximo esplendor y la idea de adentrarme en el bosque nuevamente hace que una adrenalina conocida recorra mis venas.
-Cuídate, cariño. Si pudiera iría contigo pero tengo que atender a Ji Eun-. Informa ella y asiento comprensivo, mi madre siempre suele acompañarme para asegurarse de que nada me pase, pero ya debería de entender que estoy mayorcito para arreglármelas solo. Además, esta vez no puede dejar a mi hermana en esta época de su vida, en la que se convierte en mujer.
Al fin le vino su primer ciclo menstrual y no se lo tomo de la mejor forma. Ella ya estaba informada sobre el tema pero al parecer es distinto que te la cuenten a que te pase, al menos para ella es así. Con paso decidido camino hacia afuera siendo recibido por los amables rayos solares cálidos en mi blanca y hasta podría jurar fría piel. Cierro los ojos disfrutando de la sensación, es tan agradable, pienso para comenzar con mi tan comprendido camino. El pueblo en donde vivo es pequeño, pero el bosque que nos rodeaba no era nasa en comparación, era enorme, extenso, inacabable. Me gusta, me da una sensación a hogar. Quiero adentrarme en él y conocer todos sus secretos.
El camino cambia levemente a medida que avanzo, el cemento escasea y da vida a la madre naturaleza con su olor a tierra húmeda y su fresca brisa. Simplemente increíble, mi madre a diferencia de mi no sabe apreciar estos pequeños detalles. Cuando me acompañaba estaba más alerta, más a la defensiva, con sus hombros tensos y atenta a cualquier movimiento de algún posible lobo. No comprendía como mi madre creía en aquellos absurdos relatos irreales, siempre parecía tener los sentimientos a flor de piel cada vez que pisábamos el bosque. Se que las noches donde hay luna llena aparece algún que otro aldeano muerto y por ello socializan la luna llena como el momento de transformación de hombre a lobo, pero para mi sigue sin haber suficientes pruebas refutables para confirmar esas locas teorías.
Mi vista se queda presa del movimiento de las copas de los árboles cuando el viento sopla, tan majestuoso, como si bailaran al compás de alguna melodía. Mi madre sabría disfrutar de esto si estuviera mas relajada y calmada, pero no, siempre tan reacia. Pero lo que ella no sabe es que para disfrutar de los pequeños placeres del bosque debes entregarte a él, solo dejarse llevar, tirar por la borda la inseguridad y tener en mente que vendrá lo que tenga que venir. Es lo que yo usualmente hago, no me importa las criaturas que pueda haber, o si me matan. No creo que mi vida sea tan valiosa, sin embargo, tampoco es como para desperdiciarla así sin mas. Pero en el bosque raramente me siento seguro, como protegido, algo absurdo cuando la cruda realidad es todo lo contrario. Mientras camino una rama seca se pone en mi lugar y la piso, haciendo que se rompa y haga un ligero sonido a "crack". Me quedo quieto unos minutos tratando de ser no con el bosque, percibiendo cualquier clase de ruido, a los minutos no pasa ni escucho nada, al parecer ninguna bestia se ha dado cuenta de aquel imperceptible sonido que ha dejado en descubierto mi posición.
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La Bestia Dorada《KookV》
Werewolf"Ya viene el lobo... será mejor que te cuides." Adaptación de "La Bestia Dorada RinxLen" Créditos a su autora @-dominguixcidio