Capítulo diez: Ser feliz.

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—Lo siento... y-yo, no se porque he hecho eso—las oscuras perlas de Jungkook se posan en mi, parecen algo deseosos y siento que he desatado algo malo.

—Tae, ¿cuándo dejarás de ser tan imprudente?—Susurra con su cálido aliento chocando contra mis labios, me sonrojo.


—Fue un impulso—me excuso tratando de alejarme de él, pero sus brazos rodean mi cadera y no me lo permiten.

—¿Fue tu primer beso?—Pregunta mientras recuesta su cabeza en mi hombro, me exalto por ello.


—Lo fue—respondo avergonzado, nunca he tenido momentos tan íntimos con Jungkook, de alguna forma me agrada... Me gusta todo de Jungkook. Cierro mis ojos sintiendo una rara paz mental.


—El mío igual, me lo robaste—dice burlón y sonrío levemente mientras mi mano involuntariamente se acerca a su cabello, acariciando su cabeza y parte de su nuca.


—No era mi intención hacerlo—confieso tímido, siento su cálida respiración en mi cuello logrando que mi piel se erice.

—Eres muy malo, señorito—susurra logrando que sonría levemente.

Lo soy, Jungkook, pienso divertido.








. . .











Esa tarde cuando regresamos a la cabaña Jungkook para de repente, confundido lo observo, con su nariz moviéndose parece olfatear el aire.

—Debo irme, adelantate—y desaparece de mi lado, extrañado camino el poco trecho que me falta y entonces cuando llegó a la cabaña lo comprendo.

Mi madre se encuentra ceñuda y de brazos cruzados, sus ojos irradian cierto enojo e irritación, muerdo mi labio cuando me acerco a ella.

—¿Qué piensas en irte de casa por casi dos días, Taehyung?—Ruge claramente enfadada, muerdo el interior de mi mejilla algo culpable.

—Mamá, yo...

—¡Mamá nada! Eres muy joven aún para hacer lo que te plazca sin consultarmelo, ¿qué si algo te pasa? Dios, Taehyung, estaba muy preocupada—termina mientras me abraza de manera fuerte, ahora me siento levemente ofendido. Rompo el abrazo observándola, sus orbes dorados me miran confundidos.

—Claro, soy joven para no poder hacer lo que quiera pero no para casarme—las palabras que hace mucho estaban amontonadas en un nudo en mi garganta se desenredan y salen como una cascada de honestidad, me arrepiento al ver el duro semblante que su rostro expresa.

—Sabes a lo que me refiero cuando digo joven, son temas totalmente distintos, casarte con Minjae es lo mejor para tu fut...

—¡No me importa! No quiero un futuro asegurado ni mejor, quiero que sea una sorpresa en el transcurso de mi vida y ser capaz de poder elegir a mi esposo—explicó, ella niega.

La Bestia Dorada《KookV》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora