La Bestia Dorada《KookV》

Capítulo Cinco: Trabajo y Futuro.

Camino alegremente en el pueblo, estoy con mi madre y Ji Eun comprando un par de frutas y verduras necesarias para la comida de hoy. Mamá fue a comprar carnes y yo me quedé admirando las rojas manzanas que habían exhibidas en un puesto de frutas, lucían deliciosas y apetitosas, aunque no tanto como las que se hallaban en el bosque. Jungkook se había equivocado con respecto al clima, no llovió como él lo predijo, es más, el día amaneció más lindo que ayer, el Sol nos deleita con sus usuales rayos cálidos y no se ve ninguna nube más que celeste quien es el protagonista en el cielo. A lo lejos en el bosque veo cuervos volar y la gente empieza a murmurar cosas, sobre que alguien desapareció ayer y todavía no regresaba. El absurdo rumor de que es culpa del 'lobo' retumba en mis oídos producto del susurro de la pareja que está tras de mí. Ahora que lo he visto con mis propios ojos debería temer por mí, por mi bienestar y salud, por lo que aquella bestia pueda hacerme pero raramente no. No tengo miedo, todo lo contrario, curiosidad, ¿por qué el bosque? ¿Por qué con lobos? ¿Qué tiene él de especial? ¿Cómo se convirtió en hombre-lobo? Esas son algunas de las preguntas secundarias que tengo hechas para él, y ahora las preguntas que me cuestiono y que son las principales, ¿cuándo se las hago? ¿Serán demasiados personales para él? ¿Cómo se las tomará?

Me irrito fácilmente con mis pensamientos. ¡Dios! Jungkook es tan complicado, o al menos pensar en él lo es. La gente rápidamente se amontona formando una ronda al inicio del pueblo, todos van apresurados y con rostros presos del miedo. Yo y Ji Eun nos miramos confundidos, ¿qué está pasando? Cuando decidimos acercarnos entendemos porque el pánico, el cazador con el cual ayer me choqué está herido en el suelo, tiene un rasguño de garras en la cara y todo empiezan a suponer lo mismo.

El lobo feroz lo atacó.

A mi esta escena no me causa nada, ningún sentimiento flotando en mí. Ni miedo, ni mucho menos lástima, las palabras dichas por Jungkook ayer rondan mi mente aún:

''Sólo mato a la gente que lo merece. Esa que quiere cazarme...''

Y la idea de que él sea uno de esos cuantos cazadores que se van al bosque para cazar a una pobre criatura que no hace mal a nadie hace que me duela aún más que el pobre hombre que chilla de dolor frente a mí. Se lo merece, pienso desalmadamente.

—Pobre, hombre. Si esa bestia no existiera...—comenta Ji Eun con rencor y la miro como si no fuera mi hermana, si supiera lo mismo que yo seguramente no estaría diciendo eso, entonces la idea de que empiezo a defender a Jungkook me asusta, ¡es un lobo, por Dios! ¿En qué rayos pienso? Pero a la vez me enoja que Ji Eun diga algo así tan a la ligera, juzgando a alguien que ni conoce y que si llega hacer seguro y le cae de maravillas. Se lo amable que puede ser en el interior, por más que algunas veces trate de hacerse la dura, la de carácter fuerte y con su mirada de 'no-me-importa-nada', en el fondo es la persona más dulce y tierna que conozco, su corazón al igual que el del bosque es inmenso.

Yo opto por callar, como en sucesos anteriores parecidos. Siempre calle, nunca dije nada, no porque no quisiera, sino porque no creía necesario, ¿qué decir? Algún tonto y absurdo comentario como el de mi hermana, prefiero callar que decir alguna idiotez que no esté acertada, los demás aldeanos maldicen al lobo y ayudan al pobre señor que de lejos escucho que se llama Dan, o algo así, no me importa.

—Niños, vengan aquí—oigo a mamá detrás nuestro tomándonos de las manos y arrastrándonos lejos de aquella 'perturbadora' escena ante los ojos de mi progenitora. Miro el agarre de sus mano con las mías, lo observo fijamente y de un momento a otro me repugna en ser sujetado así por ella.

El saber que por su culpa persiguen a Jungkook, que por decir aquel 'rumorcito' todo se desplomo y entro en un juego decisivo entre el hombre y el animal, por una caza eterna que seguramente Jungkook ganará. Hasta ahora es el que va teniendo la delantera y esa idea llena mi pecho de alegría inmensa, la idea de que mamá no cumpla con su cometido de exterminar a Jungkook. Y entonces observo su rostro contraído, casi furioso, tal vez al saber que fallo inútilmente... de nuevo.