Capitulo 2.
Abri el mensaje.
Alex te estoy viendo.
Una chico venía hacia mi. Pero se detuvo. Estaba un poco lejos y el sol daba justo en mi cara por lo que no podia ver claramente. Mire mi celular y vi el nombre de Austin. Otro mensaje.
¿Puedo acercarme?
Me rei, era gracioso, como siempre. No importa lo enojada, triste, angustiada o mal que estaba, el me iba a hacer reir.
Lo miré. Seguia ahi.
¿Tienes miedo de mi?
Le contesté. Al segundo apareció su nombre en la pantalla de mi celular y yo oprimi abrir.
No lo se. Un poco... Porque se que estás enojada, y te conozco. Alex y enojada no es buena combinación.
Volvi a reir. Y lo peor, era que tenia razón. Cuando estaba enojada era capaz de todo. Pero por alguna razón, ahora que estaba sola, estaba bien. Mientras que Chad estuviera lejos de mi, creo que mi ira seria controlada... Ademas estoy en la escuela, y todos estan esperando para ver mi reacción a cada cosa que pasa. Desventajas de ser popular.
En eso tienes razón. Pero tranquilo, puedes acercarte. No muerdo.
Lo envíe y vi como una figura se acercaba a mi, hasta quedar parado adelante mio.
- ¿Me puedo sentar? - me pregunto con una sonrisa, yo se que él sonreia para ayudar, pero que en realidad estaba preocupado. Lo conozco como nadie.
- Claro. Aunque no creo que pueda ser una gran compañía justo hoy. - dije con algo de humor, pero permanecí seria. - ¿No deberias estar en tu clase?
- Si, pero te estaba buscando... - le sonrei, eso era muy tierno. Él de verdad se preocupaba por mi. - Cha... - no le deje terminar. La verdad es que lo ultimo que necesitaba escuchar era el nombre de mi hermano.
- No lo nombres. - dije seca.
- Si, lo siento. Bueno, se lo que pasó. Él me lo dijo. Pero... ¿estás bien? Cuando bajaste del auto corriste y no pude ver como estabas.
- Estoy bien.
- Aún tienes tu mejilla roja... ¿te duele? - la tocó y yo me alejé de golpe. Si que dolía maldición.
- ¡AUCH, AUSTIN! ¡NO ME TOQUES! - me quejé casi gritando.
- Oops, lo siento...
Hubo un largo silencio. Ninguno de los dos dijo nada.
- Es un idiota. - Austin rompió el silencio. Estaba muy de acuerdo con mi amigo... Austin tenia razón, Chad no era mas que un maldito idiota.
- Lo odio. - dije seca y sin ni una pizca de humor.
- Lo sé, pero debes entenderlo, el queria cuidarte, y supongo que la idea de pensar en que podrías salir con chicos lo debe haber puesto como loco y... - lo interrumpi, ya me estaba haciendo enojar, se acercaba a mi, y terminaba defendiendo a Chad.
- ¿Ahora vas a defenderlo? No interesa si salgo con chicos o no, ¡nada justifica que me haya golpeado! - grité enfadada. Cuando estuve mas calmada continué. - En serio no puedo creer que lo estés defendiendo.
- No, no lo estoy defendiendo. Pero ya sabes como es tu hermano, celoso, sobreprotector, no quiere que nadie te lastime...
- Exacto. No quiere que nadie me lastime, pero el mismo me golpea. ¡Eso es tan entendible!
