Capítulo 5. Suerte -MuraMido

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Ese día era viernes, y el que Midorima no se quedara más tiempo practicando fue la primera señal para que Takao notara que algo estaba mal; la segunda fue que le indicara que debía hacer otra cosa, así que regresaría por su cuenta, por ello, como buen amigo, decidió seguirlo. Cuando lo miró por la calle sin hacer nada en concreto tenía pensado irse, sin embargo Shintaro se detuvo frente a una tienda, que de lejos Takao no veía bien, miró al peliverde como parecía debatirse entre entrar o no a la tienda por un buen rato, era extraño, al final Midorima suspiro con fuerza y entro a la tienda de la cual no tardo ni 10 minutos para salir con una bolsa negra tan rojo como si hubiera hecho algo realmente avergonzado, al grado que el pelinegro se preguntó si había entrado a una tienda para adultos o algo así, por eso en cuanto Midorima se alejó corrió a ver de que era la tienda, al mirar los colores en la ventana pareció entender de qué se trataba.

-Hoy no iras al entrenamiento?- pregunto la pequeña hermana de Midorima al mirar a su hermano salir sin sus cosas del equipo, el chico trato de comportarse de forma normal, no sabía por qué la situación lo ponía tan incomodo

-No, yo tengo algo que hacer hoy –contestó tomando con mas fuerza la bolsa que llevaba en su mano derecha junto con un bella rosa blanca - nos veremos en la tarde

-Ok- le contestó feliz la niña mirándolo salir por la puerta, sin embargo cansí enseguida regreso- eh, ocurre algo?

-no, solo olvide mi artículo de la suerte- contestó mientras tomaba de la mesa su rana

-Oh, yo creí que esa rosa era tu artículo de hoy

-No, es otra cosa- la niña sonrió como sabiendo de que hablaba

-No es lo que te imaginas!- contestó molesto y esta vez termino de salir.

El camino en el tren en realidad no le resulto largo, sin embargo no entendía por qué seguía moviendo de forma apresurada su pierna, si Takao lo viera seguro se reiría de él. Bajo en la estación y caminó hasta llegar al lugar indicado, el bello instituto de Yosen estaba frente a él; era uno de los poco institutos que también eran internados, con bellas habitaciones en un estilo realmente bello; solo entonces se preguntó que se suponía que debía hacer? Y si Murasakibara no estaba en el instituto? Y si ya había terminado la práctica? Y si aunque estuviera ahí no lo dejaban entrar porque el ni siquiera era de la escuela?- su cabeza comenzaba a dolerle, eso nunca le había pasado, algo andaba mal

-hey! Hola!- Midorima miró a su lado a un chico de cabello negro- tu eres el amigo de Atsushi, no?- solo entonces Midorima reconoció a Himuro (de vista, ya que no le interesaba mucho su nombre)

-Eh, si...él esta por aquí?

-claro, ven- le contesto animado mientras aparentemente pasaban sin problemas por el gran portón- estamos por comenzar con su festejo de cumpleaños- dijo señalando el pastel que hasta ahora notaba el peliverde- veniste a felicitarlo? Eso es lindo- dijo Himuro, eso y mil cosas más que Midorima ya no escucho, se sentía tan avergonzado, era lógico que no era el único que iba a buscar celebrar con él su cumleaños, Atsushi ya tenía nuevos amigos y compañeros...

-Atsushi! Mira a quien encontré!- gritó emocionado y solo entonces Shintaro se dio cuenta que estaban entrando al gimnasio, decorado para la ocasión.

-Mido-chin esta aquí- dijo feliz Murasakibara aun cuando su sonrisa parecía aburrida

-No pensé que Mido-chin viniera hasta aquí para felicitarme- dijo mientras fuera del gimnasio, apartados en una banca comía un poco de pastel, los otros miembros de Yosen se habían quedado adentro

-No, yo...en realidad estaba por aquí, así que aproveche para saludar- dijo severo desviando la mirada fingiendo acomodar sus lentes, el otro hizo un puchero, obvio a nadie le gustaría escuchar eso, el más alto se levantó y Shintaro se sintió idiota –no es verdad- contestó dejando escapar un fuerte suspiro si te vine a felicitar- es solo que... no sé cómo portarme cuando estoy contigo- Atsushi lo miró confundido- este es tu artículo de la suerte- le extendió la rosa blanca la cual el otro tomo emocionado

-Gracias!- dijo ahora feliz-quieres regresar por más pastel?- Midorima se levantó, dispuesto a caminar de regreso pero se quedó mirando los ojos violeta, sus 13 centímetros de diferencia nunca le habían representado nada realmente a Midorima, pero ahora tenía a Atsushi tan cerca y lo veía tan lejos

-Murasakibara... yo vine porque...yo... te quiero- dijo al fin y por sin sus manos y todo su cuerpo dejaron de temblar, el otro lo miró algo sorprendido

-pero esta Aka-chin...- Midorima sintió que se le encogía el estómago y sonrió de forma amarga, claro que él sabía que el peli morado estaba interesado en el pelirrojo, fue idiota ir a Yosen para escuchar algo que él ya sabía

-claro, es decir, se que él te gusta, solo quería decirte lo que yo siento- dijo dándose la vuelta y fingiendo que en realidad no le importaba, al final él nunca se había caracterizado por expresar mucho sus sentimientos ni nada.

-A mi no me gusta Aka-chin, me refiero a qué no te gusta a ti?- Midorima se detuvo y giro de golpe

-Qué? Por qué me gustaría él?! Dijo perdiendo el control algo que al parecer no muchas personas habían tenido la oportunidad de ver- tu eres el que siempre estaba con él!

-porque no me gustaba que estuviera solo con Mido-chin como en sus reuniones de baloncesto en Teiko- dijo infantil el más alto

-Eso era para que no regresaras a casa con él!- contestó igual de infantil y al notar sus propias palabras comenzó a reír, ahora si se sentía estúpido, en verdad tanto y nunca lo notó?- espera, eso significa que a ti...?- el otro asintió mientras acortaba la distancia entre ellos

-a mi me gusta Mido-chin- fue lo último que escucho antes del esperado beso que en realidad ninguno de los espero pero que estaban felices de recibir.

La habitación de Murasakibara se encontraba ordenada, aunque muchas cajas de dulces se veían por todos lados

-está bien si Mido-chin se queda hoy aquí?- preguntó inocente el más alto y el otro simplemente asintió

-Murasakibara, yo, te traje esto de regalo- le extendió la bolsa negra que llevaba con él, de la cual saco un bello contenedor trasparente con dulces de diferentes formas y colores

- gracias! Pero pensé que mi regalo había sido la rosa, eso había sido romántico- dijo aún más infantil y el otro se sonrojo

-te dije que ese había sido tu artículo de la suerte!

-pues sí que me dio suerte- dijo besándolo nuevamente para después apagar la luz de la habitación

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2018 ⏰

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