Noveno Capítulo

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Minwoo estaba agotado cuando llegaron a casa. No estaba seguro de si era el estrés mental de su estado anímico de la noche anterior o la culminación de la preocupación de la última semana desde el accidente de Tyron. De cualquier manera, pensó que podía dormir durante una semana. Sin compañía. Dejó que Tyron se quedara en la puerta bloqueándola dejando claro que Donghyun no era bienvenido.

Donghyun captó la indirecta y se quedó afuera. —¿Quieres venir a la mía después? ¿Tomar algo fuera? —Su rostro era esperanzador, abiertamente honesto. Todo esto era demasiado para Minwoo.

—¿Estás tratando de engordarme? —Donghyun sonrió, mostrando sus dientes perfectos—. Podría ser.

Minwoo negó con la cabeza. —Necesito dormir.

—Puedes dormir en la mía. Tráete a Tyron. No tienes electricidad, ¿recuerdas?

Tenía razón, por supuesto, pero Minwoo se había apoyado en él una vez. Ya era suficiente. —No.

Donghyun parecía decaído. —¿Te puedo dar mi número por si cambias de opinión? —Minwoo se mordió los labios.

Sacó su obsoleto móvil de su bolsillo y presionó un par de botones.

—Vamos, dímelo.

Donghyun recitó su número y Minwoo lo guardó.

—Entonces adiós, —dijo Donghyun.

—Adiós. Gracias por el desayuno.

—Ha sido un placer. —Donghyun se adelantó, cogió la cara de Minwoo y lo besó. Minwoo miró por un momento a los ojos de color violeta con el corazón latiendo furiosamente. Luego Donghyun dio media vuelta y Minwoo cerró rápidamente la puerta.

Subió las escaleras, se quitó la ropa y se metió bajo las sábanas de su cama. La almohada olía a Donghyun, a su caro aftershave y de su cara después del afeitado y al sudor de su pelo. Un feroz anhelo lo embriagó. No, él no podría hacer eso. Él y Donghyun, eso era algo que no podía funcionar, no sólo por la forma en que había comenzado sino porque eran de diferentes estados sociales. No tenían nada en común, salvo un sexo salvaje. ¿Cómo sería el veterinario con un BMW y una lujosa casa con un novio que no podía pagarse siquiera el salir una noche fuera y que vivía en ese agujero del que Donghyun tenía miedo de salir fuera de su fastuoso coche?

No tiene sentido, absolutamente ninguno. Él había se había vendido a sí mismo, se había convertido en algo inesperado, pero ahora era el momento de seguir adelante. Volver a la realidad.

Minwoo se despertó con un sobresalto a las siete en punto de la noche motivado por la pesadilla de un coche atropellando a Tyron, aullando, ladrando angustiosamente mientras Minwoo lo levantaba y lo colocaba en el asiento trasero. Se quedó temblando en la cama. Oh Dios, la sangre en las manos y los ruidos que Tyron hizo, con una acidez en la boca del estómago que Minwoo pensó que se trataba de él.

Y entonces la puerta se abrió y unos tranquilos ojos de color violeta lo miraron, examinándolos a él y a Tyron antes de decir: Buenos días, soy el Dr. Kim. Y Minwoo sabía en ese momento que él era un hombre en el que podía confiar, a pesar de lo que viniera después, ¿cómo había traicionado Donghyun esa confianza aceptando lo que Minwoo le había ofrecido libremente?. "Sólo soy un hombre" le había dicho y le había mostrado a Minwoo lo que era un hombre.

Minwoo cambió de posición descansando bajo las sábanas. Ansiaba con pesar. Se encontraba dolido de necesidad y desesperación. Quería tomar esa mano que Donghyun le había ofrecido y aferrarse a ella y no dejarla ir nunca.

Él clavó los dedos en la almohada. No podía, era demasiado arriesgado. Nunca podría ser ni en un millón de años, el hombre que Donghyun quería.

Se arrastró de la cama y se duchó con agua fría antes de vestirse con ropa limpia -su mejor camisa, sus mejores boxers- acicalándose el pelo con gomina. Un viejo bote de aftershave caro que ocultaba en la parte posterior del mueble del baño, un derroche que Minwoo se había regalado una vez gracias a un poco de dinero que pudo guardar. Probablemente cuando Tyron era un cachorro y no comía tanto.

Todavía olía bien. Se dio unas palmaditas en el rostro y cuello y se miró en el espejo. Qué tonto que era. Metió su cepillo de dientes en el bolsillo y volvió a entrar en el dormitorio. Se puso sus zapatos -los mejores y únicos que tenía para salir- y bajó las escaleras. Tyron levantó la cabeza desde donde estaba acurrucado en su cama en la cocina y miró a Minwoo con interés.

—Vamos, muchacho, vamos a salir. —Minwoo cogió una lata de comida para perros de la alacena y la sostuvo bajo su brazo, mientras animaba a Tyron—. Vamos.

Se puso el abrigo en la puerta y condujo a Tyron, cerrándola tras él. Cargó a su perro en el coche y esperó pacientemente, sin gritar, tres veces para que arrancara el motor antes de salir.

En la casa de Donghyun, dejó a Tyron suelto y lo condujo por el camino. Él esperó, temblando, sosteniendo la lata de comida para perros.

La puerta se abrió. Minwoo dejó caer la correa de Tyron y la lata de comida para perros, entró y puso sus brazos alrededor del cuello de Donghyun.

—Te quiero.

Donghyun gimió mientras sus bocas se unían. Metió a Minwoo al interior, asegurándose de que Tyron estuviera dentro antes de cerrar la puerta y se dirigieron hacia las escaleras, quitándose la camisa el uno al otro a medida que subían, besándose todo el camino.

Donghyun respiraba con dificultad. Tiró de Minwoo por el cinturón hasta llegar al dormitorio empujándolo sobre la cama, y quitándole los vaqueros.

Minwoo se quitó los zapatos. Él se liberó de los pantalones vaqueros y los boxers mientras Donghyun se desnudaba y luego vio como Donghyun se hundía sobre su sexo lamiendo con avidez.

—Joder. —Minwoo lo cogió del pelo. El cálido y húmedo deslizamiento de la boca de Donghyun lo llevó hasta el borde en cuestión de minutos. Se retorció, tratando de empujar a Donghyun hacia fuera.

Donghyun levantó la cabeza, sonriendo. —¿Qué es lo que pasa?

—Sabes lo que pasa. Esto es jodidamente excitante. Me voy a venir.

—¿Y qué? Me lo trago, ya lo sabes.

Minwoo gimió. Levantó a Donghyun debajo de él. —Necesito que me tomes. Por favor. —Donghyun lo besó con fuerza. Se bajó los pantalones y los boxers hasta la mitad del muslo y puso un condón antes de levantar las piernas de Minwoo, introduciéndose dentro de él tan profundamente como pudo.

—Dios. —Minwoo arañó la espalda—. No te detengas, no pares nunca, Donghyun.

Donghyun capturó su boca con fuerza. —No tengo esa intención. —Tomó a Minwoo con movimientos lentos y seguros con una mano trabajando su miembro, provocando que el deseo subiera desde sus testículos y su trasero extendiéndose sobre él como un fuego líquido.

Minwoo se arqueó y se resistió, envolviéndose con fuerza alrededor de su amante. —Por favor, por favor... Dios...

Donghyun sofocó sus gritos. Se estremeció un par de veces, silbando de placer y Minwoo supuso que había eyaculado, pero su amante continuó, su pene todavía duro, teniendo a Minwoo al límite y más allá.

El orgasmo sacudió el cuerpo de Minwoo, enviándolo lejos de ese hombre en la cama hacia otro mundo. Un mundo feliz con alguien tan sólido y fiable con Tyron a su lado.

Se mantuvo así hasta que finalmente volvió a sus sentidos, yaciendo bajo Donghyun con el rostro lleno de lágrimas y su cuerpo temblando.

Donghyun sonrió dulcemente y limpió cuidadosamente las mejillas húmedas de Minwoo con los dedos. —Creo que te amo, —dijo—. Para que lo sepas.

Minwoo lo miró boquiabierto. Volteó a Donghyun y lo besó.

You & IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora