Color Caramelo [Caleo]

III

Calipso

Había pasado una semana desde su primer día de clase.

Una semana desde que le habían enseñado la escuela; realmente Calipso se había integrado rápido, conoció a muchas personas y tenia un pequeño grupo de amigos decentes. Se escribían todos los días, como si las horas en la escuela no fueran suficientes, y si necesitaba equipo de trabajo con una mirada bastaba. Eran unos buenos amigos.

Y, si, había pasado una semana desde su tropezón con Leo. Es que nada más pensar en él le hacía recordar lo que pasó en la florería, le hacía pensar en la mentira que le dio a su madre (Calipso nunca, o casi nunca, mentía) y en todo el alboroto que el latino había causado; ¡No es como si por cada respiro que da ella fuera a mirarle reprobatoriamente!.

Ella no era así, pero ya no quería perder mas tiempo demostrándolo.

En fin, ¿Recuerdan el grupo decente de amigos?, pues ese grupo de locos y ella están almorzando, riendo de las tonterías de uno de los hermanos allí presentes. En una mesa circular estaban: Travis, Connor, Katie, Lou y ella, disfrutando del circo de los Stoll.

-Chicos necesito ayuda con el invernadero del instituto  -dijo Katie; esta chica se caracterizaba por cortarle el rollo a los Stoll, pero tambien burlarse de ellos, como toda amiga que se respete, por eso, cuando Katie pide ayuda, todos giran para  mirarle.

- Cuenta conmigo  -dijo Travis y rápidamente agregó- ¡con nosotros! No es que me moleste ayudarte, lo haría yo sólo...digo nosotros,  ¿Verdad Connor? -dijo buscando apoyo con la mirada en su hermano. ¿Se dan cuenta de con lo que tiene que lidiar Calipso? ¡Ese par de bobos estaban enamorados y no lo admitían!.

- No, yo soy un asco en jardinería,  hazlo tú  -dijo sonriendo con suficiencia y dejando a Travis y Katie muy sonrojados. Claro, Connor está consciente de lo que siente su hermano por esta chica y, ¿Qué hace él? Pues sencillo: lo lanza de una patada a su fracaso inminente.

- Yo ayudo  -se ofreció Calipso para romper tensión- amo la jardinería.

- Yo igual  -dijo Lou y Connor también se anotó. Ahora, cuando se trata de Lou Ellen, Connor puede ser igual o peor que su hermano. Aunque eso, para Calipso, es encantador.

Demasiado amor en el aire,  pensó con una sonrisa.

- ¡Por los Dioses! ¿Cómo es eso de que "la perdiste"? -se escuchó un grito femenino,  era Annabeth, presidenta de la clase.

Si giramos un poco el cuadro, Calipso conocía a Annabeth por el primer día de clases, aunque también porque todo el mundo hablaba de ella. Siendo Annabeth la chica más aplicada a la escuela, tenía las mejores notas y un novio hermoso. Porque, un Percy Jackson no lo tenía cualquiera.

Annabeth era la envidia feminina

- El pobre se asfixiaba, tiene que vivir fuera de la jaula  -espetó la voz de Leo, tal vez un poco más bajo que el grito de Annabeth, pero igual lo suficientemente fuerte para que toda la cafetería se enterara. Calipso perdió el rollo de su discusión y siguió comiendo. Luego sintió algo correr por sus pies al mismo tiempo que Leo se ponía de pie sobre la mesa y, colocando ambas manos a cada lado de su boca, gritaba:

- ¡Estudiantes, no se alarmen pero es posible que un lagarto ande suelto por esta cafetería! -el pánico inundó el espacio y comenzaron los gritos y exclamaciones impuras al oído de Calipso- ¡Que no se alarmen hombre!