Hace más de dos semanas llegue a mi nuevo departamento en Greenwich Village, ¡por fin estoy en Manhattan!.
Conseguí el empleo en Carter Corp y hoy es mi primer día. Estoy orgullosa de mí por haber podido obtener esta gran oportunidad.
A las 7:30 a.m salgo de mi departamento y subo a mi auto. Tengo un Volkswagen Jetta que me dejo mi padre cuando murió. Lo cuido como si fuera mi vida, es el unico recuerdo que tengo de él.
Llego al edificio y entró. Lo primero que veo es la bonita sonrisa de mi rubia favorita, Lisa.
-¡Hola, guapa!
-¡Hola, linda! No me digas... ¡Tienes el empleo!.
-¡Claro! ¿Qué creias?
-Sabia que lo lograrias. ¡Te felicito!
-Gracias, nena.
-Esto lo tenemos que celebrar -sonríe.
-Obvio.
-¿Nos vemos para el almuerzo? -pregunta.
- ¡Por supuesto! -me despido de ella y entro al ascensor.
Lisa y yo nos conocimos en la universidad, teníamos algunas clases en común y nos empezamos a llevar muy bien. Ella fue quien me informó de este trabajo. Es mi mejor amiga, no sé que haría sin ella.
Llegó a la oficina del señor Leviels y toco la puerta.
-Adelante -contesta.
-Buenos días,señor Leviels -le estrecho la mano.
-Buenos dias, señorita Miller -señala una silla y me dice-: Tome asiento, por favor.
-Así estoy bien, gracias -contesto.
-Le mostraré su oficina señorita Miller... ¡Ah! y por favor, en cuanto pueda, pasé a la oficina de Recursos Humanos a firmar su contrato. Bienvenida a Carter Corp, señorita.
Su bienvenida me arranca una sonrisa. Este sujeto es muy amable.
-Esta bien, señor Leviels. Muchas gracias.
-Sigame, iremos a su oficina -me hace una señal.
Voy detrás de él, entramos al ascensor y presiona el botón del último piso.
Cuando salimos del ascensor y llegamos a la planta presidencial, un «¡oh!» sale de mi boca. Piso de piedra. Paredes grises. Despachos blancos. Enormes ventanales. Modernidad absoluta. Mientras camino al lado del señor Leviels, observo el gesto serio de la gente. Me lleva a una oficina. Abre la puerta de madera oscura.
-Señorita Miller, esta será su oficina.
Me sorprendo al ver una linda y espaciosa oficina.
-¿En serio? ¿No esta bromeando?
-No. Esta es su oficina.
-¡Oh, me gusta! Es más grande de lo que creí -digo con asombro y él me sonríe.
-El señor Carter no se encuentra por el momento y no podría decirle a qué hora llegará, pero él se estará comunicando con usted por correo electrónico -me informa.
-Muy bien, gracias por decirmelo.
-Me despido, señorita Miller. Nos vemos despúes.
-Hasta pronto... ¡Ah! Y gracias -Me dirije una bonita sonrisa y sale de la oficina.
Comienzo a sacar fotos a mi nueva oficina y se las mando a Lisa.
-Envidiame.
-¡Oh, te odio!
