La Sorpresa

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De camino a la casa de Carla nos hemos parado en el centro comercial a hacer no sé que de Henry y he aprovechado para hacer los pagos de los servicios eléctrico, agua e Internet.

Una vez en casa de Carla entramos, ya es de noche, por todo lo que tardamos en el centro comercial, la señora María se emociona por ver a su hijo y se enoja con nosotras por no avisarle de su llegada para ella ir por él.

– Cariño estás tan guapo – dice Doña María a su hijo mientras lo besa y abraza – iré a prepararte algo rico para cenar.

Esa es la señal para irme así que aprovecho y digo – me voy – todos me miran – Es que tengo algo que hacer – me excusó.

– Yo me voy contigo – dice Carla mientras todos la miramos – Le voy a ceder mi habitación a Henry mientras arreglan la de el – se explica ella.

– No, no iras a esa casa – dice Doña María. 

– Es verdad no debes ir a molestar a Doña Eleonor – dice Henry – Además ¿qué es lo que tiene mi habitación?, que no la puedo usar.

– Carla tú no te iras con Daniela y mira Daniela todavía estoy esperando que vuelvas a casa con tu tía, eso de que estés sola ami no me gusta y menos después de lo que vi en esa casa – dice mientras nos mira a mí y a Carla – Cariño, tu habitación en estos años que estuviste fuera tu padre la ha convertido en un almacén y ha metido toda clase de disparates allí – le explica a Henry mientras acribilla a su marido con su mirada.

– Mamá yo creo que exageras con eso de no dejarme ir con Dani ya... – interrumpo a Carla.
– Sí señora María yo ya... – Doña María me interrumpe ami.

– Cállense las 2, no me van a convencer y si no quieren que ya saben quiénes sepan lo que vi se estarán tranquilas ¿entendido? – nos dice y afirmamos con la cabeza, la mamá de Carla a veces es un verdadero dolor de cabeza.

– Pero ¿qué significa esto? tú le estas solapando las sinvergüenzadas a estas 2 charlatanas, María yo te hacia más seria – le dice Don Carlos a su mujer – evidentemente molesto por no saber que sucede entre nosotras.

– Sí mamá tu nunca le habías guardado un secreto a papá y ahora lo haces por estas 2 – Henry le dice a su madre – y ¿qué tú ya no vives con Doña Eleonor? – me pregunta.

– No es nada cariño, es una tontería, además ni a tu papá ni a ti les incumbe, son cosas de mujeres – dice Doña María a su hijo – Y no, ya Dani no vive con su tía pero está a punto de volver – responde por mí y me mira.

– Ya me voy – digo con la intención de que no surjan más preguntas de Henry para mí y que Doña María deje de insistir con eso de que deje mi casa, les sonrió a modo de despedida.

– Tú no te vas niña, vas a cenar aquí – me dice Doña María – Carla ve y busca a Eleonor y a los hermanos de Dani, diles que vengan a cenar aquí todos que Henry volvió y esta será su bienvenida.

– No, yo la busco – digo mientras me dirijo a la puerta, Doña María me detiene.
- Ajá y tú crees que yo nací ayer, te quedas que yo sé bien lo que pretendes - mira a Carla y la apresura - y yo no te mandé a algo niña.

Doña María se la sabe todas me ha forzado a cocinar con ella y me ha dicho que ella sabía que me iría si me dejaba buscar a la tía, ahora ella y mi tía estarán molestando para que vuelva a vivir con la tía y mis hermanos.

A los 20 minutos entran Carla y mi familia los locos Adams 😂 y se arma el bullicio.

– My brother – grita Javier, mientras abraza y golpea a Henry.

Mi hermanito David es ciego así que mi tía lo guía hasta Henry y ambos lo abrazan y le dicen lo feliz que están de que él haya regresado.

Ni que fuera un soldado de la Marina que sobrevivió a alguna guerra.

Mi tía se nos une en la cocina para ayudar a preparar la cena y Carla también así que terminamos rápido.

Ya en la mesa todos estamos comiendo hasta que el insoportable interrumpe la paz.

– Señora Eleonor, usted sabe que es lo que mi mamá y estás 2 están ocultándole a papá.
Casi nos atragantamos las tres, tocemos y nos damos en el pecho.

– Creo... que no se – dice mi tía mientras nos mira.

– No que era un asunto de muj... – dice Henry y su madre lo interrumpe.

– Henry cállate, ya te dije que no era nada – lo mira mal – Eleonor te cuento más tarde sí.

Ya todos terminamos la cena y para no estar aquí cuando Doña María le cuente a mí tía me dispongo a marcharme sin avisar mientras todos charlan en la cocina.

Salgo con sigilo y ya en la puerta alguien me detiene.

– ¿Qué no te despides? – me dice Henry.

– Me asustaste, Adiós – digo soltándome de su agarre, salgo y el me sigue.

– No te hubieses asustado si no estuvieras huyendo.

– No huyó - resopló – Es que tengo trabajo mañana y debo irme ahora. 

– Ah así que trabajas y vives sola, has madurado – sonríe – Pero no tanto como para enfrentar tus problemas.

– Si yo he madurado, la pena es que tú no estúpido – digo mientras camino hasta mi auto y decido ignorar lo último que ha dicho.

Entro a mi auto y lo enciendo, cuando voy a arrancar el idiota se sube.

– Oye – grito, evidentemente molesta – Bájate te mi maldito auto ¡YAA! 

– No, ahora conduce, me llevaras a divertirme... claro, si no quieres que entre y le avisé a tu tía y a mi madre de tu huida – dice sonriendo, ese estúpido.

Resopló, aishh es que ese estúpido siempre se sale con la suya, no me queda de otra que hacerle de chófer para el idiota este.

ENTONCES SUPE QUE ERAS MÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora