Expectations [Camren]

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Lauren.

–¿De que hablas Dinah? ¡No puedo hacer eso! Pídeme lo que quieras, algo posible ¡eso es como creer en Santa Claus.!

–Claro que lo puedes hacer, no me vengas con excusas. –Vi a Dinah caminar hasta a mi con el teléfono en su mano.– Te dije muy claro que me deberías algo por no delatarte con Lucy y... ¡Esto es lo que quiero!

Me levante del banquillo comenzando a caminar de un lugar a otro, no podía ser cierto lo que me pedía Dinah, ¿o si?

–Dinah, estás de broma, ¿cierto?–Me detuve a preguntarle mirándola directo a los ojos.

Ella me miró con el rostro serio, la examiné y parecía no tener expresión alguna, lo cual solo significaba que hablaba muy en serio.

–¿Acaso me vez riéndome o algo para que pienses que estoy de broma?–Yo negué cerrando los ojos dándome cuenta que estaba jodida.–Ya te dije que es lo que quiero, ahora mismo voy a ponerme a investigar para ayudarte un poco con el asunto...

–¡Dinah, estás loca!–Hablé interrumpiéndola.–Yo no pienso...

–Es eso, ¿o quieres que en lugar de usar el teléfono para investigar lo use para escribirle a Lucy y decirle lo qué pasó la otra noche?–La mire a los ojos y trague saliva al escuchar su amenaza, sabía que ella no jugaba y lo que decía lo cumplía, Dinah es una persona de palabra. Volví a negar y la vi sonreír con malísia.–Muy bien eso pensé, voy a ponerme a investigar pero tú también busca soluciones, ¿Ok?–Asentí sin poder contradecirla.–Vale, ahora ya puedes irte a entrenar, ten un buen día.–termino de hablar sonriendo con sarcasmo y yéndose a su recámara.

Yo solo me quede sola de pie en la cocina sin saber que hacer. Moví la cabeza tratando de despejarme y tome mi bolso de deporte caminando a la salida, al menos el ir a gym me sacaría de mis pensamientos y me dejaría pensar en algo diferente que no fuera como resolver aquel problema que yo no había pedido en ningún momento.

Volví al presente al escuchar el llanto de un bebé. Giré mirando a las personas que estaban en la sala de espera del consulado.

–Laur, te van a llamar en un momento, y más te vale que hagas las cosas bien.–Vi a Dinah quien se sentaba a un lado de mi después de haberme agendado.

–Dinah, aún estamos a tiempo para que dejes esta idea extraña tuya.–Le dije bajo para que solo ella pudiera escucharme.

–Laur.... ya hablamos de esto, ya supéralo y has lo que tienes que hacer sin protestar, ya me estoy cansando de escuchar como te quejas.

–Es que.... no entiendo, ¿porque tú no la pides? ¡Hazlo tú si tanto la quieres aquí!–Dije hablando entre dientes molesta.

Dinah negó.

–Por que es mi mejor amiga duh...–Me contesto como si fuera muy obvio.

Yo negué bufando molesta.

–¡Lauren Jauregui!–Escuché mi nombre ser llamado por la secretaria y me puse de pie mirando con ojos de súplica a Dinah para que desistiera de su absurda idea pero ella solo negó empujándome para que caminara.

La secretaria me vio con una sonrisa amable y yo le di una más bien tímida o llena de terror, quizás ambas.

–El licenciado Méndez la atenderá en un segundo señorita Jauregui.

–Claro.–Fue lo único que pude responder.

Camine a la oficina que la secretaria me señaló y entre en ella aún con pánico, cerré la puerta detrás de mi y camine hasta llegar al escritorio sentándome en una se las dos sillas negras que había.

–Buen día señorita.... Jauregui.–Habló el sujeto  regordete de detrás del escritorio. Yo solo asentí nerviosa.–Muy bien, déjeme ver sus documentos.

Yo asentí entregándole mi ID y él comenzó a teclear en la computadora mis datos. Comencé a echar un vistazo por el lugar y era una pequeña oficina de esas que no tienen ni una pizca de vida a excepción de la pequeña planta apunto de morir en un masetero que lleva semanas sin ser regada.

–Muy bien.... es Lauren Jauregui originaria de Portland, Oregon.–Comenzó a hablar.– Nacida en junio veintisiete, cuentas con diecinueve años.–Terminó de hablar a lo cual asentí.–Entonces, ¿me podrías decir porque una persona con toda una vida por delante quiere unir su vida a otra?

Lo escuché preguntarme pero tal parecía que mi cerebro no procesaba una respuesta apropiada o más bien no procesaba nada.

–Hummm yo....–Comencé a hablar pero él me interrumpió.

–¿Sabías que si nos damos cuenta qué hay algo más detrás de esto puedes ser multada con diez mil dólares?

Yo al escucharlo abrí los ojos como platos y comencé a sudar frío a causa de los nervios, Dinah jamás me había hablado de nada de esto y ahora que lo tenia así de claro no pensaba seguir con este juego.

"Dinah: más te vale que no te eches para atrás, ya sabes que pasará si lo haces... solo te lo recuerdo."

Justo estaba apunto de desistir cuando me llego aquel texto de Dinah, hice una mueca al leerlo y no supe que hacer.

–¿Señorita? ¿Quiere seguir con el proceso?–Escuche la voz de aquel señor hablarme, alce la mirada y aunque sabía que mi rostro delataba nerviosismo traté de actuar normal.

–Perdone, justo es un texto de mi prometida.–Respondí con la sonrisa más falsa que pudiera tener, pero es que en este momento no me podría salir otra.

Vi al Lic. Méndez asentir de acuerdo y seguir con el papeleo.

–Muy bien, entonces eso quiere decir que sigue en pie el trámite, ¿cierto?–Me preguntó y aunque yo quería gritarle con todas mis fuerzas que no y salir corriendo de ahí no podía hacerlo.

–Claro, está en lo correcto, espero que pueda ser lo antes posible, estoy ansiosa por tener a mi futura esposa aquí conmigo.–Conteste llena de sarcasmo qué tal parece él no entendía.

–Ok, siendo así, le haré llegar los documentos y, en un lapso de tres días ella podrá viajar hasta acá, y tendrán que casarse lo antes posible para iniciar los trámites de residencia en el país de la señorita Cabello.

Asentí al escucharlo y me despedí de un apretón de manos, tomando el folder con los documentos que debíamos de presentar en tres días, vaya, era cierto eso que dicen "cada día se conoce algo nuevo" porque hoy conocí el nombre completo de mi futura esposa el cual es:
Camila Cabello.

......

Ok ok ok ok
Nuevo cap....
Espero como siempre sus votos y comentarios.

Nunca se olviden de sonreír;)