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Camila

Camine por todo el campus tratando de llegar a mi primera clase del día, al ser de primer curso tenía unos horarios un poco desiguales y entraba más tarde que los de cursos avanzados.

Mire la hora en mi móvil caminando de prisa, tenía exactamente tres minutos para llegar o el señor Hernández me dejaría fuera. Suspire viendo la puerta del aula aún abierta, eso significaba que aún estaba a tiempo. Por lo que acelere más el paso, la única razón por la que me detuve fue al sentir que choqué con algo o más bien alguien.

–Auch.–Me queje tratando de estabilizarme, al menos no había caído al suelo.

–Disculpa, disculpa.... Mila?–Escuche aquella voz hablarme por lo que alce la mirada encontrando a la terapeuta frente a mi.

–¿Ustedes se conocen?–Preguntó la voz de el señor Hernández después de que yo me quedará muda.

–Humm....–No supo que decir la terapeuta. Me le quede mirando haciendo gestos para que callara la información, después de todo nadie de aquí sabía que estaba casada, al menos legalmente.

–No.... digo, si...–Respondí nerviosa.–Solemos ir a la misma cafetería.–Me rasque la cabeza en nerviosismo.

El señor Hernández nos miró a ambas un poco convencido pero sólo se encogió de hombros.

–Muy bien, me alegra que conozcas a mi sobrina.–Yo abrí grande los ojos, eso si que era un problema.–Camila, a clase por favor.

–Si, Claro.–Respondí caminando dentro del aula.

–Nos vemos en unos días.–Se despidió la terapeuta, yo giré viéndola  con una sonrisa nerviosa y camine rápidamente a mi asiento tratando de pensar en que rayos haría al respecto.

.....

Mis horas habían concluido pero me quede en la biblioteca para poder adelantar la tareas que tenía, si quería seguir aquí debía salir con buen promedio, eso era algo que jamás salía de mi mente.

Suspire escuchando unas risas y no pude evitar rodar los ojos, ¿Acaso no sabían que en la biblioteca no se debía hacer ruido?

¿Estás segura? ¿Quieres eso ahora?.... eres una chica mala.

Negué escuchando los no tan bajos susurros pero por alguna extraña razón me parecía una voz conocida. Negué dejándolo pasar, ¿Quién podría ser? Yo no conocía a casi nadie en este lugar.

–Ya nunca quieres nada... no sé que te pasa o quién te pase.

–No es verdad.

Decidí tomar mis cosas y cambiar de mesa, esas conversaciones no me dejaban concentrarme. Camine tropezándome por segunda vez con algo este claramente no era mi día con mas equilibrio.

–Ten cuidado de donde caminas.

Escuché aquella voz hostil provenir de una chica que estaba sentada en el suelo.

–Perdón.–Fue lo único que pude responder.

Me llamo la atención el ver a alguien que salía de la biblioteca a toda prisa, pero eso no era lo más importante sino, la mirada que estaba recibiendo.

–Ya, no te preocupes.–Ella se levanto quedando frente a mi, juraría que le veía algo diferente.

Al ver que no decía nada más decidí caminar a la mesa que estaba a unos pasos, deje mis cosas y cuando iba a tomar asiento vi que ella me sacaba la silla para poder hacerlo. Yo la mire a los ojos y asentí por su amable gesto sentándome después.

–Si quieres tener una estadía tranquila, debes de saber que no te debes meter con las persona "populares" te puede causar demasiados problemas.–Yo volví a asentir quedando atrapada en su mirada, supongo que si me lo decía era por algo.

–Gracias por el dato.–Respondí sin poder evitar el tono hostil que ella tuvo conmigo.

–¿Por qué me hablas de esta manera?–La miré como sin poder creerlo, ¿De verdad me preguntaba aquello?

–¿Cómo quieres que te hable si apenas te veo?–Conteste bajando la mirada y abriendo mis cuadernos, ella puso su mano en las hojas impidiéndome que continuara.

–No creo que te importé mucho verme, ¿acaso no dijiste que apenas y me conoces?–Atacó cerrando mi cuaderno para que le pusiera atención.

–Por que creo que es así, sino tropiezo contigo, ni siquiera te conozco.–Respondí tajante.

Ella se agachó quedando a mi altura, me miró a los ojos y subió una mano acariciando mi mejilla, yo cerré los ojos sin poder resistirme a sus caricias y a sus ojos que me atrapaban. Sentí su respiración muy cerca de mi rostro por lo que suspiré.

–Hey green, ¿vienes o no a la fiesta?

Abrí los ojos al sentir un leve apretón en mi mano, y todo lo que pude ver fue la figura de Lauren desaparecer por el pasillo, ella giró mirándome y guiñándome un ojo, la vi encontrarse con aquel chico rubio que la esperaba en la puerta y juntos salieron del lugar riendo de algo que no tenía ni idea.

[.......]

El reloj de pared marcaba las once de la noche, me levanté de la silla del comedor cerrando aquel libro de leyes, quería saber lo más posible del tema para así poder ser un buen promedio.

–¿Sigues aquí?–Dinah me Preguntó entrando a la cocina.

Yo solo asentí tallándome los ojos por el sueño que sentía.

–Debes relajarte, Mila.–Comenzó a decir sacando algunas cosas del refrigerador.–No por ir más deprisa aprenderás mejor.

–No se de que hablas.–Conteste negando comenzando a apilar los libros para meterme a dormir.

–Sabes a lo que me refiero, sal un poco, diviértete con tus nuevos compañeros.–Camino hacia mi con dos sándwiches tendiéndome uno. Yo le agradecí con una sincera sonrisa.–Sé que no he sido una buena anfitriona estos últimos días, pero es que la facultad me está consumiendo.–Dinah dijo aquello con pena en su voz.

Yo volví a negar con una sonrisa. ¿Porque creía que se debía disculpar? No debía estar sobre mi las 24 horas del día, yo sabía que ella también tenía una vida y lo consecuente responsabilidades que atender.

–No te disculpes, yo sé que la facultad es mas pesada en el semestre que estás.–Le respondí y ella me abrazo, yo correspondiéndole.

–Está bien. ¿Qué te parece si hacemos un maratón de películas el fin de semana?–Me propuso animada y yo alce una ceja.–Vale, vale, te prometo adelantar mis tareas para tener unas horas libres.

–Tranquila, ¡si hagámoslo!–Le Conteste con una ligera emoción, toda la que podía con aquel cansancio.

Dinah rió un poco tapándose la boca, tenía esa manía que por nada se le quitaba.

–Está bien, arreglado esto, voy a continuar con mis deberes. Buenas noches.

–Buenas noches.–Respondí viendo cómo se adentraba a su habitación y yo entré a la de Lauren.

¿En dónde estará Lauren? Me metí a la cama con ese último pensamiento.

Cami.... cami... ¿Estás dormida?

Abrí mis ojos al escuchar aquellos susurros, y me sobresalte al ver la silueta de alguien frente a mi.

–Tranquila, soy yo.

–Lauren...


....

Lo prometido es deuda... para que vean que cumplo con mi palabra.

Nunca se olviden de sonreír:)

Expectations [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora