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Camila

–Mamá no llores más, sabias que esto iba a pasar.

–Perdón Mila, es que....–Respondió tratando de limpiarse las lágrimas que corrían por sus mejillas.

–Mami, me harás llorar a mi también.–Le dije limpiando sus lagrimas con el dorso de mi mano.

La vi asentir de acuerdo.

–Mila, prométeme que te vas a cuidar y que vas a poner de prioridad estudiar y no andar con cualquier chico por ahí.

Gire ahora escuchando a mi padre quien me dijo aquello con el ceño fruncido, yo solo asentí dándole un abrazo que él correspondió.

–Hermana, ¿vendrás pronto?–Sofi dijo aquello con la voz llena de tristeza.

Me separé del abrazo con mi padre y le di toda mi atención a ella, mi pequeña hermanita que, aunque no quisiera tenía que dejar, lo tenia que hacer si quería progresar y poder ayudarles a tener una vida mejor.

–Te prometo que si, Sofi, vendré en cuanto tenga unos días libres, y podremos hablar hasta tarde de lo linda que será mi nueva escuela, ¿vale?–La vi asentir y a continuación se arrojó a mis brazos largándose a llorar.

Yo la abracé muy fuerte tratando de consolarla y susurrarle cientos de "no llores más sofi" hasta que se calmo un poco.

–Ok, es tiempo de entrar al aeropuerto.–Dije abrazando a mi madre, después a mi padre y por último a sofi quien me soltó muy a fuerza.– Los quiero y los extrañaré demasiado, pero voy a estar bien.

Los vi asentir con un movimiento de cabeza y acto seguido me di la media vuelta tomando mis maletas y caminando al aeropuerto. Escuchando como me gritaban que me amaban y me extrañarían. Pero no gire, no quería verlos porque sabía que si lo hacía no resistiría más las ganas de llorar.

Mientras entraba pensaba si eso último que les dije había sido para que ellos estuvieran mejor o para creerme que iba a estar bien, negué tratando de alejar las lágrimas que ya comenzaban a rodar por mis mejillas y traté de pensar de nuevo en que todo saldría bien y que si la vida me había dado esta oportunidad era por algo, mis expectativas volvieron a subir y esperaba que así siguieran.


[.......]

–¡Maldita seas Lauren Michelle, contesta el maldito teléfono!

Escuché a Dinah gritarle al teléfono que tenía pegado a la oreja, llevaba tratando de comunicarse con su mejor amiga desde hace unas horas pero este siempre la mandaba a la contestadora.

–Dinah, quizás esta ocupada, ¿por que no lo intentas más tarde?–Ella me miro molesta y con la boca abierta como si hubiera dicho alguna barbaridad. Yo solo alce las manos en rendición y me volví a sentar en el sofá.

–Mila, ¿es que no vez que esto es muy grave?–Comenzó a decir mirándome fastidiada porque yo no entendí su punto.

Se sentó a un lado de mi respirando dos veces tratando de calmarse.

–Lo siento Dinah, pero no se porque es tan importante que ella esté aquí.–Respondí encogiéndome de hombros.

–Mila, ¿cuando llegaste?

–¿Hace un día?–Conteste sin saber porque me hacía aquella pregunta, es obvio que ella lo sabía porque ella fue a recogerme al aeropuerto.

–Ok, ¿y acaso la has visto por aquí?–Yo negué aún sin entender.–Muy bien, entonces eso quiere decir que ella está huyendo de mi, ¡de nosotras!–Abrí la boca en o al entender.–¡Y tienen que presentarse al consulado mañana al medio día y aún no se conocen en lo más mínimo!

Termino de decir aquello levantándose del sofá marcando de nuevo el número de su amiga, esta vez le puso altavoz y la llamada le mando al buzón de voz.

–Dinah, queda claro que eso no está funcionando.

–¡Apagó el teléfono! ¿¡Cómo se atreve?!

–Tranquila Dinah, ella tiene que regresar en algún momento, ¿no? Después de todo este es su departamento también.–Dije como si fuera lo más obvio.

–Ay Mila.... no sabes que a Lauren le sobran sitios para vivir.–Dijo eso arrojando el teléfono a la mesita de noche, se dejó caer en el sofá cerrando los ojos y resoplando muchas veces.

Yo me quede sin saber que hacer, era cierto que no sabía nada de este lugar pero esperaba que no fuera tan malo como comenzaba a pintarse y que esté solo sea un contratiempo.

–¿Y piensas que ella estará mañana en el consulado?–Me atreví a preguntar después de quedarme callada unos minutos.

Dinah abrió un ojo mirándome por un segundo y después lo volvió a cerrar llevando sus manos al rostro.

–Espero que si, ella sabe que no le conviene faltar.–Contesto y yo la mire sin entender.

–¿Qué dices?

–No que, ella sabe que no debe faltar, el licenciado le dejo muy claro aquello.–Respondió rápidamente y se incorporó tomado el teléfono de nuevo.–¿Quieres una pizza?–Me preguntó y yo asentí.

La escuché pedir la que es mi pizza favorita y minutos después puso una serie que veíamos juntas aunque ella desde aquí y yo en México.

–¿No es mejor poder ver la serie de esta manera?–Preguntó y yo sonreí.

–Claro que es muchísimo mejor.

Ella me abrió sus brazos para que me acurrucara en ella y yo no tarde nada en hacerlo. Al fin podíamos hacer esto que dijimos muchas veces por textos, Dinah tenía dos años de ser mi amiga a distancia y aunque en un principio nunca pensé que una amistad por una red social perdurara tanto, ahora me daba cuanta que si podían serlo, y muchas veces estas amistades son mas leales que las que tenías cerca.

–Estoy feliz de que estés aquí, Mila.–Me dijo sacándome de mis pensamientos. Yo le respondí abrazándola más fuerte y ella comenzó a reír a carcajadas.–¡Tranquila que me vas a asfixiar!–Dijo aún riendo.

–Claro que no exagerada.–Yo conteste alejándome del abrazo, dándole un golpe juguetón en el hombro.

–Mila, nunca me dijste que eras agresiva, de ser así no te hubiera seguido contestando.–Dijo sobándose el hombro. Yo me reí porque sabía de sobra que no le había dolido ni un poco.

–Bueno, pues ahora te vas a aguantar mis golpes porque ya estoy aquí y no hay retorno.–Conteste en tono de broma que ella captó.

Nos miramos por unos segundos y después nos echamos a reír ambas a carcajada limpia.

–Yo también estoy feliz de estar aquí.–Dije cuando paramos de reír.

Vi a Dinah sonreír muy grande que me contagió su sonrisa.

–Lo sé Mila, ya no podías vivir sin mi.–Dijo siguiendo las bromas que estaba acostumbrada de ella, yo rodé los ojos y ella rió de nuevo.

Se escuchó el timbre y ella se levantó yendo a atender.

–Eres una de mis mejores amigas Mila, no lo olvides.–Me dijo eso último caminando a la puerta principal conversando en el chico de la pizzería.

Yo volví a sonreír al darme cuenta que, estos momentos con mi mejor amiga no los olvidaría jamás.

.......

Sorpresa(?

Perdón por tardar en actualizar pero tuve una semana muy ocupada, pero aquí está, háganme saber que les está pareciendo!!

Nunca se olviden de sonreír:)

Expectations [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora