5. Contradicción

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Narra Paula

Desperté con dolor de cabeza, estaba en el sofá. Me incorporé como buenamente pude y fui al baño, me miré al espejo y me asusté

-Para qué bebes-me reñí a mi misma.

Salí del baño y volví al salón. Recordé lo que pasó la noche anterior con Malú. La había cagado, estaba claro. Primero entro a su casa a robar y después la beso, ¿En qué cabeza cabe?
No sabía si llamarla, en unas circunstancias normales claro que la llamaría, pero esta vez no sabía si era buena idea.
Pero al final fue ella quien me sorprendió llamándome. Me quedé unos segundos mirando la pantalla y se lo cogí.

-Hola-tragué saliva
-Hola-contestó-¿Estás ocupada? Quiero hablar contigo a la cara.
-No, estoy en casa, me he despertado hace nada.-me froté la cara.
-A buenas horas-miré el reloj y tenia razón, eran la 13:50- Bueno pues voy para allá. Colgó.

De su casa a la mia habían 20 minutos en coche, así que decidí ducharme.
Salí de la ducha y me preparé un café, tenía que estar espabilada. Poniéndome el azucar tocaron al timbre. Abrí y era ella

-Hola-dijo entrando. Sonreí.Le ofrecí café.-No, gracias. Será rápido.-asentí y nos sentamos en el sofá.
-De qué quieres hablar- rompí el hielo.
-De lo que pasó anoche
-Lo siento, no debería haberlo hecho...
-No te disculpes-me cortó-Pero es que, joder. No puedes hacerme esto. Ahora no, estoy muy cabreada con lo que me hiciste, ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?
-No lo sabes.Yo, de verdad, siento lo que hice, estaba a la desesperada.-suspiré-Yo no soy así.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer yo ahora?
-Eso sólo lo puedes decidir tú. Mira Malú, tú a mi me gustas, me gustas mucho.Aun que no se haya notado hasta ahora. Y entiendo perfectamente que no confies en mí, si no confío ni yo..-rei- Si quieres voy a casa de la hija de puta que estuvo conmigo esa noche y que me lo devuelva todo.
-A esa chica la está buscando la policia, y te negaste a decir sus datos.
-No puedo traicionarla, aun que ella me haya traicionado a mí.La conocí en el centro de menores, le estaban haciendo la vida imposible, en la cárcel se la comerían, no voy a hacerle eso a nadie.-asintió.
-Pues devuelveme mis cosas, demuestrame que no sólo te importa el dinero.-asentí. Surgieron otra vez esas ganas de lanzarme encima de ella, pero no iba a hacerlo.-Bueno, me voy.

La acompañé a la puerta, una vez estaba abierta fuimos a darnos dos besos y nuestros labios se unieron, por unas milésimas de segundo, nos separamos y nos quedamos mirándonos a centímetros de distancia. Imagino que las dos estábamos teniendo el mismo conflicto interior; hacerle caso a nuestra parte racional o, simplemente, dejarnos llevar. Al final, ganó la segunda opción. Volvimos a besarnos, esta vez con más intensidad. Se subió encima de mí y yo de una patada cerré la puerta de entrada, la llevé hasta el sofá, parando primero en la mesa del salón. Empezamos a desnudarnos, despacio, sin separarnos a penas.
Recorrí desde su cuello a su barriga dándole pequeños besos. Después decidió tomar el control, se puso sobre mí y empezó a hacer magia.

Ese día me sentí libre, despues de mucho tiempo, terminamos abrazadas en mi pequeño y viejo sofá.

Amor enemigo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora