15. Huida

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Por fin encontré trabajo, después de un par de semanas volviéndome loca por Madrid. Empezaba ese día, estaba al lado de mi casa, a cinco minutos andando.
Era un restaurante normalito, me querían para la barra, libraba un día a la semana y cobraba 1200€ al mes, más propinas. Sólo esperaba que cumplieran.

Esa noche Malú no durmió en mi casa, estaba costipada, cené con ella en su casa y me vine a la mia.

Sonó la alarma a las 10 de la mañana, esa semana me tocaba hacer guardia después de las comidas y el cierre así que no abría yo.

Me tomé un café y me vesti con el uniforme que me dieron unos días atrás.

A las 11:00 ya estaba entrando al restaurante.
Me presenté con toda la plantilla y me fui a mi sitio de trabajo.
Hubo mucha gente para comer, a las 16:30 los camareros y cocineros se fueron y, como ya he dicho, hice guardia yo sola hasta las 21:00 que vinieron todos otra vez para los servicios de cena.

-¿Como estás?-pregunté nada más cogió el teléfono Malú.-Bien en la camita, me encuentro mucho mejor ¿Tú que tal el primer día?
-Bien, se han ido hace media hora todos, he rellenado camaras y me acabo de salir a fumarme un cigarro y a tomarme un café.
-Me alegro, cariño. ¿Habeis tenido mucha gente?
-Siete mesas reservada y lo demás sin reservas, pero se a llenado.-me apoyé en el respaldo de la silla.Un hombre entró en el restaurante-Cariño, luego hablamos que a venido un hombre.
-Vale, vente a mí casa en terminar, viene José con su chica, asi la conoces.
-En cuanto salga te llamo-colgué.

Entrando vi que eran las 18:15 le serví al hombre y ya me quedé en la barra.
Diez minutos después empezó a entrar mucha gente, tambien tenían tapa-caña. A lo tonto se llenó de nuevo el restaurante, lo pasé un poco mal pero teniendo en cuenta que estaba sola y que era el primer día y aún iba un poco desubicada, era lo más normal pasarlo mal.

Cerré la persiana a las 00:30 no hubo mucho a la hora de cenar, un par de mesas para cenar y alguna más bebiendo.
Fui a casa a por las llaves de la moto, ni me cambié. Fui directamente a casa de Malú.

-¡Cariño!-me abrazó.
-¿Cómo está la enferma?
-Ahora muy bien-sonreí pegada a ella. Cerré la puerta y pasamos al salón.
-Hola-saludé entrando. Le di dos besos a José y me presentó a Raquel, su mujer.

Me sentía muy bien con ellos, demasiado bien. Después de incontables chupitos salí al jardín, ellos seguían dentro hablando de todo, no se les terminaba la cuerda.

Me senté en el césped y me lié un peta, lo necesitaba. Me estaba empezando a poner nerviosa.

-¿Qué haces?-Malú se sentó a mi lado. Miró el peta, ya enchufado.-¿Fumas?-ella aún no me había visto fumar y yo no le había dicho nada, no le daba importacia.
-Sí-le di una calada.
-¿Y te sales sólo para fumarte un porro? ¿No puedes fumártelo en el salón o en ir a tu casa?
-No voy a fumar en tu salón, sin haberme dado tu permiso y no, no me he salido para fumármelo. Necesito estar sola unos minutos.-tuvimos esa conversación sin mirarla ni un segundo.Se acercó más a mí.
-¿Qué te pasa?-besó mi hombro.
-Pues que yo nunca he tenido esto, Malú. Y no sé si me lo merezco.

Me levanté y volví al salon a coger mis cosas, después salí de casa de Malú sin despedirme de nadie.

Amor enemigo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora