SEPTIMO MES - DEPRESION

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Steve había salido con el abuelo.

Serían dos días lejos del hormonal omega.

Ahora Danny era problema de la abuela.

La abuela despertó esa mañana con antojo de camarones, así que mando a Doris y a Mary al mercado.

Preparo su infusión de jengibre y saco de una caja escondida de galletas de avena.

Las mujeres llegaron con las compras y Doris se dispuso a cocinar las gambas.

- Mary querida ve y despierta a Danny – la voz de la anciana no dio indicios de negarse

La rubia subió los escalones tan lento como pudo.

Danny despertó al oír el trasteo en la cocina, su enorme barriga le impedía moverse a libertad.

Cerró los ojos y conto hasta diez.

Uno, dos, tres

El omega traro de girarse hacia la derecha, no pudo, pero siguió intentando

Cuatro, cinco, seis

Apretó los dientes y trago sus sollozos, su enorme barriga no le impediría levantarse de esa prisionera cama, al diablo su presión arterial, estaba aburrido de estar en cama todo el tiempo.

Si no hubiera sido por Erik el seguiría andando de aquí para allá.

Si su estúpida presión hubiera aguantado un poco más, se habría desmayado en casa.

Si Steve era un exagerado con su salud, ahora no lo dejaba hacer nada.

Siete, ocho, nueve y diez

- Por fin – dijo amargo, se sentó a la orilla y trato de ponerse sus pantuflas, otra vez su enorme y venosa panza le impedía ver sus pies - ¡Animal! – grito

- Steve se fue con el abuelo, la abuela, mamá y yo te atenderemos – el rubio trago saliva, Steve lo había dejado

Mary levanto a Daniel con esfuerzo y le ayudo a ir al baño.

El rubio omega estaba avergonzado de su cuerpo.

- Sal – dijo el omega – puedo solo – la omega salió, quedándose en la puerta

Danno se vio en el espejo, y lloro en silencio.

Ese no era él.

Sus rubios cabellos estaban secos.

Su radiante cara, estaba demacrada, oscuros círculos adornaban sus ojos, su cuerpo ejercitado ahora era piel y huesos.

Su vientre tenía una coloración rojiza y venosa, la cosa viviente estaba inactiva, gracias al cielo.

Mary estaba preocupada, entro al baño y noto que Danny aún no se duchaba.

- Déjame ayudarte – la omega metió al terco hombre a la regadera.

La omega, baño a su cuñado, la esponja era pasada por su huesudo cuerpo.

El embarazo de Daniel fue diferente a cualquiera que ella hubiera visto.

El no ganaba peso, lo perdía, el médico les había dicho que la cría era alfa, y las crías de alfa siempre consumían las energías de sus madres o padres omegas.

- Danny ¿podrías lavarte? – el rubio limpio su conducto anal y pene, la pequeña personita escogió ese momento para hacer sus estiramientos.

SWEET OBSESSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora