Memorias del infierno
Todo se había puesto oscuro, no supo ni cuánto tiempo había pasado desde que perdió el conocimiento; recordaba caminar junto a Lucía a las afueras del pueblo a una cabaña, todo se había tornado borroso, nublado, esa voz, esa voz que escuchó a la puerta y después la imagen de Alondra, sí, eso fue lo que pasó, ya podía recordarlo todo con más claridad. Abrió lentamente los ojos para inspeccionar el lugar, estaba en un cuarto desconocido, al parecer dentro de la misma cabaña, se incorporó lentamente hasta quedar sentado aún en la cama en la que habla despertado, ¿habría sido solo un sueño? No, no, eso no fue un sueño, Lucia decía la verdad desde un principio, ella trajo a su madre Alondra de vuelta a la vida, ¿pero cómo? ¿Cómo una joven de 19 años pudo burlara la muerte? Quería respuestas, pero no estaba seguro de poder con las explicaciones que estaba a punto de recibir, pensó en hacer algo de ruido para llamar la atención del cuarto contiguo y que todos notaran que él ya estaba despierto, pero no fue necesario, la perilla de la puerta giraba silenciosa pero contundentemente, corno si alguien estuviera por entran.. ¿Sería Lucía? Tal como lo había supuesto, Lucía cruzó el umbral de la entrada pausadamente con una charola entre sus manos, un plato con un sándwich y lo que parecía ser un jugo de naranja estaban sobre la bandeja, él la miro directamente a los ojos y espero a que ella hablara, seria más fácil para él, pues así se evitaría una pregunta tonta o por lo menos eso esperaba. —Veo que has despertado,. he traído algo de comer y beber para que te repongas del susto que te has llevado con mi madre. Tomó á charola y para su desgracia notó que no había sido más fácil preguntar, aun y cuando ella comenzó la conversación de su madre, así que se limitó a asentir y dando un trago al jugo, por la enorme sed que ya lo perseguía se dispuso a aclarar toda la stluación; era difícil no sentirse extraño ante la ahora imponente figura de su novia, una que era capaz de revivir muertos. —Tu madre... ¿cómo es que ella?... —¿Que cómo es que ella está de vuelta? He interrumpió con un tono cómplice, como facilitándole la pregunta—. Muy bien, espero que no te exaltes si la llamo, para explicarlo frente a ella. —Está bien, guardaré la calma —respondió más calmado. Lucía llamó a Alondra con un pequeño grito, ella cruzó rápido la puerta y tomó asiento en la silla frente a la cama sin decir una palabra, lo primero que noto es que ella lucía perfecta, impecable, igual que en la foto de su tumba. Dedujo que al [-escodar regresas en el preciso momento en el que perdiste la vida, era dificil darse cuenta si ponis atención, pues una parte de ella parecía inmersa en pensamientos demasiado complicados, de vez en cuando los miraba como una persona normal, otras veces estaba completamente perdida en si misma y sus asuntos. Lucía le pidió a su madre que tomara asiento, pues lo que estaba por contarle era también desconocido para ella, sería mejor que todos hablaran tranquilamente ya que era momento de revelarles a ambos como había logrado vencer a la muerte y cuales habían sido los costos que había tenido que pagar. —Después de obtener el libro de aquel misterioso hombre, me di a la tarea de leerlo incansablemente, hablaba sobre vida y sobre muerte, sobre como los ángeles vigilan a los humanos pero no pueden intervenir, ellas sufrian ta. como Dios al ver las guerras, a pesar de que no entendían porque él permitia todo esto, sentían que no eran quiénes para desobedecer sus mandatos, asi que un dia, el arcángel Zadquiel en su desesperación reveló el secreto que Dios puso en las mujeres para que estas pudieran ser madres y dar vida, lo recreó con un hechizo, este hechizo tenia tanto fuerza divina, como magia negra obtenida de un demonio que al parecer habia sido muy apegado a él mism antes de la rebelión de los caídos, es el mismo hechizo que macé aquélla vez que estuve en el bosque; de ahí en adelante sentí que algo había cambiado en mí, hice mis primeros experimentos con algunos animales, estos no duraban mucho porque no estaba diseñado para ellos, pero aun así daban pequeños resultados, hasta que finalmente me atreví a intentarlo con una persona, era alguien de un pueblo vecino, mi sorpresa fue grande al verlo despertar, tenia aquella mirada que tienen los que han perdido el conocimiento, me di cuenta de la responsabilidad que ahora tenia, debía ser cautelosa, no podría solo venir a revivir a mi madre sin que el pueblo se alarmara, así que metódicamente preparé todo, había decidido llevarlo a cabo una mañana, pero un día antes por la noche supe lo de tu padre, recordé el dolor que yo sentía, los vi a todos de lejos tan tristes y supe que tendría que esperar un poco mas a que estuvieras listo para ayudarme, por desgracia el día del saqueo al funeral cometí el error de no remover más cuerpos a robar más de las tumbas para quitar las miradas de nosotros. Lucia, ¿pero cómo es que tú haces esto? Es decir, ¿debe de tener algún costo no? ¿Cómo moviste los cuerpos? —las preguntas en él se amontonaban a una velocidad sofoca.. —Hacerlo conlleva un método bastante simple, debo tener el cuerpo, haber escrito en mi piel el nombre de quien quiero que vuelva y también de la persona que yo conozca que le tenga un amor incondicional: ademas debo poseer una muestra de amor del más puro que el haya recibido, esto puede ser una fotografía, una carta, un tesoro familiar. Mover los cuerpos seria la parte difícil pero tuve ayuda, la ayuda de la primera persona que traje de vuelta y que ahora me mira con mucha gratitud, alguien de quien nadie sospecharía. ¡Leonardo! El cuidador que encerraron en el panteón. ¿Fue él no es así? —cayó en cuenta. —Así es, él fue quién me ayudó con los cuerpos, ellos se mudaron de su pueblo hacia acá con la intención de empezar de cero, de ser olvidados en su antiguo hogar y construir uno nuevo, se cambió el color del cabello, viste diferente, su familia hizo la mismo, dejó su vida de medico y ahora es un cuidador, pero está con su familia, ellos son felices... como ven, todo ha osudo la pe.. En cuanto a cuál es el costo de traer a una persona para acá, pues es un poco complicado de entender, en el libro dice que mi alma vagará por la obscuridad a un rumba que ya no pertenezco: al cielo, que me quedaré sin descanso. —Debe ser dificil afrontar ese destino —dijo él. —Algo más que no te he mencionado es que hay un capítulo donde Miguel se desahoga diciendo que los caminos de Dios son demasiado complejos, que la gente va más al infiemo de lo que creemos, que realmente no tenemos ni idea de que tan difícil es llegar al paraíso, por eso decidí renunciar a él, si mi madre podía no estar en él, ¿de que serviría? Decidí traerla de vuelta y disfrutar su compañía, parlo que se pudiera, y es que otro de los costos que pagamos es para traerlos, es un cuarto de nuestro total de vida, esto quiere decir que si pude haber vivido 100 años, ahora no pasare los 75, pero es justo, ya que ella me dio la vida. —Ya veo, todo esto me parece demasiado, no sé qué decir pero._ tengo otra duda — insistió él. —Estoy segura que se cuál es —dijo apenas al terminar de oírla oración. Alondra las miró fijamente, parecía serena pero a la vez temerosa, como si recordar todo aquello le trajera recuerdos que le pesaban en el alma, se inclinó hacia adelante y empezó a narrar poco a poco cada uno de sus difusos recuerdos. —Claro, lo haré porque sé que tienes á necesidad de saberlo por tu padre, pero debo decirte que tal vez no te satisfagan mis palabras, y también debo aceptar que a mí me hace faya decirlo pero debo advertirte que no comprendo todo lo que recuerdo, .pero me sepas entender y no pierdas la paciencia conmigo —dijo Alondra—. Al principio era solo silencio, las voces se empezaron a agolpar de pronto a mis lados, sabia que no tenían voz, pero podía escucharlas de manera lejana, como escuchar a alguien rezar en el fondo de una iglesia, sabía que no tenia cuerpo, por ende no tenía ojos pero podía percibir todo de una manera diferente, fui consciente de todo lo que pasaba a mi alrededor era como tener ojos por todos lados, nada escapaba a mi percepción, éramos demasiados, solo sentía luces a nuestro alrededor, luces enormes de un camino interminable, todos tomábamos el mismo camino porque no había otro lugar a donde ir, pero habían una necesidad de ir hacia allá, era como si mi conciencia me obligara á caminar hacia ese lugar y sentía que ya también queria i, después de lo que ya percibí como horas, hablamos llegada a un gran puerta, era un arca enorme de varios metros de altura, pero no estaba hecha de madera o de metal, estaba compuesta por luz, luz que llenaba de paz, en esa puerta nos llamaba a cada uno por nuestro nombre, uno por uno, es dificil explicar esto, pero a pesar de que éramos tantos todo pasaba a una velocidad extraña, ahora entiendo eso de que el tiempo es relativo. Al pasar un poca de tiempo, me di cuenta que uno a uno iba siento tocado por una diferente luz, una luz celeste o una luz blanca, no entendía la diferencia pero de alguna manera dentro de mi supe que era lo que pasaba —sollozó. Alondra hizo una pequeña pausa en ese momento, bebió un paco de un café que su hija le habla llevado, miró los ojos de aquel chico lleno de dudas y a pesar de que a veces quería dejar de habla, se obligó a resistir porque sabía que tenía que calmar al chico. —Si las luces eran diferentes, significaba que una era para el paraíso y otra para... —pregunto el chico esperando la respuesta. —Si, una era para los condenados, otra era para los salvos, no habla bocas pero si voces, los gritos comenzaban o terminaban a medida que las almas desaparecían, eran rápidos ya que no pasaba nada de tiempo entre lo que una luz te tocaba y el alma simplemente dejaba de estar presente, después escuché mi nombre, al pasar esa hermosa luz que me esperaba ahí frente a mí, finalmente pude comprender que era un ángel, tornó una forma corpórea y me hizo una pregunta;
—¿Sabes por qué estás aquí?, deberías de saberlo, debes ser juzgada corno la persona que fuiste, y eres culpable, culpable de exponer a tu hija, de permitir por años los maltratos, de no cuidar la vida que pediste dar, fuiste asesinada por la persona que escogiste para ser el padre de una hija de Dios, tu castigo será el infierno.
Yo no lo podía creer, ¿como era posible que se me juzgara por los pecados de mi esposo? Yo era una víctima, no sabía que iba a pasar conmigo, sentía mucha tristeza pues eso significaría el infierno por toda la eternidad para mi, no podía escapa, pero no podía resignarme, levantó lo que parecía una lanza, una luz celeste se ilumino en la punta de esta, en ese momento otra luz llego y se interpuso entre mí y el rayo de luz celeste, tomó una forma de ángel al igual que la otra, parecia un guerrero que con su escudo había desviado la luz y con una voz de mando cuestionó de la siguiente manera:
—¿Pero te has vuelto loco? No puedo concebir que quieras condenar a una víctima de asesinato de tal manera, ¿es que acaso pretendes que los inocentes paguen por no ver el futuro? —dijo el recién llegado. —No te metas en esto, Miguel, este es mi trabajo y no tienes autoridad sobre mi, no me importa que seas el arcángel consentida —le respondió aquélla voz. —No entiendo tu rencor hacia la imagen y semejanza de nuestro señor, pero no lo permitiré más.
—En este punto cabe señalar que ellos, a pesar de tener una forma semihumana, distaban mucho de los hombre comunes, pues eran más altas y fuertes, de cabelleras largas y con rasgas perfectos, como si las hubiera pintado el Mismísimo Sandro Botticelli; sus voces imponían respeto, su presencia era simplemente divina, por encima de los humanos sin ninguna duda —continuo con el relato.
—¿Piensas iniciar una guerra contra tu hermano por un alma inmunda, Miguel? Sabes que Dios me ve y no me ha detenido, estoy haciendo su mandato, no debes interferir o de otra manera te pasará lo mismo que a los otros —sonrió de manera burlona.
Al escuchar esto el segundo ángel, al que llamaban Miguel, no le quedó otro remedio que desistir de su intento de salvar mi destino y el rayo me golpeó de frente, después de eso, solo recuerdo frío, mucho frío, hay dolor, pero es como estar encerrado en un congelador sin moverte, tu mente sigue ahí, tus pensamientos vagan, la desesperación se apodera de ti, en mi mente pasaban imágenes de Mi esposo golpeando a mi hija que no dejaban de repetirse una y otra ve, trataba de salvarla cada oportunidad pero siempre era derrotada por mi esposo, no sé cuánto tiempo estuve así, hasta un momento en el que todo se detuvo por un momento, supongo que dejé de existir en aquel piano y de pronto he despertado aqui. —Yo... Simplemente no sé qué decir, estoy completamente impresionado —dijo él.
—No tienes que decir nada, lo que he logrado no significa tristeza, sino vida y ya es momento de hacerlo.
—¿De qué estás hablando? —indagó extrañado.
—¿Sigues sin entenderlo? Es momento de dejar las tristezas de lado, es momento, de dejar de ser las personas solitarias que somos, es momento de recuperar nuestras vidas, mejor la mía, que tengas la que tú tenías, solo tienes que decir que si, y en 24 horas... Lucia hizo una pausa larga, su mirada había cambiado, reflejaba decisión, apoyo, coraje, poder y sobre todo placer.
—En 24 horas, habremos revivido a tu padre.
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ALMAS DE HIELO:MUERTE Y PECADO
Mystery / ThrillerHISTORIA ORIGINAL Después de una muerte inesperada una pareja de hermanos y una amiga se envolverán en un mundo de misterio y hechizos que se encuentra en el interior de una secta siniestra en pequeño pueblo Tras encontrar la manera de vencer a la m...