Capítulo 30- La guerra.

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Ya todo estaba listo para la guerra, los entrenamientos habían sido muy intensos los últimos seis días. Casi ocho horas al día entrenando tenían que dar resultados muy buenos. Seis días intensos de puro esfuerzo, y seis días sin saber absolutamente nada de Blaire, lo único que me mantenía despierto y con energía cada día, era la esperanza de poder llegar y verla viva y sana, y volver a ver esos ojos que tanto amaba ver frente a mí.

Cada vez que miraba el sol esconderse al caer la noche, solo podía pensar en los hermosos ojos de Blaire, en cuánto extrañaba su presencia junto a mí y lo mucho que quería abrazarla sabiendo que estaba fuera de peligro. Lo más importante en estos momentos era mantener la concentración en los entrenamientos y en lo que todos éramos capaces.

— ¿Están todos listos?— preguntó Franco mientras se ponía su mochila, que no era tan incómoda para la guerra que se nos aproximaba.

— ¡Listos!— respondí.

— Más que lista— contestó Arhyan seguido de un rugido, que dejaba a la vista de todos sus enormes dientes.

Eran al menos las doce de la mañana, la obscuridad era tan espesa que al caminar en medio del bosque se me ponían los pelos de punta, el sonido de las criaturas de la noche me ponían nervioso, y no porque les tuviera miedo, sino, porque a estas alturas de mi vida no sabía con qué me podría encontrar al dar un paso más. Todos íbamos vestidos de negro, verdaderamente estábamos muy preparados en cuanto a armamento y vestuario. Días antes, Franco y Faridha habían logrado entrar a La Zona sin ser detectados, habían entrado por la parte que aún estaba siendo procesada para que estuviera totalmente asegurada, haciendo uso de sus dones ingresaron estratégicamente para poder robar uno de los nuevos antídotos, dicha información había llegado hasta nosotros a través de ojos y oídos que habíamos conseguido ubicar y localizar dentro de La Zona. Este antídoto era de color blanco y de una textura viscosa. Aún no teníamos idea de su verdadera función, pero Mary lo descubriría en un dos por tres, su parte zahorí era muy esencial en la situación en la que nos encontrábamos. Estábamos a diez metros del lugar por el que ingresaríamos a La Zona, pero nos detuvimos para repasar el plan.

— Muy bien chicos, debemos repasar el plan— dije mientras todos nos agachábamos para ser aún más discretos— primero seré yo quién entre con Mary totalmente invisibles a la sala de cámaras y sistemas para desactivar todas alarmas y la vigilancia, incluyendo las barreras que nos impiden desarrollar nuestros dones, porque si me teletransporto seremos detectados inmediatamente. Como les conté la vez que Blaire y yo estábamos aquí atrapados, mis dones no eran cien por ciento afectados, así que solo nos toca rogar a la diosa para que mis dones funcionen de la mejor manera posible. Seguido a eso, Faridha irá por el aire con Franco a la zona de las alarmas de emergencia, que está en la torre madre, para hacerlas volar, pero la explosión será hasta que Rachel y Arhyan estén ubicadas en su zona segura, que será debajo de la caseta de los obreros que se encargan del trabajo del área que aún no está asegurada, pero tranquilas... ellos solamente la trabajan por la mañana, así que ahora ya está despejado. Pero si hay hombres en el lugar... Arhyan, Rachel, ya saben qué hacer. Rachel, necesito que estés pendiente de la cámara que esté más cerca de ti, que será la que tiene visión hacia el trabajo de los obreros, al lado este.

— Claro— asintió Rachel.

— Creo que ya estamos listos— dijo Franco.

— Lista— Mary asintió con la cabeza y sonrió.

— Súper lista, todo por mi mejor amiga— Rachel sonrió.

Arhyan solo gruñó, típico de ella— Muy bien, ¡vamos!— mencioné, Mary tomó mi mano y corrió sin despegarse de mí, esquivamos guardia tras guardia, abriendo puertas siempre al tanto de que nadie viera que una puerta se estaba abriendo sola.

Aberrante Pasado |Concluida| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora