Capítulo 27- Solo yo.

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¿Podía ser? Podía ser yo la razón por la que todos ellos están en peligro últimamente... he pasado tanto tiempo pensando en cómo acabar con la catástrofe que mi madre había desatado, en cómo sería la manera correcta y más justa para su final, que no me había detenido ni un segundo a pensar en ellos, esto no puede seguir así.

Estaba sentada sobre mi cama, con el móvil en mis manos tratando de relajarme ante aquellas cosas que atormentaban mi mente cada día, en lo bueno y lo malo, en lo cierto y en lo incierto. Un golpe en la puerta me sacó de mis profundos pensamientos, era Dave.

— Pasa— dije sin mucho ánimo.

— ¿Estás bien?— preguntó curioso.

— Mejor que nunca— sonreí grande para tranquilizar a Dave.

— Me alegro, ¿sabes una cosa?— depositó en mí una duda, mientras se sentaba a mi lado sobre la cama— Hoy tuve mucho miedo, Blaire...— noté cómo sus ojos se cristalizaban y el ambiente se ponía un poco tenso.

— ¿Miedo de qué, Dave?— no entendía su intención...

— Miedo de perderte— ahora sí entendí, desde el momento en el que mi corazón se aceleró después de escuchar eso— pensé que te había pasado algo, llegamos a tiempo Blaire... ¿qué habría pasado si llegábamos minutos o incluso segundos más tarde?

— Pues... supongo que Arhyan y yo habríamos dado una gran batalla— sonreí para tranquilizar el ambiente.

— Blaire... te amo demasiado, no puedo ni pensar qué sería de mí si tú no estás...— apoyé mi oído sobre su hombro, dejando que mis pensamientos invadieran mis decisiones.

— Si no llego a estar, solo tienes que seguir adelante, Dave...— su rostro cambió muy bruscamente.

— ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo, Blaire?

— Nadie es eterno, Dave... 

— Pues nosotros no podemos decir lo mismo, no somos "normales" Blaire... ¡tenemos dones!— tenía muy claro lo de los dones cuando le mencioné eso.

— Pero también tenemos enemigos...

Dave sonrió incrédulo y se dio la vuelta— Descansa, Blaire.

— También tú...— contesté confundida.

Entendía totalmente el comportamiento de Dave, lo que había dicho había dejado muchas dudas para él y muy al descubierto mis verdaderos planes. 

Me entregaría, iría a mi perdición en La Zona X4, y no lo haría por miedo sino por amor. Amo a mis amigos, a Dave y a Franco. No tengo corazón para llevarlos directamente a su muerte. Tomé papel y lápiz y redacté una carta que tenía indicaciones muy claras para su destinatario, él o ella sabría perfectamente su labor a merced de mi partida y decisión. Esto es lo correcto, esto es lo que haré.

(…)

Apenas coloqué un pie dentro del terreno de La Zona, unas enormes alarmas empezaron a sonar y muchas luces a hacer su trabajo: alarmar a todos. Las grandes puertas se empezaron a abrir, y un enorme batallón de guardas rodeaban a alguien, la mayoría de guardas empezaron a expandirse a los lados y mi madre salió del centro.

— ¡Hija! Sabía que eras inteligente...— hizo una pausa, para luego gritar—  ¡SOSTÉNGANLA!— más de diez guardas se dirigieron rápidamente hacia mí y me sujetaron con tal fuerza que estaba segura que mis brazos estarían morados al día siguiente. No actué, no luché, no dije ni una sola palabra, pues apenas sentí la presión de las manos de esos hombres, sentí una enorme punzada en mi nuca y todo comenzó a ponerse borroso, todo oscureció... todo había terminado. 

 

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