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El momento había llegado, Robin le dedicó una mirada a Zoro, ambos manteniéndose con el ceño fruncido. Caminaron hasta la habitación del pequeño Chopper, llamando a la puerta antes de entrar - ¡Adelante! - se escuchó un grito desde dentro, a lo que ellos abrieron la puerta, viéndolo sentado en su pequeño escritorio leyendo un libro.

-Hola, cariño- llamó Robin mirándolo con "cara simpática".

-Ya sabes qué hora es Chopper, andando- explicó Zoro con seriedad, mientras levantaba el brazo para hacer un gesto con el pulgar. A Chopper se le puso cara de horror -a la bañera- explico señalando con el pulgar hacia su espalda.

- ¡Jamás! - gritó el niño echando a correr en dirección a ellos, pasando entre las piernas de su padre con una voltereta, fue tan rápido que Zoro no tuvo tiempo de reaccionar.

-Maldición...- se quejó el peliverde.

-Vamos- respondió la de cabellera negra con voz firme, entonces salieron en busca del pequeño. Llegaron a la sala de estar, el lugar más grande de la casa, si se había escondido en algún lugar tendría que ser ahí. Zoro buscaba por los armarios mientras Robin buscaba por algunas zonas más complejas, pero lastimosamente tras pasar treinta minutos de búsqueda Zoro se rindió.

-Hemos buscado en la sala, en el comedor, en la cocina e incluso en el baño. Ese niño tiene un don para esconderse, casi parece un ninja- esto último lo dijo con los brazos al aire en señal de frustración. Robin se colocó un dedo en la barbilla tratando de pensar donde podría estar ese pequeño, entonces se le ocurrió una idea - ¿A dónde vas? - preguntó Zoro viéndola marcharse de la habitación.

La morena abrió la puerta del cuarto, miró por toda la habitación y se enfocó en la pequeña cama, se acercó a paso firme hasta ella y cuando estuvo a su lado se agachó, mirando debajo vio al pequeño castaño recostado lo mas al fondo que podía -aquí estas- sonrió ella triunfante -vamos, sal- pidió extendiendo su mano tratando de alcanzarlo.

-No...- lloriqueó el niño con los ojos humedecidos. Robin tiró hacia ella del bracito de Chopper hasta sacarlo, una vez hecho esto lo cargo en brazos -no quiero... no quiero...- lloriqueaba dándole pequeños golpes en el pecho con sus manitas.

-Oye Chopper, si me prometes que dejaras de resistirte mañana te compraré algodón de azúcar- explicó con una sonrisa, el niño dejo su pataleta tras escuchar aquellas palabras, así que miró a otro lado y con un puchero asintió. Así que aun con el niño en brazos Robin salió de la habitación.

- ¿Cómo sabias que estaba ahí? - preguntó el menor aferrándose a su madre.

-Te ibas escondiendo de lugar en lugar hasta tener la oportunidad de volver al sitio del que partimos, si usamos un razonamiento lógico, tú estarías en dicho sitio, lo cual aprovecharías para esconderte definitivamente, en pocas palabras "El asesino siempre vuelve a la escena del crimen"- Chopper se quedó fascinado al ver la capacidad de deducción de su madre -eres listo Chopper, pero no más que tu madre- explicó dándole un beso en la mejilla. Chopper sonrió de forma boba ante el cumplido.

-Que sepas que no me hace feliz que me alagues- explicó avergonzado, formando una extraña mueca.

Robin calentó el agua dejándola más bien tibia, por aquel entonces Chopper ya se había quitado la ropa y estaba sentado encima de la taza del váter, tapándose como podía muy avergonzado -ven, el agua esta lista- explicó haciendo un movimiento con la mano incitándola a venir. Chopper se sonrojó y desvió la mirada, abochornado. Robin por su parte sonrió enternecida, ¿Cuántas veces podía sacar esa faceta de ella aquel niño? Lo tomó en sus brazos y lo dejó lentamente en el agua de la bañera - ¿Ves? No es para tanto- explicó Robin, sonriente. Seguidamente cogió el bote de champú y se lo enjuagó por las manos para finalmente enjabonar la pequeña cabeza del castaño, provocando varias quejas por parte de este, una vez hubo terminado recibió una mirada enojada por parte del niño que se sujetaba la cabeza, ella solo pudo responder con una mirada de disculpa -echa la cabeza hacia atrás- pidió sujetándole la cabeza. Finalmente le aclaró el cabello dejándoselo todo desordenado, Chopper removió la cabeza con fuerza mojando a Robin la cual solo pudo hacer que cubrirse con los brazos.

-Perdón jajaja- dijo el niño riéndose, aquello había sido su venganza. Pero Robin lo miraba con el ceño levemente fruncido, haciendo que cesasen las risas, para acto seguido reírse ella también.

Zoro veía apoyado en el marco de la puerta como ambos reían sin control, mojándose el uno al otro hasta que el agua le salpicó a él también -mujer, como vuelvas a mojarme te meto de cabeza en la...- no le dio tiempo de terminar ya que un gran golpe de agua le impacto de lleno -se acabó- Zoro cogió a Robin por la cintura y la dejó en la bañera mojándola entera

- ¡Venganza! - gritó Chopper con el teléfono de la ducha en las manos mojando al peliverde haciéndolo gritar por el agua fría.

-Serás...- rio fingiendo molestia.

El desenlace de aquella acción fue bastante caótico; agua, jabón y productos de belleza por todas partes. Aquel seria un día para recordar.

Seamos Una Familia. Zorobin. ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora