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Dia 14 de febrero, para muchos un día especial lleno de cariño, amistad y sobre todo amor, y la familia Roronoa no era una excepción.

En aquel día tan especial, Robin había pensado en salir a comer con su marido espadachín, por razones, que supongo, son obvias, el pequeño de la casa no estaba invitado y aunque al principio le resultase estresante la idea de no ir con sus padres, le hacía especial ilusión la idea de quedarse con su tía Nami y el tío Luffy pasando la tarde juntos.

-En fin, nosotros nos vamos- explicó Robin cargándose la chaqueta a los hombros -recuerda que, cualquier cosa puedes llamarme Nami, no dejes que Chopper coma muchos dulces y tampoco...- la pelirroja interrumpió a su amiga con un sonoro:

-Robin...- alargó aquella palabra, llenándola de agotamiento -me lo has explicado muchas veces, sé perfectamente lo que tengo que hacer- explicó ella, cruzada de brazos.

-El que me preocupa a mi es otra persona- dijo Zoro, llegando a escena, ambas mujeres mostraron un gesto de incomprensión, acto seguido Chopper y Luffy pasaron corriendo por el pasillo llenándolo de gritos.

- ¿Seguro que estaréis bien? - preguntó Robin nuevamente, replanteándose la idea de salir.

-Robin, tú y tu marido necesitáis tiempo a solas, así que ale, vamos, fuera- decía Nami echándolos con las manos. Robin suspiró, quizás tenía razón y si necesitaba un tiempo a solas con Zoro.

Finalmente, la pareja salió por la puerta del piso, dejando al trío solos en la casa, Nami se dio la vuelta encontrándose a aquellos dos riendo a carcajadas.

- ¿Puedo saber qué es tan gracioso? - preguntó la pelirroja curiosa.

-Tía Nami, escucha, escucha- pedía el menor, señalando al morocho a su lado. Luffy dejó de reír un momento, colocándose el pelo hacia atrás al mismo tiempo que cerraba un ojo y mostraba una mirada seria, Nami creyó que aquello le recordaba a alguien.

- ¿Que, ya es de día? - dijo el del sombrero de paja, para luego fingir que se dormía en el sitio, a Nami le hizo algo de gracia la torpe imitación de Zoro por parte de su marido -esta va a ser una tarde muy larga- dijo.

Zoro y Robin pararon en una pequeña cafetería antes de ir a comer, aquel era un lugar bastante concurrido por los más jóvenes y por lo que se decía el café era exquisito. Ambos se sentaron uno frente al otro, siendo Robin la primera en hablar.

-Bueno, por fin solos- dijo ella, pero al parecer el peliverde estaba algo ausente -Zoro- llamó con suavidad, tocándole la mano al peliverde, este reaccionó ante el contacto, mirando a aquella mujer a los ojos, hundiéndose en aquellas perlas azules.

-Lo siento, solo pensaba en algunas cosas- dijo con un tono algo inseguro, desviando levemente la mirada.

- ¿Es por lo de Lucci? - preguntó Robin de la nada, Zoro abrió su ojo sano ante la sorpresa, pero no tuvo tiempo de preguntar -Chopper me lo contó, supuse que tú también lo sabrías- explicó ella con una sonrisa melancólica.

-Yo... lo siento, prometí alejarte de él y sólo...- la delicada mano de la mujer se posó en su mejilla, calmándolo un poco.

-Tranquilo- susurró acariciándole el rostro con el pulgar. Zoro sonrió ante tal muestra de cariño.

- ¿Sabes algo? - preguntó él -te amo- y tras decir aquello se levantó sobre la mesa y la beso en los labios.

-Que romántico te pones cuando quieres- bromeó ella aun sin soltar la mano del espadachín.

La noche casi estaba cayendo en la ciudad y los dueños de la casa aun no regresaban, pero Chopper no parecía preocupado al estar sentado delante del horno de la cocina, viendo cómo se cocinaban unas galletas que había preparado con Nami, aprovechando que Luffy se había quedado dormido tras pasarse la tarde jugando que el pequeño.

-Tía Nami- llamó mirando atentamente los dulces, esta solo soltó un ruidito, mostrando que lo escuchaba mientras leía un libro - ¿Crees que las galletas tarden mucho en cocinarse? - preguntó.

-Según la receta tardaran unos diez minutos más- explicó comiéndose un pedazo de la mandarina que tenía entre las manos. Chopper no respondió nada, pero una duda pasó por la mente del pequeño.

-Tía Nami- volvió a llamar, la pelirroja rodó los ojos exasperada, "Luffy más te vale no darme hijos en unos años" pensó.

-Dime Chopper- respondió, el niño se levantó y se acercó a la mesa de la cocina, lugar en el que descansaba la muchacha.

-Conoces a un tal Lucci- Chopper tuvo que retroceder para no ser bañado por los trozos de mandarina que Nami acababa de escupir desde lo más adentro de ella.

- ¡Quien te ha...! - meditó un segundo - ¿Quién te ha hablado de ese hombre? - preguntó bajando la voz, Chopper se mostró confuso ante la actitud de la mujer.

-Lo conocí en la cena de navidad, al parecer se conocían con el tío Luffy- Nami pensó que tendría una charla muy importante con ese cabeza de paja cuando volvieran a casa.

-Chopper...- meditó unos segundos su respuesta, ante la atenta mirada del menor -Chopper, hay cosas que no puedo contarte, así que solo puedo decirte que ese hombre le hizo mucho daño a tu madre en el pasado- Chopper se quedó pensativo con aquellas palabras, pero justo cuando iba a preguntar, el timbre de la casa sonó haciendo que Nami se levantase a abrir la puerta buscando librarse de las preguntas del castaño. -Ya estáis aquí- festejó la pelirroja tratando de mostrarse normal.

La pareja entró con normalidad, Robin una vez en casa lo primero que hizo fue abrazar a su hijo, el resto del día fue normal, la pareja invitada se quedó a degustar las galletas que Chopper había hecho con tanto orgullo, a pesar de que Nami había hecho casi todo, finalmente estos se fueron dejando solos en la casa a la familia.

Siendo ya casi hora de cenar, Chopper leía un libro de medicina en su habitación, pero unas palabras no lo dejaban concentrarse.

"Hay cosas que no puedo contarte"

"Así que solo te diré que aquel hombre hizo mucho daño a tu madre"

Chopper se asustó al escuchar unos golpes en su puerta- Chopper a cenar- llamó la voz de su padre.

-Ya... Ya voy- respondió cerrando el libro y yéndose con su familia, quería obtener respuestas y las quería ahora.

Seamos Una Familia. Zorobin. ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora