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Era posible que en un solo día experimentes tantas emociones?...Sí, claro que es posible...y aún no termina. Sentía un fuerte dolor en la cabeza, era demasiada información para procesar, pero nada comparado con el dolor en el corazón que todo esto me causaba. Cada palabra que salía de la boca del que hasta hoy creía era mi padre se sentían como dagas que se incrustaban lentamente en mi pecho. Sentía como se desgarraba todo mi ser, pero tengo que ser fuerte, tengo que saber quién soy.

-Esa niña era yo...verdad? – sabía la respuesta pero necesitaba escucharlo de sus labios

-Si pequeña, ingresaste esa noche al hospital, llegaste a nuestras vidas de la misma forma que Nataniel se fue...

-Perdón que te corte, pero por favor deja el sentimentalismo...dilo de una vez – ya no podía esperar más, el dolor que les causaba este secreto ya no me afectaba en lo más mínimo. Mamá me miró sorprendida ante mi fría reacción pero no dijo nada y dejó que papá continuara.

-Está bien mi niña...Esa noche mientras tu mamá y yo estábamos en la sala de espera te ingresaron de emergencia por una brutal golpiza que te dio tu madre biológica, te lastimó de una manera inhumana que casi pierdes la vida – papá soltó unas lágrimas.

Cuando pensé que nada podría ser peor me dice esto. Las lágrimas se manifiestan nuevamente y el dolor que sentí se intensifica aún más. No soportaba la opresión en mi pecho, me faltaba el aire y sentía que todo se desvanecía poco a poco.

-Nata...nata...respira hondo bebé – mi vista era borrosa pero distinguí a mamá, estaba alborotada y papá me hizo oler alcohol. Se me bajó la presión ante tan chocante información y perdí toda mi fuerza, mamá me acercó un vaso con agua y papá una pastilla.

-Pequeña creo que es suficiente por hoy, tienes que descansar – dijo papá

No podía permitirlo, ir a descansar sería alargar más este asunto. Como podría siquiera dormir después de esto.

-Por supuesto que no, necesito escucharlo todo de una vez – sentencie firme, saqué fuerzas de donde pude pues no podía mostrarme débil de nuevo.

-Mi niña mañana podemos continuar, tienes que comer algo y dormir.

-Dije que no, como puedes pedirme descansar? Acaso después de esto podría hacerlo? Terminemos de una vez, quiero saberlo todo ahora.

-Nata te prometo que te contaremos todo. Lo mejor ahora para los tres es que descansemos.

-Deja... de... llamarme... así por favor! DEJA DE FINGIR!!!- Mi voz retumbaba en la casa, ambos se sorprendieron, pero no de lo fuerte que era mi voz, sino de mi mirada llena de reproche hacia ellos. Llena de odio

-Ok, pero te pido que seas fuerte, aún quedan muchas cosas por decir que esta noche no bastaría. – dijo papá intentando darle fuerza a sus palabras, pero era inútil, podía oír el temblor en su voz y el latido de sus corazón...estaban acelerados

Esa noche te vimos por primera vez, pero las circunstancias fueron horribles, ingresaste en una camilla, tenías manchas de sangre en tu ropa y estabas inconsciente, en ese momento no sabíamos la causa de tal daño. No pudimos evitar seguirte con la vista, tu madre incluso siguió a los médicos pero la apartaron y volvió conmigo. Las personas que estaban también en urgencias empezaron a comentar cosas, todos allí estaban consternados ante tal escena. Me acerqué al mostrador a tomar un poco de agua y las enfermeras también hablaban del incidente:

"-Pobre niña, las autoridades deberían apartarla definitivamente de ese monstruo.

-Tan pequeña e indefensa. Tenía la esperanza de no volverla a ver en esta sala y por la misma causa. Qué horror"

Me acerqué a ellas y pregunté por ti, por tu condición y tu historial en esa sala de urgencias. Al principio se rehusaron pero les dije que mi intención era ayudarte y lo que me dijeron me rompió el corazón y llenó de rabia mi alma. Tu madre biológica era drogadicta y con tendencias suicidas te golpeaba a menudo y en algunas ocasiones fuiste a parar al hospital, según ellas esta fue la peor golpiza. Tenías apenas tres añitos, eras aún una bebé y fuiste sometida a tal maltrato.

Supongo que papá notó el espanto en mis ojos llorosos.

-Suficiente por hoy, ahora ve e intenta descansar, no diré nada más. – sentenció papá

Esta vez no me opuse, ahora si quería ir y tumbarme en mi cama. Si tenía suerte, despertaría de esta pesadilla con las mañanitas de mamá.

-Una última pregunta – dije – y necesito que sean completamente sinceros. Me adoptaron para REMPLAZAR a su hija?

Creo que esa era la pregunta, pues se sintió la incomodidad en la sala y vi que ambos pensaron mucho antes de responder.

-SI

-NO

No esperaba eso de mamá, aceptó que fui y seguramente sigo siendo un remplazo. No tengo más que decir... y no quiero. Quería desaparecer... de esta casa... de este mundo. Noté que comenzaron a discutir, creo que papá se enteró también de la verdad de Natalia. Aproveche que no me tomaban atención y salí corriendo de la casa. La ya noche era fría tras la lluvia, la brisa golpeaba mi rostro, las lágrimas...ya no existían, me sequé por dentro.

Mis pasos acelerados me llevaron al salón de Laura, de alguna forma ella lo sabía, su instinto lo sabía, quería una taza de café y que escuche todo lo que quería contarle, pero no pude atravesar la puerta, pues la vi sonriendo tan alegremente junto a su novio Matías, había flores y globos a su alrededor, no podía estropear lo que sea que estén festejando, simplemente no podía llegar y romper el encanto que en ese lugar había.

Di media vuelta y caminé pensando donde podría ir, pero caí nuevamente en que no tenía nada, no pertenecía a ningún lugar y eso me estaba matando. Comencé a acelerar el paso, a correr, correr como nunca lo había hecho antes, correr sin mirar atrás y esperando ver algo adelante, algo que me ayude a siquiera pasar la noche.

Llegué al puente, a ese puente, sujete fuertemente el barandal y grite a la nada...me sentí bien, ese grito había dejado salir lo que llevaba por dentro...y lo hice de nuevo...grite con todo el aire que tenía en los pulmones, grite pensando en mamá....en papá....en mí.

El ya oscuro rio parecía susurrarme al oído, me incitaba a caer en él, a perderme en él y sinceramente la idea no estaba lejos de lo que en ese momento deseaba... "Desaparecer"

Subí un pie... luego el otro...tenía miedo pero respiré profundo y levante mis manos al viento. Ya sentada en el barandal, con el corazón a mil por hora y la mente decidida di un último grito, unas últimas palabras mirando al cielo: "No puedo más! Todo esto es más fuerte que yo... no creo poder seguir adelante...sola... espero que allá arriba haya alguien que me reciba con los brazos abiertos y pronuncie mi nombre... el nombre que me arrebataron"

Estaba lista...cerré los ojos pero alguien sujeto mi brazo

-No quieres hacerlo...

Escuché su voz, era él...a pesar de no verlo sabía que era él.     

Gota   A   GotaWhere stories live. Discover now