Juego de Dos [Kailu]

2. Nuevo

KAI

Sequé algunas gotas de agua que resbalaban por mi sien, acomodé mi corbata y aflojé un poco los botones de mi saco, para terminar con las mangas de este. Ya que me miraba en línea, me giré para salir del baño pero alguien se adelantó abriendo la puerta antes que yo, lo que me hizo pegar un brinco del susto.

—Eres tu — dije aliviado, Baekhyun me miraba confundido.

—¿Por qué te asustas? Así has de traer la conciencia — alzó una ceja.

—¿Qué quieres que haga? Aquí todos son muy raros, no llevo ni unas cuantas horas y siento que me ha pasado de todo. — repliqué.

—Pues yo te advertí que no te metieras con Luhan, así que ni digas nada.

—No lo digo por él, ese tal Luhan me vale, me vale lo que haga. — soné serio.

—Eso no fue lo que todos notamos en clase. — se cruzó de brazos.

—¿Qué haces aquí? — pregunte al fin.

—¿Qué no puedo entrar? Te recuerdo que es un baño de uso público para los alumnos, no veo tu nombre por ningún lado — recorrió el lugar con la vista.

—No me refería a eso — suspiré.

—Vine a ver si estabas bien — ahh, ahora se hacia el buen amigo que se preocupa.

—¿Por qué no lo estaría? — le mire intrigado a lo que él solo desvió el tema.

—Solo decía. — se dio la vuelta pero se detuvo al ver que no le seguí. — Anda, el maestro tomará lista y no quieres tener una falta el primer día.

Regresamos al salón y ya había alumnos levantando sus cosas para irse, rápidamente intercepte al maestro para pedirle que no me pusiera falta, pero él me dijo que nos había puesto asistencia a mí y a Baekhyun, menos mal.

—Jongin, apúrate. — me presiono Baek.

—Ya voy — me puse la mochila en la espalda y le alcance que ya estaba en la puerta.

—Tenemos 15 minutos entre clases, ¿quieres ir a la cafetería por algo? — me pregunto, yo no tenía hambre ni nada pero quería conocer la famosa cafetería así que solo asentí .

Solté mi mano de un impulso cuando sentí como los dedos de Baekhyun se entrelazaban con los míos al caminar.

—¿Qué haces? — fruncí el entrecejo.

—¿Qué? Los amigos lo hacen — me miro tranquilo — relájate, no morirás por tocar mi mano.

—Pero es raro.

—No lo es, tu eres el raro —estiró la mano — anda... con confianza, seremos compañeros de cuarto ¿no? — me sonrió.

Despacio acerque mi mano y tomé la suya, sus manos estaban frías, hacían contraste con las mías que eran cálidas.

—Y ese tal Sehun... ¿está en la otra clase? — pregunté.

—No, va en nuestra clase — entonces le miré confundido.

—Entra a clases cuando quiere, pero todos le adoran porque él es quien... bueno, tu sabes.

—¿Yo? No, yo no sé nada — me limpié las manos, y en verdad no sabía a lo que se refería.

—Es el que nos trae... la diversión.

—¿La diversión? — seguía sin entender.

Llegamos a una mesita pegada a un ventanal, daba al exterior y podíamos ver a los demás alumnos caminar por los jardines.