Juego de Dos [Kailu]

5. Un Ángel

KAI

—Deja el formalismo...dime Kyungsoo..

—pero yo....usted — di un paso hacia atrás pero choque con el escritorio haciendo que el bote de lápices cayera al piso derramando bolígrafos y demás cosas que contenía.

—Shh — silencio mis labios von su dedo índice, este era fino y suave, su voz era grave y casi melodiosa, pero eso no le restaba gravedad al problema, eso no quitaba que tenía malas intenciones, comencé a sudar frio.

— Si te portas bien, podría dejar pasar el que llegues tarde cuantas veces quieras — sonrió y se acercó para después besar mis labios, yo abrí los ojos de la impresión

Las manos de Kyungsoo volaron a mi uniforme desabrochando los botones uno por uno, yo detuve sus manos y le mire a los ojos.

—Profesor, esto no está bien —fui directo, no pensé que me fuera hacer algo que yo no quisiera, además a pesar de ser mayor que yo unos cuantos años, yo era más grande que el en volumen.

—Nadie tiene porque saber— volvió a besarme

—Yo lo sé — lo empuje casi con suavidad, el no opuso resistencia alguna , solo bajo la mirada, me sentí un poco mal...no sé por qué.

—No te hará caso, dejo de intentarlo

—¿Qué? ¿Quién?— no entendí lo que decía.

—El...— soltó una risa.

—¿de quién está hablando?

—De la muñeca que tanto admiras — levanto la vista, seguía con una sonrisa retorcida, pero yo seguía sin comprender — hasta un ciego puede verlo, como le miras, como tu cuerpo inconsciente gira alrededor de el para llamar su atención.

Creí comprendí de quien estaba hablando, un pequeño flashback vino a mi mente de hace apenas unos minutos.

>> —Jongin, por favor, pasa al frente y resuelve la siguiente ecuación — estaba distraído cuando escuche que me llamaban, torpemente me levante de mi asiento y camine entre los asientos.

Resolví la ecuación, no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero me había salido el resultado, por un momento me sentí orgulloso de mi. Voltee a ver a la clase que estaba en completo silencio, voltee a ver a Luhan, estaba serio, casi inexpresivo.

—Luhan, explícale a tu compañero porque está mal esa ecuación — hablo el profesor, mis nervios se pusieron casi de punta al escuchar el nombre de aquel.

El rubio se puso de pie y se acercó a mi quedando frente a frente, con su mismo gesto inexpresivo subió su mano y tomo de la mía el gis para escribir en el pizarrón.

Un escalofrió recorrió mi espina dorsal cuando sus finos y suaves dedos rozaron mi mano, mi piel recordó con emoción el tacto de aquellos, como si le necesitara desesperadamente, imágenes de la noche anterior venían a mi mente, claras, excitantes.

Le observe fijamente como si el tiempo se hubiera detenido, él tenía sus ojos puestos en aquella enredosa ecuación, la resolvía con tal facilidad, estaba enfocado, simplemente era tan, atractivo. No tenía ni un solo rasguño en lo que podía ver de su tersa piel.

Dejo el gis sobre el borde del pizarrón dando la vuelta, me miro por unos segundos para después girar hacia la clase.

—Así se resuelve esta ecuación — pronuncio claramente, su voz, esa voz, tal inexpresiva pero que para mi era mas que estimulante.