3. Memorias

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LUHAN

Yo siempre fui una persona tranquila y sonriente, me gustaban las cosas típicas de un adolescente de mi edad, el cine, salir con mis amigos, los deportes, e incluso me gustaba cantar y bailar, acababa de cumplir los 15 años y estaba por entrar a un nuevo nivel en mi educación.

En mi familia nunca habíamos sido personas de dinero, mi padre trabajaba en un restaurante y mi mamá era cajera en un supermercado, la verdad es que a duras penas salía para el pago de la renta de nuestra casa.

Afortunadamente siempre fui un chico listo y de buenas notas, mi nombre siempre aparecía en los primeros lugares de las listas de calificaciones en el colegio, Porque yo quería entrar a esa escuela, esa de la que tanto hablaban y tan maravillado me tenía, "Instituto Oh Kyung Masculino" donde te prometían la luna y las estrellas.

Se promocionaba en los anuncios televisivos y de las calles como la mejor escuela, el mejor instituto con el mejor futuro para los hombres del mañana.

Yo, como muchos otros, aspiraba el poder entrar ahí, pero a diferencia de las personas adineradas, yo no podía pagar una colegiatura de tal magnitud. Con mucho esfuerzo y gracias a mis notas logre una beca que cubría la totalidad de mi estancia en aquel instituto, uniforme, libros, comida, todo.

Recuerdo haber sido el hombre más feliz cuando recibí mi carta de aceptación, mis padres estaban tan orgullosos de mí, el rostro de alegría de mi madre se había quedado grabado en mis recuerdos.

Al día siguiente me mude, sabía que el instituto Oh Kyung era un internado, debía vivir ahí, pero eso no importaba, te daban algunos días libres y mis padres tendrían que preocuparse menos por mí, yo tenía todas las de ganar.

El infierno empezó, justo ese día, en el primer día de clases

—Hola ¿Buscas tu clase? — me pregunto un chico que se miraba de mi edad pero era mas alto, de complexión delgada y expresión seria.

—Sí, es el salón 103 ¿sabes dónde es? — pregunte, estaba confundido, no sabía ni por donde iba, había demasiados pisos y salones.

— Si, pero aún faltan unos minutos para entrar, ¿quieres ir por algo de la maquina? — me pregunto, su voz sonaba agradable, era un chico apuesto y por la impresión que me acababa de dar, era caballeroso. Acepte, aunque yo era algo tímido, me agradaba hacer amigos nuevos, solía llevarme bien con las personas.

—Soy Sehun, Oh Sehun — dijo mientras metía una moneda a la máquina y presionaba algunos botones, después unas galletas de chocolate cayeron y el las tomo.

—Mucho gusto, Sehun, soy Luhan — extendí mi mano por cortesía la cual fue estrechada acompañada de una linda sonrisa.

—Luhan — repitió — no se me olvidara, es un nombre hermoso — admito que me sonroje al escucharle —¿eres de aquí?, No tienes acento.

—Nací en Beijín, mis padres son chinos pero, me vine a vivir aquí a Corea a los 2 años — dije mientras buscaba inútilmente una moneda en mi bolsillo, recordé que no tenía dinero.

—Toma — me extendió una poniéndola frente a mí mientras me sonreía amable— cómprate algo.

—No, no gracias — le mire apenado.

—Anda, con confianza — sonrió nuevamente— seamos amigos — dijo esto y acepte, con aquella moneda pague una barra de avena.

Platicamos por varios minutos hasta que llegó la hora de entrada, el me acompaño a mi salón de clases, el cual casualmente era el mismo que el suyo, me sentí feliz de que nos tocara juntos, incluso nos sentamos en la misma mesa, ya que eran para dos personas cada una.

Juego de Dos [Kailu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora