No se te ocurra tocarla

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(Advertencia: El capítulo trata sobre la violencia a la mujer, si son sensible a estos casos recomiendo por favor no leernos para evitar sentirse mal, tiene una que otra escena algo dolorosa y el capítulo de por sí ya es fuerte. Gracias y por favor no leas si esto los pone mal.)

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— Delfina no me habla hace días, no me dirige la mirada, no me cuenta que le pasa, su rostro se pierde y sus ojos igual — escuché que Pedro le decía a Simón — Me evita y no me responde los mensajes, ya no nos dice para que nos veamos ni nada —

Me dolía, me dolía escuchar esto, tener que lastimarlo para simplemente verlo bien y para que no me vea en el estado vulnerable que estoy ahora.

Me encontraba sentada en una de las mesas, la de atrás, la perdida bien lejos. Pero se escuchaba lo que hablaban en la barra.

Revisé mi reloj... Marcaba que eran las 11:26 de la mañana. Yo tendría que haber estado en casa a las 11:00, esto no tendría buenas consecuencias.

Acomodé todo lo que debía llevar y salí disparada del Roller directo al departamento de Oliverio, donde se supone que debería estar parada hace media hora. Corrí prácticamente para llegar lo antes posible. Al llegar caminé rápidamente hasta el ascensor, saqué la tarjeta y cuando abrí la puerta me miró muy feo.

— Yo... lo siento — dije rápidamente entrando y dejando mis cosas a un costado.

Me miró de reojo, de pies a cabeza, tragué saliva, sabía lo que pasaría ahora.

— Media hora tarde — dijo revisando su reloj — Siempre eres una incumplida, nunca llegarás a horario ¿No es así? — preguntó observandome.

— Lo siento — bajé la mirada y solo ví como se acercaba.

— DELFINA TODAS LAS VECES ES LO MISMO CONTIGO — gritó fuerte y se acercó peligrosamente a mi lado — SEGURO TE FUISTE A VER A ESE HIJO DE PUTA, TE PROHIBÍ QUE TE VIERAS CON ÉL — golpeó la mesa fuertemente haciéndome estremecer.

No dije nada, me quedé callada. Como solía hacerlo cada vez que tenía sus arranques.

— Ah ¿Vas a quedarte callada? ¿Haciendo de cuenta que nada pasa? — dijo y enloqueció nuevamente — NO DEBES NI ACERCARTE A ÉL... NO TE QUIERO NI AL LADO  — gritó aún más fuerte y volvió a pegar un puño en la mesa.

— No fui a verlo — traté de defenderme pero fue en vano...

Primer golpe, una cachetada que me lastimó toda la mejilla izquierda. Ya no dolía, era costumbre. Sus golpes se habían vuelto comunes y las marcas en mi piel y cicatrices igual.o

— ENCIMA MIENTES IMBÉCIL — toqué mi rostro.

— No me hagas nada por favor, no quise hacerlo a propósito — me defendí pero recibí un golpe ahora en el otro lado de mi rostro.

— Primero no me digas que hacer, yo hago lo que quiero contigo — dijo acercándose peligrosamente y susurrando en mi oído — Segundo esto pasa seguido así que te daré el castigo que mereces y todo haces mal Delfina, el día que aprendas verás y me entenderás — me toca las mejillas — Quítate la campera — me ordenó y solo tragué en seco.

— Yo de verdad no quiero solo... — no terminé, me tiró fuerte contra una de las paredes.

— TE DIJE QUE NO ME DIGAS QUE HACER — gritó y me saqué la campera rápidamente, dejando al descubierto mi blusa que tenía un escote en la espalda.

No esperé mucho, a los tres segundos se sacó el cinto y la hebilla dió justo en mi espalda, grité por el dolor. Se puso atrás mío y me tapó la boca, pidiendo que me callara, que dejara de gritar. Fueron como 5 latigazos, ya no sentía espalda. Al menos tenía una tela cubriendo mi cuerpo.

ONE SHOTS (Gaslena-Pelfi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora