Como familia por unos días

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— Gastón…Gastón — gritaba un pequeño de cabello castaño claro, ojos verdosos y grandes — Atrapame — seguía gritando mientras corría tras un árbol.

— Eres muy rápido enano — Reía el argentino mientras corría tras el pequeño de tan solo 4 años.

— Tu eres muy lento — replicó deteniéndose con su respiración agitada.

— Son los años pequeño saltamontes — reía Gastón mientras trataba de distraerlo — No viste a tu tía... Es que necesito buscarla — preguntó haciéndose el distraído.

— ¿La tía Male? No, no te diré dónde está — le saca la lengua mientras se apoya en el tronco del lado opuesto.

— Creo que ahí viene — dice el de ojos claros en un susurro y el rubio mira hacía atrás.

Gastón corre despacio al lado de él y lo agarra de la espalda y lo alza, haciendo que el niño grite asustado y además que ría porque Gastón comenzaba a hacerle cosquillas.

— ¡Para, para! — gritaba el niño — ¡Ya! ¡Suéltame! — ordenaba mientras reía a carcajadas.

— Gastón ¡¿Que le haces!? — Dijo saliendo una chica de cabello oscuro, ojos cafés algo alta y delgada.

— Solo estamos jugando — dice dejando al pequeño sobre el suelo.

— Mateo ¿Gastón te hizo algo? — la chica se acerca y se agacha a la altura de su sobrino.

— ¡Si! — dice cruzando brazos molesto y bajando la mirada haciéndose el enojado — Me persiguió, me hizo cosquillas y aparte me quitó a la mejor tía del mundo — a pesar de ser muy pequeño, sabía como comprar a su tía y llenarla de ternura.

— ¡Yo no te quité a nadie! — reclama el mayor de todos peleando como si fuera también un nene — Ella me eligió — le saca la lengua.

— ¡Ya! — ríe la chica mientras abraza a Mateo sonriendo — No peleen, yo tengo al mejor ahijado del mundo y al mejor novio del mundo — le da un beso en la mejilla a cada uno y alza a Mateo.

— Yo soy mejor igual — cancherea su ahijado y ella ríe.

— ¡MATEO! ¡Vení ya para acá! Debes acomodar tus juguetes dejaste todo tirado — se oyó un grito a lo lejos y era la hermana de Malena, madre de Mateo.

— Agh — suspiró bajito el niño — ¡YA VOY! — gritó y salió corriendo pero se detuvo.

— Por desobediente mamá te reta — se burló Gastón y el niño volvió y le pegó despacio en el brazo — Anda enano tu mamá te espera — río mientras le despeinaba el cabello.

— ¡La tía Male me quiere más a mí igual! — gritaba el pequeño mientras salía corriendo en dirección a la casa.

El domingo en familia, para Malena solía ser el día más preciado de la semana. Venía su hermana junto a su hijito y su esposo, aparte cuando podían venían los dos abuelos de Malena por parte de su mamá y estaban sus dos padres y su otra hermana. Era un día donde compartían y no peleaban, no habían peleas.

Y le gustaba más cuando su novio se sumaba. Llevaban cerca de 3 años y medio juntos, Mateo era bebé cuando empezaron a salir y por eso lo recuerdan.

Por ahora Mateo era el único sobrino de Malena, y eso hacía que Gastón tuviera fanatismo por el pequeño. Cada vez que podía lo llevaba a pasear con Male. O lo llevaba a ver una película, salir al teatro, a la plaza, a tomar un helado, o a su casa a ver un partido. Había crecido al lado del nene que se robó su corazón.

Los padres de ella tenían admiración por el chico, desde el día uno que lo aceptaron sin problema alguno. Lo adoraban y lo querían demasiado. Cada vez que podía Gastón convencía a Malena de cantar cuando hacían un "Domingo en familia". Era como una ley que Gastón agarrara su guitarra y tocara un tema y que acompañe con su bellísima voz la chica de cabello oscuro y con uno que otro verso el pequeñín, de cabello claro.

ONE SHOTS (Gaslena-Pelfi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora