El amor en brazos del enemigo - Dramione

Capítulo 12: Encuentro accidental

- Harry… vinimos aquí por que debo
decirte que lo que dije la vez pasada fue un pequeño error de mi parte, lo lamento mucho si te lastimé, pero comenzaré a controlarme, y no te besaré más – dijo Hermione mordiéndose la mitad del labio inferior.

- Herms, sabes que esto es algo que no podemos controlar - ¡Claro qué lo podemos controlar! No lo QUEREMOS controlar, lo cual es diferente… Por ejemplo, un beso de Draco, eso si no se puede controlar.

- Tal vez si nos alejáramos… - sugirió la castaña.- ¡No! ¡No! ¡NO! Es definitivamente la peor idea que has tenido – admitió el moreno.

- Pero Harry, me siento muy mal, no sabes cómo me siento después de besarnos… cada vez que lo hacemos – dijo sonrojándose la ojimiel.

- Pues no te sientas mal, a mí no me molesta… - dijo animado el azabache.

- Harry, somos amigos… que… se besan de vez en cuando pero, está mal – afirmó Hermione.

- No, no lo está ¿Alguien además de tú, yo y Ron, se ha enterado? – Draco Malfoy tal vez…

- Si… Luna. Yo le cuento todo lo que me pasa, es decir… a ti te cuento todo y a ella un par de cosas – agregó cuando vio que Harry estuvo a punto de discutir.

- Herms, tú y Ron sólo se hablan de vez en cuando ¿Por qué? – dijo el ojiverde abrazando a Hermione por el hombro.

- No lo sé… – dijo la castaña.

-O-

Debería hablar con Ron de vez en cuando…así tal vez puedo ayudar a Luna…

- ¡Ron! – gritó sorprendida Hermione al ver al pelirrojo.

- ¿Qué pasa, Herms? – inquirió Ron.

- Nada… quería saber si… ¿Necesitabas ayuda con tu tarea? – mintió la castaña.

- Pero Hermione, no tenemos tarea… - aseguró el pelirrojo.

- Pero… los… ¡EXTASIS! Se acercan – dijo la ojimiel sonriendo un poco desquiciada.

- Herms… ya rendimos los EXTASIS – negó el ojiazul.

- No… por que faltamos el año anterior, y… Madame Pince me dijo que te dijera… que los rendiríamos este año, ¡Eso es! Para eso vine, para avisarte eso… - dijo por fin Hermione

.- Herms… ¿Estás bien? Te noto algo… rara – comentó Ron.

- No… no, no, NO ESTOY PARA NADA RARA – dijo la castaña exhibiendo una sonrisa más falsa que Pansy Parkinson.

- Bueno, pues yo creo que si, ven, vamos a la enfermaría – sugirió el pelirrojo.

-O-

¡Muy bien, Hermione! Tratas de hablar con Ron, y terminas en la enfermería…

Pensaba la castaña, recorriendo los corredores, como todos los viernes, días en los que hacía su ronda de prefecta. Había recorrido todo el segundo piso, subió a las escaleras, y llegó hasta el tercero. Percibió olor a humo de cigarro. Tosió un par de veces, y con su olfato, siguió el olor para llegar al culpable. Caminó por corredores, hasta llegar a una puerta entreabierta, de la cual salía todo el humo. Entró sin hacer ruido; y recorrió el salón con la mirada, hasta llegar a una persona, apoyada en una ventana abierta, fumando. Era Malfoy…

Tal vez si me voy sería mejor, ya que me haría difícil mirarlo a la cara, desde esa vez en la que me besó… ¡Mierda! ¿Qué carajo estoy pensando? ¡Debo cumplir con mi deber de prefecta!