Caminar, comer y a veces respirar dolía.
El medicamento ayudaba, Dis ayudaba aún más.
Aunque ella era algo mandona.
Desde que sus pequeños habían nacido, ella no se separaba de su lado.
A sol y a sombra se quedaba a su lado, sin permitir que nadie más que Gimli y Legolas se le acercara.
-Dis no tienes que...-
-él no te vera hasta que yo lo apruebe, Y QUE INTENTE HACERLO PORQUE TENGO MAS PATADAS PARA EL-
*
*
Su hermana era tenebrosa.
Apenas puso a su hijo en los brazos de Bilbo, ella prácticamente le salto con un chuchillo en mano.
Tuvo suerte que Fili y Kili la distrajeran, pero ni ellos habían podido evitar todo lo que ella le había hecho.
Su ojo aun palpitaba cada vez que trataba de abrirlo.
-te traje otro trapo-
-gracias Ori-
-su alteza, si lo desea podría tratar de hablar con Bilbo-
-el problema no es Bilbo, es Dis-
-lo entiendo, y ya intento hablar con ella-
Todos miraron a Ori, se notaba que el pobre nunca había sufrido la ira de Dis.
-puede que tenga razón-sugirió Balín.
*
*
Tener a sus pequeños acurrucados contra él era la experiencia más hermosa que jamás había imaginado.
Frodo era un bebé sumamente inquieto, se movía incluso dormido.
Mientras que Frerin era...
Bueno le gusta el oro.
Bastante.
A Gimli se le cayó una moneda y de inmediato Frerin voló por ella.
Ahora era imposible quitársela.
Ya había mordido a Legolas cuando lo intento.
Algo bastante divertido, excepto para su elfo amigo.
Frerin era muy protector con lo que consideraba su tesoro, algo bastante razonable para un dragón.
Y tierno como nadie tenía idea.
Frodo y el eran muy unidos, a pesar de tener pocos días de vida, ambos se acurrucaban juntos todo el tiempo.
Pero había algo que el añoraba más que otra cosa.
Thorin no había podido pasar tiempo con su hijo.
Y no es que no haya intentado hacerlo, pero Dis no dejaba que nadie se acercara.
Al menos nadie de la compañía.
Entendía porque ella estaba tan sobreprotectora.
Pero también deseaba tanto poder hablar con Thorin.
Saber sus motivos...
Incluso solo escuchar su voz.
Añoraba tanto aquellas platicas que tenían.
El tono de su voz que le hacía estremecer.
Y a su vez temía tanto saber lo que este pensaba.
-a dónde vas Fenrir-
El pequeño dragón había dado un gran salto desde su pequeño nido de sabanas y almohadas, y ahora parecía decidido a ir a la cocina.
Trato de pararse para seguirlo, pero dolía mucho.
Y gritar no era una opción, no con Frodo durmiendo tan plácidamente a su lado.
Solo podía confiar en que Dis estuviera tras la puerta y atrapara a su pequeño para regresarlo a su nido.
*
*
*
-no me importa Thorin, ya lo lastimaste y no te permitiré que pase otra vez-
-tu no entiendes nada Dis-
-lo único que entiendo es que mi sobrino y el hombre que ayudo a recuperar mi hogar necesitan mis cuidados-
-Mamá tienes que dejarlos hablar-
-tú calla Fili, esto es entre Thorin y yo-
-no Dis esto nos incluye a todos-gruño Dwalin-ese chico es parte de la compañía y todos nosotros permitimos que él se fuera, así que Thorin no es el único que debe disculparse.-
Ella no contesto solo mordió su labio entre molesta y pensativa.
-Dis amo a Bilbo, él es lo mejor que me ha pasado, y tú sabes que es asi....me conoces de toda nuestra vida.
Tu mejor que nadie sabe todo lo que tuve que pasar durante estos años, lo que tuve que hacer para que a ti y a nuestro pueblo no le faltara nada.
La soledad en la que me sumergí con tal de que tú y mis sobrinos tuvieran algo que comer...
Es por ello que te ruego me des la oportunidad de conocer a mi hijo.
Quiero formar una familia con Bilbo y Frodo.-
-y que hay de Fenrir, Bilbo no dejara a ese pequeño solo-
Un gruñido fue su única respuesta.
Y fue eso mismo lo que obtuvo a cambio.
Pero no fue de ningún enano o elfo.
Fue de un pequeño dragón que le miraba curioso desde el suelo.
Había algo en Thorin que quería desquitar todo su enojo contra esa cosa, pero también sentía todo el amor que Bilbo había puesto cuidado a esa pequeña criatura.
Era una lucha interna que causaba un gran dolor en la mente de Thorin.
No existía forma de que pudiera perdonar a tan crueles y destructivas criaturas, que tanto le habían quitado a su familia.
Pero la imagen de Bilbo sosteniendo aquel huevo era bastante nítida.
También la imagen de su propio hijo, quien se acurrucaba para dormir contra su enemigo.
No...
Él estaba equivocado, ese no era su enemigo.
Frodo y Bilbo amaban a esta criatura.
Y quizás...con mucha ayuda él podría amarlo también.
Pero debía esforzarse primero.
Así que con gran pesadez se inclinó para cargar a aquel escamoso ser.
Quien sin dar lucha se acurruco contra su pecho, como si supiera quien era el, y lo que esto significaba para ambos.
Dis por su parte solo resoplo, antes de pedirle a Thorin que llevara a Fenrir con su "madre", pues no estaba bien que estuviera fuera de su nido.
Este la miro sorprendido, pero no discutió.
Solo agradeció a su hermana y sonriendo se dirigió a la habitación de su amado.
Era su única oportunidad para arreglar todo.
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Mi Hobbit
FanfictionNo deseaba tener estos sentimientos hacia ti, pero ahora que me he decidido... TU SERAS MIO...