Querido Dan:
He estado llorando.
Dije que no lo haría,
en serio creí que lo lograría.
Creí que estar sin ti sería soportable,
que te superaría con el tiempo.
Qué inocencia la mía.
Ha pasado casi un año...
Nada ha cambiado.
Tú sigues siendo tú,
yo sigo siendo yo,
solo que ahora las grietas
dentro de mí
se han multiplicado.
Ya no estoy rompiéndome,
simplemente estoy rota.
Ya no vivo,
solo existo.
Ya no amo...
Sí, claro.