Querido Dan:
Cuando el mundo se volvía
demasiado pequeño,
tú lograbas alejarme
de todo lo que me hacía mal.
Porque tú entendías.
Dan, tú eras el único que me entendía
cuando ni siquiera yo lo hacía.
Ahora solo me gustaría
haberme esforzado más en entenderte a ti.
Siempre creí que eras un libro abierto.
No fui capaz de ver
que aquella solo era tu portada.