Luego de la inesperada muerte de su madre debido a razones que no le gusta recordar, Jeno es llevado a un hogar de acogida, que básicamente es un orfanato.
Allí conocerá a Jaemin y otro montón de chicos con problemas parecidos a los de él, con los q...
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─ ¡Terminen de comer sus pancakes, que el autobús llegará y no estarán listos!─ Exclamó Irene desde la cocina.
Las vacaciones de verano habían terminado y era hora de empezar la escuela. Jeno no iba al colegio desde que su mamá se volvió alcohólica, aunque le encantaba leer en la biblioteca. Jaemin tampoco iba, su tía lo dejaba en la casa haciendo las tareas del hogar todo el día.
─ Por favor, terminen de comer, que el autobús ya debe estar por llegar.─ dijo Irene entrando al comedor.
─ ¡Y yo aún no me he maquillado!─ Yuqi tragó rápidamente el pedazo de hotcake que tenía en la boca y salió corriendo para ir al baño a arreglarse.
─ Yo no tengo necesidad de maquillarme, soy bello naturalmente.─ bromeó Lucas.
─ Si eres tan hermoso, ¿por qué aún Yuqi no caé a tus pies?─ Preguntó Chaewon tranquila levantándose de la mesa.
─ ¡Cállate!─ un color rojizo tiñó dus mejillas.
─¿¡Y mi cartuchera!? ¿¡dónde esta mi cartuchera!?─ gritaba Chaeyeon buscando su cartuchera por toda la casa.
─ ¿Felix? ¿Agarraste de nuevo mis calcetines?─ Mark buscaba en el segundo piso dentro de su cajón sus queridos calcetines de la suerte.
─ Mmm no.─ mintió colocándose sus zapatos para ocultar que tenía los calcetines puestos.
Toda la casa estaba hecha un desastre por los jóvenes que comenzarían en poco tiempo su nuevo año escolar.
En cambio, Jaemin ya había arreglado su mochila con todos sus libros y útiles escolares ayer en la noche, estaba totalmente entusiasmado de ir a clases después de tanto tiempo.
Jeno se miraba en el espejo acomodando su cabellera de color negro, su cabello estaba un poco largo, tal vez debería cortarselo. También a Jaemin le estaban empezando a crecer sus raíces, porque hace un tiempo su tía le había obligado a teñirse el pelo para que ella practicara sus habilidades de peluquera, cosa que le dejo su cabello color castaño muy maltratado, pero que ahora estaba mucho mejor por el nuevo champú usaba.
─¡Chicos, ya llegó el autobus!─ gritó Irene al escuchar la bocina del gran autobus amarillo.
Todos rápidamente salieron de la casa en fila, cada que salía uno la señorita Irene les daba un beso en la mejilla y les entregaba su almuerzo.
El grupo de niños entró al bus y todos los estudiantes adentro susurraban y les miraron disgustados, como si no se bañaran en semanas o tuvieran algo en la cara. Se notaba que no los querían ahí por simple hecho deno tener a sus padres con ellos.
Los pequeños se dirigieron al fondo del bus donde no había nadie sentando. Pero, un chico asomo su pierna por el pasillo del bus, haciéndole una zancadilla al pobre Jeno.
