Luego de la inesperada muerte de su madre debido a razones que no le gusta recordar, Jeno es llevado a un hogar de acogida, que básicamente es un orfanato.
Allí conocerá a Jaemin y otro montón de chicos con problemas parecidos a los de él, con los q...
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Pip pip pip~
─ JAEMIN AGARRA EL MALDITO TELÉFONO Y SI ES UNO DE MIS EX'S DILES QUE NO ESTOY EN CASA.─ gritó desde la sala Sunmi, fumandose un poco de marihuana y contando el dinero de sus ganancias en prostitución.
Jaemin dejó de hacer inmediatamente lo que estaba haciendo y corrió hasta el teléfono.
─ ¿Aló?
─ Buenos días, soy Park Jihyo de servicios sociales, ¿esta la señorita Na Sunmi presente? necesito hablar con ella sobre la estadía de su sobrino.
Jaemin no sabía si colgar, darle el teléfono a su tía o salir huyendo a su cuarto con el teléfono.
─ ¿Quién es, Jaemin?─ preguntó su tía acomodando los billetes.
─ Nadie, se cortó la llamada.─ Na escondió el teléfono detrás de él y fué lentamente a su habitación.
─ ¿Aló? ¿hay alguien ahí?
─ S-soy Jaemin.─ susurró cerrando la puerta de su habitación con seguro.
─ Oh, Jaemin, ¿Podrías pasarme por favor a tu tía? Llevo llamándola cuatro días seguidos y no contesta.
─ Mi tía Sunmi se esta drogando ahora mismo, por favor, ¡Saqueme de aquí! ¡Se droga todos los días y me obliga a hacer los trabajos del hogar y no me deja ir a la escuela, tampoco me da de comer porque se gasta todo en cocaina!─ dijo todo lo más bajito posible para que no fuera escuchado.
─ ¡JAEMIN, VEN AQUÍ UN MOMENTO!
─ Ella me esta llamando, tengo que colgar, ¡Por favor saqueme de aquí!─ colgó el teléfono sin darle chance a Jihyo de que hablara y salió corriendo hasta el sofá donde estaba recostada su tía.
─ Jaemin, cariño.─ se levantó de el sofá y se acercó a el menor, le acarició su mejilla con dulzura y luego le dio una fuerte cachetada.─ siempre quise hacer eso con alguien JAJAJA.─ empezó a reírse cínicamente, se reía tan fuerte que las risas se escuchaban por toda la casa, hasta se escuchaba afuera.
Na sobó su mejilla ahora roja por el golpe que le habían dado.
─ ¿Por qué lo haces?─ sus ojos estaban llorosos y no paraba de sobar su mejilla.
─ ¿Hacer qué, cariño?─ preguntó confusa acercándose a él.
─ ¿Por qué me tratas tan mal?
De un momento a otro la expresión de Sunmi cambió por una seria, inmediatamente volvió a reír esta vez suave y suspiró.
─ ¿Por qué crees que tu papá mató a tu mamá?
─ Porque estaba con otro hombre.─ murmuró cabizbajo.
─ No, no había razón para matarla, porque mi hermano, tu papá, también engañaba a tu mamá.
