CAPITULO 12 (¿Cómo no me di cuenta antes?)

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Al parecer alguien arriba quería a cierto chico de ojos verdes puesto que aprobó con los mayores éxitos su entrada en la universidad de Nagoya, durante su primer día decidió recorrer las instalaciones, si algo había llamado su atención es la extensa aplicación de su carrera en aquel complejo educativo, sin contar que fue de las primeras universidades en Japón que impulsaron los derechos a los omegas, abriéndole las puertas a muchos de ellos con las habilidades necesarias para mantener notas por encima de la excelencia, se le podría considerar una zona neutral de la que han salido grandes profesionales de todas las castas, sin duda alguna era el lugar ideal para encontrar aquel con quien compartir su vida.

Acercándose a la cafetería pudo vislumbrar una larga cabellera plateada, solo lo vio de espaldas por un segundo, pero podía afirmar que fue amor a primera vista, sus estrechas caderas, su complexión delgada pero masculina, se preguntó inmediatamente si aquella bella y andrógina criatura tendría un rostro tan maravilloso como el resto de sus atributos, es una pena que como apareció desapareció, solo basto de un parpadeo para no volver a divisarlo el resto del día.

Una semana entera transcurrió sin que pudiera volver a ver aquella ensoñación, perdía sus recesos buscándole, pero en ningún momento lo encontró, ¿sería acaso solo un visitante en lugar de un estudiante?, la pregunta lo turbo durante semanas hasta que en un pequeño goukun un senpai se atrevió a preguntar la razón de sus suspiros, era obvio que alguien ocupaba sus pensamientos, desde que ese atractivo chico llego a parecido que busca a alguien sin tener oportunidad de encontrarlo, todo el bullicio de la mesa fue silenciado en un segundo, la mayoría estaba allí por una oportunidad con el atractivo chico nuevo, así que sintiendo la presión del momento y aprovechando que había estudiantes mayores decidió describir el físico de su amado, con la esperanza que no hubiesen muchos como el, o que al menos alguien le diera una pista de su paradero, por desgracia lo que obtuvo fueron muecas de sorpresa algunas incluso rayando en el miedo, al parecer si existía y no solo eso, resultaba alguien bastante peculiar, todos se volvieron mudos de un momento a otro, nadie quería darle noticia alguna de aquel maravilloso chico, pero su querido senpai quien lo invito lo llamo aparte con la excusa de buscar más trago.

-qué pena que un chico tan atractivo como tú se haya fijado en el demonio del laboratorio de agricultura

Al fin una pista, su senpai se aseguró de darle todos los datos de su amado, exceptuando su nombre, al parecer estaba enamorado de un hombre brillante que había conseguido grandes logros en la universidad hasta el punto que se le concedió un laboratorio para que sus hallazgos aumentaran, era un hombre mayor solo por un par de años que estaba en su pos grado, al parecer era muy huraño razón por la cual nunca lo encontraba, si quería verlo tendría que ir directamente a la cueva del demonio o esperar al miércoles que es el único día que va a la cafetería en la hora del almuerzo, nadie sabía porque de esa manía, pero lo consideraban algún tipo de ritual diabólico, por esta razón se mantenían alejados de ese lugar los miércoles.

Siguiendo los sabios concejos de su nuevo amigo espero el día en que saldría de su escondite, según los rumores odiaba tener gente en su laboratorio, no podía iniciar su conquista dándole razones para odiarlo, "no te recomiendo ir tras él, no sé si lo sepas pero es un alfa al igual que tu", ese último comentario casi logra que renuncie, los de su casta son sumamente territoriales, intimar con otro igual es casi imposible con sus temperamentos explosivos, pero mientras más vueltas le daba más motivos encontraba para aventurarse a ir tras él, Tetsuhiro era un experto en el arte del amor, mentiría si dijera que nunca se ha acostado con un alfa, pero cabe destacar que las situaciones y motivos son infinitamente distintos, "¿qué pierdo al intentarlo?".

Cuando el timbre dio las doce todos salieron a comer, Tetsuhiro corrió inmediatamente al comedor dándose cuenta que era cierto había poco alumnado ese día, solo unos pocos grupos que parecían competir.

-¿Morinaga-kun bienes por el reto del curri picante?- le dice una compañera de clases una chica beta bajita que se sonroja con solo respirar en la misma dirección que el mencionado, normalmente le daría una sonrisa amable retirándose con tranquilidad, sus compañeros de clases no sirven como aventuras de una noche porque tendría que verles la cara a diario, sin contar que ahora estaba en una misión, aun así dejando de lado todos sus tabúes decidió prestarle algo de atención, lo que ella decía era interesante, podría ser información valiosa y así resulto, al parecer la universidad tenía la reputación de tener el curri más picante de Japón, el cual se servía usualmente los miércoles, los pocos que se atrevían a probarlo lo hacían por retos o competencias pero nadie jamás ha podido acabar el plato sin correr a tomar agua o ponerse a llorar inmediatamente, "así que le gusta el picante".

Entonces lo ve entrar sus cabellos desprenden unas feromonas que para ser alfa no irritan su nariz, con su sola presencia toda la cafetería se silenció, los gritos por las competencias cesaron, esto lo intimido un poco, su alfa era alguien de cuidado hasta el extremo que todos allí respetaban su posición como alguien superior, aun de espaldas observo como tomaba un gran plato de curri para llevarlo a una mesa distante que se encontraba frente al gran ventanal, un lugar hermoso que curiosamente no suelen usar, ahora entendía la razón, era el asiento del "líder", procedió a buscar un plato de curri para ver si mediante él podría iniciar una plática, pero cuando al fin se aproximó este bello ángel soltó feromonas territoriales para voltear a verlo con una mirada primero de enojo que se transformó rápidamente en una incrédula, su asombro creció cuando se dio cuenta que la razón de sus ensoñaciones no era nadie más que su "supuesto cuñado", ¿Cómo no lo reconoció por el olor?, pero más aún ¿en qué momento se transformó en esta criatura tan encantadora que le robo el sueño durante tantas noches.

No me arrepiento KSBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora