CAPITULO 8 "lo siento"

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Después de su primera vez el amor que sentía el chico más joven se hizo mayor, prometieron mantener oculta su relación para no meterse en problemas, era cierto que Masaki era hijo de una beta importante, pero también era cierto que estar con uno de su casta se consideraba suicidio social si eres de una familia tan importante y reconocida; nadie miraba anormal el tiempo que pasaban juntos, después de todo Tetsuhiro era alguien muy amistoso sumándole el hecho de que el chico Junya era amable por naturaleza, el único que se dio cuenta de todo fue cierto chico de cabellos largos y mirada perdida, quien no podía evitar acongojarse por lo que estaba sucediendo, "al final lo elegiste a él".

El tiempo paso su relación creció de sobremanera, sus encuentros furtivos eran más frecuentes, el mayor creyó que podría amarlo y como no hacerlo, ese chico se desvivía por hacerlo feliz, siempre tan atento, amable cariñoso, era un sueño salir con una persona como Tetsuhiro, pero en sus adentros había un sentimiento de pesadez que no terminaba de eliminar... culpa.

El sonido del piano envolvía los sentidos, cuando se está enamorado todo es más hermoso, la música vibra en tus oídos, los colores son más vividos, los sabores se vuelven más dulces; de alguna manera estas radiante como si todos los días se repitieran en tu mente y piel aquellos recuerdos que vives con tu persona especial, "te amo Masaki-san", sus dedos viajan por el piano transformando en música sus deseos mientras una sonrisa boba se presenta en sus labios, "te amo" su ultimo pensamiento se dispersa cuando oye sonidos en la puerta, se molestaría si fuera otro a parte de su amado, pero hoy cumplirían un año desde que estaban en su secreta relación así que era obvio quien lo interrumpía.

-Masaki-san- dice excesivamente eufórico, sus ojos se agrandan y su sonrisa se ensancha al ver que este llega con un ramo de claveles en su mano. Su emoción no puede aguardar más allí sentado así que salta del piano tomándolo entre sus brazos para darle un casto pero largo beso- feliz aniversario.

-igualmente- ya llevaban un año de novios así que decidió que ese día le diría "te amo", no es que fuera mala persona, pero simplemente no podía gritar sus emociones como su pareja, él era más discreto, tenía miedo de lo incierta que era su relación, al principio creyó que solo era un capricho del más chico pero el tiempo aclaro cualquier duda, el amor que recibía sanaba cualquier herida, aclarando toda duda. - Tetsuhiro...yo

Pero había sido acallado con un beso, estaban sentados en el pequeño mueble frente al piano, y la ventana estaba un poco abierta dejando que entrara una brisa agradable que mecía las cortinas, sus corazones acelerados eran el único sonido que se percibía, los nervios hacia que los sintieran en sus propios oídos, aquel sonido que los excitaba y tranquilizaba- Masaki-san solo déjate llevar, hoy te iras hasta tarde con mi hermano, pero por ahora solo piensa en mí- después de esa confesión recordó los ligeros pucheros de su querido niño cuando se iba con Kunihiro, era celoso, tiernamente y enloquecedoramente celoso, se sonrojo y con la mirada vidriosa por el deseo se subió en las piernas de Tetsuhiro para quedar a horcajadas sobre el besándolo con audacia, dándole luz verde a los caprichos del chico.

Entre caricias y jadeos, habían logrado deshacerse de la mayoría de las prendes, quedando el más chico solo con sus pantalones abiertos en la cremallera, disfrutando de la piel de su pareja al besarlo en sus zonas sensibles, lamia su oreja mientras con sus manos apretujaba una de sus tetillas, la otra la tenía puesta en su cintura para que en un mal movimiento no se fuera a caer-Tetsuhiro... por favor... ahh quítate la ropa- pero un ruido de algo cayendo detuvo su jugueteo sexual, al voltear asustados se encontraron con las miradas de dos chicos que habían ido allí a buscar al mayor pues ya era hora de que se retiraran a la academia, la tensión se cortaba con un cuchillo, lo primero en lo que pensó Tetsuhiro fue en cubrir a su pareja levantando una camisa de suelo para cubrir su cuerpo totalmente expuesto.

el que más adolorido estaba por la escena era un chico de ojos miel, no quería que se notase lo que sentía, era algo que ya sabía pero esa era una cosa y esta situación era otra, pensó que había ocultado su sentir en su inexpresiva mirada incluso volteo en otra dirección para no seguir viendo aquello que le quemaba, pero esos pequeños detalles no pasaron desapercibidos ante su amigo de cabello café, vio la pena reflejada en sus ojos, un odio creciente salió, dejo salir toda la frustración que tenía sobre sus hombros, el que su hermano fuera alfa y el no, que cometiera la estupidez de meterse con un beta y peor aún que lastimara a Souichi, el ultimo quien salió porque no considerara fuera su presencia necesaria -

-ni-san yo – corto el silencio al ver que su senpai no estaba y por los vientos que soplaban su hermano no tenía intención de irse

- ¡cállate Tetsuhiro! - miro con total desprecio a ambos, está molesto, fastidiado, la ira no es la mejor consejera, te ciega produciendo que digas cosas que tal vez no sientas, pero aun así, la razón no estaba en la cabeza de Kunihiro, solo un deseo de lastimarlos, humillarlos, su hermano no arruinaría todo por caprichos de juventud- como te atreves a revolcarte con un beta. Eres el alfa de esta familia, ¿no sientes pena por nuestros padres quien te lo han dado todo esperando que puedas un día proteger todo en lo que ellos trabajaron durante años?

-tú no tienes derecho...- suelta, pero es silenciado, la ira de su hermano lo intimida, generalmente no es alguien agresivo, pero podría jurar que se molerían a golpes en cualquier momento

- ¿Qué no tengo derecho?, soy tu maldito hermano mayor. sí, soy un omega, pero sigo siendo tu hermano, eh luchado más que tú, con todo el rechazo de papá, mientas tu jugabas con Masaki, lo que hacen es repulsivo, esperaba más de ti Masaki, pensé que eras mi amigo, pero solo te aprovechaste de mi hermano menor, ¿Qué querías?, ¿que tu familia ascendiera al tener doblegado al heredero de esta familia?- con lo último que dijo pudo percibir el llanto del chico detrás de su hermano, tal vez se había pasado pero otra marejada de ira lo arrastraba con el- me voy ustedes dos me dan asco.

Cuando su hermano desapareció en el umbral de la puerta volteo a ver a su destruida pareja, lo abrazo con todo el amor del mundo, pidiéndole disculpas una y otra vez, si no fuera porque le pidió hacerlo allí, no los abrían descubierto, se sentía culpable, pero por más que lo apoyara no se calmaba, parecía un niño llorando en sus brazos, él se había preparado para este momento hace mucho, de hecho, tenia deseos de enfrentarse a su familia por él, pero tal vez su amado era más sensible. Que inocente y ciego hay que ser,

-está bien Masaki-san yo no te dejare, aun si mi familia me prohi...

-NO!, tu no lo entiendes. – llora aún más y con su lastimero semblante y corazón roto deja que salga todo aquello que ha estado callando- no lo entiendes... si el me odia yo no puedo... no puedo seguir viviendo, lo siento... lo amo a él, pero el solo me ve como una aberración.

Sus ojos se llenan de pequeñas lagrimas que no se dignan a salir, un corazón roto a la vez, "ya lo sabía Masaki-san, gracias por estar conmigo, aunque tu corazón estuviera ocupado", así estuvieron mucho rato, el solo lo arrullaba, acariciaba sus cabellos, y le decía en el oído con ferviente amor que su hermano no lo odiaría siempre, aunque sentía su corazón romperse en muchas partículas que se hacían polvo, no se permitía llorar, primero recogería cada parte destrozada de la persona que amaba y las uniría hasta reconstruirlo, una parte de él moría, el polvo restante de su corazón era arrastrado por el viento pero aun así no flaqueo, no le recrimino nada, no se molestó ni le grito, incluso cuando entre sollozos el otro repetía el nombre de su hermano, "te amo Masaki-san".

Afuera en los pasillos Kunihiro se encontraba con Souichi, este lo esperaba con la espalda en la pared y la mirada perdida pero también decidida, el otro solo quiso pasarlo de largo, pero no pudo porque una mano sujeto su brazo.

- ¿qué piensas hacer? - fue lo primero que sus labios pronunciaron, el otro con una mirada incrédula se le quedo viendo- no vimos nada, vámonos a la academia- fue lo último que soltó para llevarse de allí a un confundido pero comprensivo Kunihiro, así era el, en su mente se pasó lo que seguramente diría "no ganaras nada", y tenía razón, ellos solos renunciarían, por lo visto no lo podían seguir ocultando más tiempo.


No me arrepiento KSBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora