Capítulo 15 (te odio)

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Dos semanas, solo eso fue suficiente para que Souichi viera el talento en Tetsuhiro; podría ser un novato pero su química a la hora de trabajar no se podía negar, entendía todas las instrucciones, era paciente y tolerante a sus cambios de humor (raro en un alfa) simplemente no podía estar más satisfecho con su kouhai. Lo único malo era que Tetsuhiro siempre sería Tetsuhiro, y es que en los meses que ya llevaban trabajando juntos él seguía actuando como el mismo rufián que cuando era niño, sin contar que sus mañas se perfeccionaron al crecer.

-Senpaaai- y ahí venía con su típica actitud de cachorro malcriado- ¡Vamos, vamos, vamos!

-No Morinaga, ya dije que no- el mayor solo arrugaba el entrecejo evitando todo contacto visual con ese pretencioso.

-pero senpai ¿Que tiene de malo que vayamos por unos tragos?

-oi Tetsuhiro ¿Terminaste?, Vamos a un club

Desde la puerta el mayor ve a un alfa de cabello corto que solía hacerle esas invitaciones a su kouhai, antes le hervía la sangre de ver su atrevimiento al entrar en su laboratorio y simplemente llevarse al pesado de su amigo (porque si, para Souichi el más joven era su lindo amigo) pero ahora le agradecía, odiaba salir con Morinaga, cada que se rendía y aceptaba tomar unos tragos pasaba lo mismo, primero se ponía a filtrear descaradamente con él y luego aparecía un grupo de omegas encimosos detrás de ellos, la noche solía finalizar con el muy imbécil enredado con alguno de ellos.
"Maldito Morinaga, te odio"
Hace años que se insensibilizo ante él, pero aún hoy en día no puede evitar sentir su corazón latir cada que le sonríe de manera sincera, pues aunque sus constantes coqueteos y sonrisas traviesas eran entretenidas, realmente no aceleraban su pulso como en esas raras ocasiones donde sonreía sin dobles intenciones, en ese momento le mostraba a aquel lindo niño del que una vez se enamoró.

-Espera, quiero llevar a senpai- dice Tetsuhiro mientras se quita la bata de laboratorio, dejando ver en su perfecto cuello un pequeño chupón de su seguramente más reciente conquista.

-tu maldito idiota- su paciencia se agotó con el descaro e insistencia, así que abandonando su fría actitud optó por una mas agresiva- ¡vete sin mi! Y revuelcate con quién quieras- siseo más que fastidiado- estoy harto de que me arrastres a ver tus aventuras.

Entonces un enorme libro aterrizó en la cabeza de Morinaga, luego el alfa de cabellos largos se retiró del lugar con mucha irá acumulada porque si, Souichi vio el chupón y aunque respetará la vida sexual del otro también era cierto que odiaba que le pasará por la cara a cuánto amante se conseguía.
"¡MAlDITO MORINAGA!, te odio"

-amigo deberías dejar de molestar a Tatsumi senpai- dice cansado Yamaguchi para ver al otro que solo pone ojitos de inocencia.

-¿De qué hablas Yamaguchi?

-bueno es que no entiendo a que quieres llegar- lo último lo dice rascándose la cabeza mientras saca el teléfono para cerciorarse de la hora.

-ya te lo dije, quiero que sea mio- sonrió triunfante el inocente chico y el alfa solo atino a golpearse la frente, ¿Cómo podía su amigo tener la cabeza tan hueca y aún así ser de los mejores de la universidad?.
Está bien, los alfa y más los jóvenes son poco fieles y muy enamoradizos, pero había casos raros como Souichi Tatsumi quien era obviamente un alfa de un solo amor, alguien tonto que va de cama en cama jamás lo podria conquistar ¿Y como se lo decía a este idiota?

Un año después

-Moooori...naga

En el ambiente estéril del laboratorio Souichi susurra el apellido de su kouhai, sus ojos están algo apretados y su mandíbula tensa, mientras el otro está arrinconandolo contra la mesa larga del laboratorio, tenía un año evitando los avances del alfa de ojos verdes, pero su ciclo de celo estaba iniciando y siempre que llegaba, Morinaga lo aprovechaba para tentarlo al máximo, la mano de Morinaga acariciaba su plano abdomen, mientras enterraba su nariz en la nuca de senpai, podía ser un alfa al igual que el, pero había algo en el mayor que lo enloquecía, lo embriagaba, era fuerte y solia descolocarlo, como ahora, el aroma a celo de senpai provocaba que quisiera desvestirlo tomándolo allí mismo, pero ni aun en celo Souichi cedía, solo un segundo de cordura era lo que necesitaba para abandonar sus más bajos instintos, pudo muchas veces resistir la tentación con "SU OMEGA" (a base de inhibidores y correr en otra dirección en caso de emergencia) pero aún así con celo o sin celo Kunihiro al ser su destinado era un platillo que aunque lo negara siempre lo atraía, si podía negar ese deseo caprichoso del destino ¿Cómo no podría rechazar a su insistente kouhai? el cual era de su misma casta, simple... El amor es más caprichoso que el deseo y el orgullo es más tozudo que el amor.

-¡Ya te dije que te quites! - rugió empujándolo, algo acelerado acomodo su desordenada camisa y tomando aire pausadamente recobro su frío espíritu.

-es que senpai huele tan bien- sus ojos de niño regañado cambiaron rápidamente a una mirada más audaz, oscureciendose por el deseo y con la voz profunda de un alfa seductor dijo lo que nunca se cansaría de oír senpai- déjame tenerte, te haré el amor tantas veces que olvidarás tu propio nombre, lo único que podrás producir serán sonidos inentendibles entre espasmos y lágrimas.

Souichi trago duro, este idiota siempre jugando con él, pasar el celo como alfa soltero no era nada agradable, el tenía deseos "necesidades" que satisfacer, si alguien lo sabía ese debía ser otro alfa, aún así, no lo aceptaría, en su ser lo sabía, ceder ante él seria como probar drogas, un momento te haría sentir bien, luego el efecto se acabaría y el sentimiento que quedaría sería (vacío), no queria ser adicto a el, no mas de lo que ya era a su constante compañía, a sus ojos brillantes, a sus sonrisas traviesas, y sobre todo a su constante ingenió. Morinaga no cambiaría, puede fingir que no le molesta verlo con otros porque quiere demasiado a ese tonto, es su amigo, lo vio crecer, lo cuido en su peor momento, incluso cuando amo a Yunja quiso apoyarlo porque lo quería feliz, pero si le diera aunque sea un beso, no, no podría seguir viéndolo, viendo como nunca va a ser el único en su corazón, no lo quería a medias, tenía miedo a salir más lastimado, más de lo que ya había sufrido con la ironía de un amor unilateral.

-olvidalo Morinaga, ya acabé por hoy, me retiro.

-una sola vez- Morinaga quería jugarse su última carta- solo una vez y no te molestaré más.

-no entiendo porque sigues insistiendo.

-porque se que también lo deseas.

Es verdad lo deseaba, lo deseaba como un náufrago desea agua y bebé la de mar por desesperación, aún sabiendo que solo le dará más sed... Pero Souichi quería ser ese idiota náufrago, solo por una vez, y perderse en la dulce amargura que es Morinaga.

-esta bien, una sola vez.

No me arrepiento KSBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora