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Eren llega al trabajo de su Alfa, se ha quedado sentado para descansar un poco, pues se le había olvidado —quedado dormido— preparar el almuerzo para el hombre, así que lo había hecho a prisa.
A su lado, estaba una omega de cabellera y ojos cafés, cargando a un tierno bebé idéntica a ella. Inmediatamente lleva sus manos a su propio vientre y le llega una pizca de añoranza por tener unos cuantos bebitos con su esposo. Todavía no habían planeado tener, más que nada Eren, pues a sus 20 aún no se sentía listo y quería seguir acaparando la atención de su Alfa, por su parte, el de 28 esperaría a que su conejito aceptara la idea de ser padres.
Aún así, vé con ternura como el bebé se aferra a la mujer, mientras ella lo arrulla y la cría hace burbujas de baba.
Me gustaría tener uno.
De repente, el bebé a vomitado sobre la madre y comienza a llorar a todo pulmón.
Emmh, bueno..mejor no.
— Dios, perla me has bañado.– ella se gira y al ver solamente al castaño allí, decide pedirle ayuda.— puedes ayudarme, por favor.
Eren está a punto de negarse, pero le han dado al bebé y ella comienza a sacar toallitas húmedas para limpiarse el vómito de su blusa.
El castaño quiere alejar a la cría de su pecho, pues está se ha adherido allí como una sanguijuela y está moqueando.— linda bebé, no me vayas a vomitar.
Lo único que se escuchó fué un iuhg y las arcadas de la cría.
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— adelante.– habla Levi al escuchar los toques de puerta, sin despegar la vista de los documentos que le han traído a firmar. Eren pone la lonchera en el escritorio y el olor pica la nariz del oso.— huele a leche agria.
En cuanto levanta la vista para ver al ojijade, éste está en su propio Mundo de negación a embarazarse y las cosas que implica lo mismo; pañales cagados, vómitos, no dormir y estar como zombie, le han quitado la motivación.
— no estoy listo.– dijo y se metió al baño que había ahí, dejando a un Alfa perplejo.
