Clanes

Capitulo 10. ¿Quien esta ahí?

Sé que hace mucho, mucho tiempo que no público un nuevo capitulo de esta historia. Durante este tiempo mi vida ha sido un poco caótica. He pasado por una etapa muy dura, al convivir con una enfermedad y posterior fallecimiento de un familiar muy querido. Y la llegada de mi primer hijo. Durante este periodo las ganas de escribir me abandonaron, pero gracias a las palabras y ánimos de una persona, han hecho que vea la luz al final del túnel.

Este capitulo lo escribí hace tiempo, pero no me convencía. Creo que ahora a quedado mejor de lo que estaba.

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En el momento en que Rowen se marcho con el caballo, Ivmar fue en busca de su compañero. Lo encontró en su habitación. Aydan dormía tranquilamente ajeno a todo lo que sucedía fuera.

— ¡Levántate Aydan!—grito el guerrero sobresaltando al muchacho— ¡Nos marchamos!

— ¿Qué? ¡Pensé que nos quedaríamos unos días más! hasta que estuvieras recuperado del todo—. Dijo el somnoliento joven. — ¿Qué ha pasado?

El guerrero le conto lo ocurrido en la plaza. Y el joven malinterpretando sus palabras le dijo:

— ¿Vamos al encuentro de una mujer? No te negare me entusiasma la idea. Pero…

Mientras hablaba, Ivmar fue recogiendo la ropa de Aydan y lanzándosela, con muy buena puntería, a la cara. Tenía prisa por seguir a la mujer, que apenas unos minutos antes había conseguido tocar un miharas.

—No es por lo que crees. Algo extraño esta sucediendo.

— Creí que teníamos una misión importante.

—Y así es. Pero hay algo extraño en esto y quiero descubrirlo, después podemos continuar nuestro camino.

A una distancia prudencial, Ivmar  y Aydan seguían a una más que satisfecha Aysha. Cargaba un fardo lleno de comida y un saquito de cuero, hasta arriba de monedas de oro.

—Aun no comprendo por que la seguimos. ¿No decías que querías encontrar a la que se llevo el caballo?

Ivmar asintió con la cabeza y le respondió;

—Algo me dice que esta chica nos llevara hasta la otra. No creo que quiera perder  su caballo.

—Y no será que son hermanas, y que por eso las dos pueden montarlo. —  

—No. Son como la noche y el día. Y nunca que he oído que el vinculo que crean los miharas con sus jinetes pudiera ser compartido por otro humano.

Tras caminar un largo trecho  vieron como la muchacha se encontraba con una mujer mayor, que  esperaba tras un recodo del camino. Cuando las dos mujeres estuvieron a la misma altura, pudieron ver como Aysha se retiraba la capucha de la cara, dejando ver su rostro y su melena recogida en una gran trenza. Era la primera vez que Aydan la veía, hasta ese momento, solo supo que seguía a una joven, esa era toda la información que Ivmar había compartido con él. Contemplo sus rasgos con detenimiento; a pesar de su rostro aniñado, aún desde lejos podía decir con certeza que era hermosa. Al sonreír el labio inferior que era mas grueso ocultaba del todo el labio superior, sus ojos almendrados se convertían en dos finas líneas y sus mejillas se tornaban de un suave color rosáceo. Dejo escapar un leve suspiro, que atrajo la atención de Ivmar. Este le miraba con una sonrisa torcida, adivinando los pensamientos del joven.