Cap. 8 El dolor nuestra maldición.

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?- Vine por mí venganza, preciosa - aquel tipo empezó a mirarme y a recorrer mi cuerpo con aquellos ojos color miel la lujuria se notaba en ellos - veo que me has ahorrado un poco el trabajo.

Nadesko- ¡No sé a qué te refieres con venganza! ¡Así que lárgate de aquí antes de que te arrepientas! - traté de que mi voz no sonará firme él era un tipo mucho más alto y fornido que yo, no me sería fácil confrontarlo.

?- Te refrescaré la memoria linda - se acercó un poco a mí y yo retrocedía - mi nombre es Fabrizio y tú.. - me señalo - .. ¡Hiciste que fuera la burla de todos en el club! - me gritó - Así que.. yo haré de tí lo mismo - empezó a cortar el espacio que había hecho entré él y yo.

Nadesko- ¡¡Aléjate de mí!! - retrocedí otro poco y adopté una posé defensiva.

Hace algún tiempo cuando tenía 9 años unos tipos trataron de secuestrarme, pero por suerte no les resulto; la policía me localizó rápidamente en el auto en el que me llevaban mis captores; después de ese espeluznante momento de mi vida, papá me pidió tomar clases de defensa personal y artes marciales mixtas para que eso jamás se repitiera, lo cuál hice pero, dejé de hacerlo después de entrar al equipo nacional de mi país. Estaba un poco oxidada en ese tema, pero usaría lo que aprendí en esos momentos; con suerte podría abrir una brecha entre aquel sujeto y así escapar de sus intenciones que era más qué obvio cuales eran.

Fabrizio- Oh, pero si la zorrita quiere pelear - dijo sarcástico - bien si no lo quieres a la buena; lo haremos a la mala - dicho esto se lanzó contra mí tratando de tomarme las muñecas, yo por mi parte subí mi rodilla para darle un golpe en su mandíbula acertando en está.

Fabrizio- ¡¡Maldita perra!! - gritó de dolor cubriendo su cara con las manos; lo hice a un lado y corrí hasta la salida de los vestidores. Pero no conté con que la puerta estuviera cerrada.

( ¡¡Con un demonio!! ¡¡Esto debe ser una broma, está cerrada!! )

Desesperada trataba de derribar la puerta y abrirla, pero sentí como me tomaban bruscamente del cabello jalando me hacia atrás, e impactando me con fuerza en el piso.

Nadesko- ¡Ah! - el dolor me recibió, mi cuerpo rebotó por el impacto y mi brazo izquierdo se lastimó por el movimiento brusco. 

Fabrizio- ¡Aún no hemos terminado linda y te haré pagar todas las que me has hecho! - bramó con ira.

Rápidamente me puse de pie y de nuevo adopté mi pose defensiva, la adrenalina empezaba a correr, mi pulso se aceleró, una ligera capa de sudor se impregnó en mi frente y un ligero temblor se apoderó de mí; estaba empezando a asustarme. De reojo mire al reloj; faltaban sólo dos minutos para su llegada, debía aguantar sólo un poco y Steve estaría aquí.

Fabrizio- Él no vendrá princesa.. - dijo dándose cuenta hacía donde miraba sorprendiendo me en el proceso - .. el imbécil de Hyuga no vendrá a ayudarte preciosa.

Nadesko- ¡Cómo jodidos sabes eso! ¡¿Y por que estás tán seguro?! - le mandé una mirada asesina.

Fabrizio- Por qué me encargué de ello linda, no quería que nadie nos interrumpiera - se burlaba de mí - tu estúpido noviecito creé qué tú ya te marchaste, lo cuál nos dejará divertirnos a ambos.

Nadesko- ¡No te creo nada! ¡El vendrá por mí! - trataba de convencerme de que así fuera.

Fabrizio- Deja de soñar de que el vendrá, no hay nadie que te ayude así que mejor resignaté preciosa.

Nadesko- ¡Cállate! ¡Nuncá me daré por vencida y se que él no me dejará! - apreté mis puños con fuerza no quería aceptar la idea de que él no viniera o que nadie me ayudará y aún si fuera así, no me rendiría sin antes dar pelea.

" El Mejor Juego De Mí Vida "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora