하나

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Aquella fría mañana de Marzo sólo podía escuchar el retumbar de mi corazón contra mi pecho mientras corría. Era tarde.

Empujé la puerta del salón con un salto y me incliné en una reverencia.

«Es tarde, lo siento.»

Una fría mañana de Marzo—y la última—, nos volvimos a encontrar; pues compartíamos la misma clase. Eras más tranquilo sin nadie a tu alrededor y descubrí tras tus ojos que tu fobia a la soledad no lo era más.

Aquella fría mañana de Marzo, la primavera se encendió junto a ti; en ese escritorio junto a la ventana, con tu mirada perdida en las nubes que habían dejado de correr.

«Jeon» llamaste a mi nombre, y mis ojos despertaron de la ensoñación entre mis libros de física. Te miré devuelta y no dijiste nada; fueron minutos de silencio en los que solo nuestras miradas se fundieron juntas. Y entonces, al sonar la campana ya te habías ido.

En ese instante, al observar tus ojos curiosos revoloteando alrededor, quise saber de ti. Quién eras en realidad, y la verdad detrás de aquella indescifrable mirada, como la primera vez que te conocí.

Era, sin embargo, el pequeño mundo dentro de tu cabeza; impenetrable.

《Las flores y la primavera fueron parte de tu creación.》

Ódiame; VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora