여덟

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«Jungkook.» Llamaste y busqué tus ojos a través de esa espesa mata de humo que había alrededor. El tóxico olor de tabaco picaba en mis fosas nasales y se adhería a mi ropa con cada minuto que pasaba.

«Algún día me odiarás?» Mis ojos te observaron expectantes y no pude evitar pensar que odiarte sería odiarme a mi mismo.

«No... No a menos que fuera necesario.»

«¿Cómo es eso?» Sonreí amargo y percibí la ansiedad en tus ojos.

«Si te fueras y se volviera demasiado difícil respirar.» Asentiste y supe que no se iría de tu mente por mucho. Tus ojos revolotearon una vez más hacia el atardecer y giraste a mí soltando la última calada, apagando el cigarrillo contra la planta de una de tus desgastadas zapatillas.

«Jeon Jungkook... Quiero que me odies. Ódiame, ódiame mucho.» fruncí el seño en confusión, pero, antes de poder decir algo corriste lejos junto a Jimin.

Como un niño, persiguiendo la puesta del sol.

«¡¿Qué fotografías?!» Grité.

«¡Las nubes!»

«¡¿Por qué?!»

«¡Quiero pintarlas, el cielo es mi lugar preferido!»

Ódiame; VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora